Cómo escribir un cuento corto
Tomado de: http://www.literautas.com/es/blog/post-3910/como-escribir-un-cuento-corto/
Estos días tenemos en marcha otra de las escenas del taller de escritura, y por eso quiero aprovechar para publicar una entrada hablando de algunas de las claves para escribir un cuento, un relato corto o un microcuento como los del taller.
Estos días tenemos en marcha otra de las escenas del taller de escritura, y por eso quiero aprovechar para publicar una entrada hablando de algunas de las claves para escribir un cuento, un relato corto o un microcuento como los del taller.
Como sabéis, uno de los requisitos para participar en el taller es que los textos que nos enviáis no pueden tener más de 750 palabras. La pregunta es: ¿se puede realmente contar una historia con 750 palabras? ¡Por supuesto que sí! Y con muchas menos. Solo hay que tener en cuenta que los mecanismos para contar no funcionan igual que los de la novela.
Veamos
cuáles son algunos de esos mecanismos a través de este decálogo
para escribir cuentos cortos:
1. Céntrate en la acción
Que no en la anécdota. El cuento no es solo una anécdota, ya que cuenta una historia, pero la narración ha de estar más condensada que en la novela y centrarse en lo que sucede, sin tiempo ni espacio para otras disertaciones.
En
el cuento no hay lugar para largas descripciones o extensas
divagaciones morales o psicológicas.
Esto no quiere decir que el cuento tenga que ser simple y carecer de
estos elementos. Pueden estar, pero en forma de subtexto, escondidas
entre líneas o dichas directamente con las palabras justas. ¡Es
todo cuestión de espacio!
Hace
tiempo leí una frase que se me quedó grabada: una novela de ciencia
ficción describe un mundo de ciencia ficción; un cuento de ciencia
ficción narra hechos de ciencia ficción. Sin embargo, ambos géneros
pueden hacernos reflexionar al leerlos.
2. No quieras abarcarlo todo
A veces pecamos de querer contar historias muy ambiciosas que no tienen cabida en un relato corto. Recuerda que el cuento, por lo general, debe ocurrir en un espacio de tiempo breve, tener pocos personajes principales (2 o 3 como mucho) y una localización principal. Si no logras adaptar tu historia a estas premisas, puede que estés ante una novela corta y no de un cuento corto.
3. Busca una idea y simplifícala
Toda idea puede simplificarse siempre, sólo hay que darle una vuelta. Por ejemplo, queremos contar la historia de un hombre que, tras pasarse muchos años dedicado a su trabajo, logró alcanzar el éxito profesional. Fue un tipo importante, ambicioso y que llegó a lo más alto, pero a costa de arriesgar su vida personal. Con el tiempo, cometió una serie de errores y se arruinó, dándose cuenta de lo que realmente era importante.
¿Se
puede contar una historia así en apenas 750 palabras? Sí, pero solo
si la simplificamos. Para ello, busquemos el instante con mayor
fuerza, el momento de impacto de la historia, así sabremos dónde
hay que centrarse. Yo creo que el punto álgido lo encontramos cuando
se da cuenta de que se equivocó, por ello creo que deberíamos
contar la historia cuando ya lo ha perdido todo.
Por
ejemplo, Fulanito es un mendigo que cada mañana pide en una esquina
del centro de la ciudad, en una zona de oficinas cerca de donde él
trabajaba tiempo atrás. Los mismos ejecutivos entre los que él se
incluía antes, son ahora los que le ignoran y pasan por su esquina
sin mirarle.
Recuerda,
cuando tengas tu idea, simplifícala: busca
el impacto, el instante.
4. No lo cuentes, muéstralo
Este debe de ser el consejo en el que más se insiste en cualquier libro o artículo sobre escritura, ¿verdad? Pero es que resulta fundamental y muchas veces se nos olvida, sobre todo a la hora de escribir cuentos.
Un
cuento no es un resumen de una historia, sino una historia en sí.
Tomando el mismo ejemplo del punto anterior, podríamos decir
que Fulanito es
un mendigo que cada mañana pide en una esquina cerca de donde antes
trabajaba. Entonces tenía mucho éxito, aunque se acababa de
divorciar y no tenía mucho tiempo para sus hijos porque solo le
importaba su trabajo bla, bla, bla… ¿Qué es esto? ¿Es una
historia o el resumen de una historia? En realidad es lo segundo.
Para
narrar la historia tenemos que centrarnos en el instante, en la
acción: Fulanito cuenta las monedas de su caja y se da cuenta de que
no ha sido una buena mañana. Apenas si le alcanzará para tomarse
algo caliente… Mostremos
lo que ocurre, demos imágenes, enseñemos la historia a través de
la acción.
5. Mantén la estructura
Aún siendo un relato muy corto, todo cuento ha de tener una introducción, un nudo y un desenlace. Por ejemplo: “el mendigo contando las monedas en su esquina y los ejecutivos pasando ante él envueltos en su abrigo” sería la introducción. Es lo que nos sitúa en la historia, en el qué, quién, dónde y cuándo.
El
nudo podría ser “el mendigo está preocupado porque necesita
tomarse algo caliente pero no le llega el dinero. Sigue pidiendo pero
los ejecutivos lo ignoran.” El desenlace sería el final que le
demos. Por ejemplo: “alguien se apiada de él y le da el dinero
para que se tome el café”.
6. No lo des todo, sugiérelo
En el cuento es tan importante lo que se dice como lo que se calla. Como decíamos antes, no hay lugar para disertaciones, así que olvídate de explicar que el mendigo se siente mal por su situación o que se arrepiente de haber perdido a su familia. Eso ha de quedar implícito en la acción. Deja que el lector lo deduzca.
Por
ejemplo, en lugar de explicar que el mendigo tenía familia y la
perdió junto con su trabajo, podemos hacer que entre los ejecutivos
que cruzan ante él, el mendigo reconoce a su hijo e intenta decirle
algo. Sin embargo, el hijo se vuelve hacia él con cara de fastidio
y, sin reconocer a su padre, le da una moneda, solucionando el
problema de tomar algo caliente esa mañana. Pero, obviamente, al
mendigo ya no le importa el café.
6. Cada frase cuenta
Del principio al final, cada frase del cuento tiene que estar ahí con una función. Si tienes poco espacio, pocas palabras, aprovéchalas bien. Esto no es necesario hacerlo en la primera escritura, pero sí en la revisión. Desmenúzalo, analiza cada frase, cada elemento, y piensa qué función cumple en la historia. ¿Es imprescindible? Si la esencia del texto se comprende sin esa frase, elimínala.
7. Mantén el suspense
No des toda la información al inicio. Dosifícala y lleva al lector hasta la última palabra. Si contamos de partida que el mendigo era antes un ejecutivo y que acaba de encontrarse con su hijo, luego nos quedamos sin dinamita.
Siempre
que puedas, intenta
que al final del texto haya un giro,
un golpe de efecto, una sorpresa. Que esté justificada, claro, pero
que dé un nuevo sentido al texto.
Es
mejor empezar por el mendigo con frío que ha de conseguir dinero
para algo caliente. Así creamos un buen punto de partida. Luego
podemos contar ya que él antes era uno de esos ejecutivos que ahora
le ignoran, porque esto nos produce más curiosidad sobre el
personaje. De pronto, reconoce a alguien entre la multitud y llama su
atención (más intriga). Esta persona no le reconoce, pero le da
dinero, aunque al mendigo ya no le importa el dinero, porque el
ejecutivo era su hijo (dejamos el golpe de efecto para el final).
8. Impacto posterior
Una de las cosas más difíciles pero también de las más importantes es lograr que el cuento deje huella en lector. Una vez haya terminado, el texto ha de dejar un eco en su interior, una reflexión, un sentimiento.
Para
ello, la
última frase es fundamental.
Si logramos que contenga un giro o una imagen impactante que arroje
luz sobre el resto de la narración, estaremos en el buen camino.
Volviendo
al caso del ejemplo, lo ideal es llegar al final sin saber quién es
el ejecutivo al que el mendigo ha reconocido y que acaba de darle el
dinero. En esa última frase (que además debería ser corta,
sencilla y directa para causar mayor impacto) revelaremos que se
trata de su hijo (un buen giro final) y dejaremos entrever que el
mendigo ya no está preocupado por el dinero (ni lo mira), sino que
observa cómo su hijo se aleja sin poder hacer nada para evitar que
cometa los mismos errores que él cometió en el pasado.
9. Ambienta con poco
No tienes espacio para descripciones largas ni disertaciones, pero el cuento también ha de tener ambientación para envolver al lector. Para ambientar en un texto muy corto, usa el tono, el narrador, el lenguaje y selecciona las palabras adecuadas. No es lo mismo decir “ciénaga” que decir “pantano”; tampoco es igual “bruma” que “niebla”. Cada palabra te ayuda a construir la atmósfera. Elígelas con cuidado.
Por
ejemplo, para la historia del mendigo, nos encontramos en una ciudad,
una mañana de invierno en la que hace mucho frío, pero no es
necesario decir todo esto. Podemos ver el frío en el vaho que sale
de la boca del personaje o haciendo que se frote las manos envueltas
en guantes antes de contar el dinero. Incluso, mejor aún, podemos
verlo todo a través de los ejecutivos que entran en sus oficinas
envueltos en gruesos abrigos mientras ignoran al mendigo. En esta
imagen sabemos que es una ciudad, que es por la mañana, es invierno
y hace frío.
10. La importancia del título
Tenemos muy poco espacio para desarrollar nuestra historia y ya hemos dejado claro que cada palabra cuenta, ¿verdad? Pues tengamos algo de picardía y aprovechémoslas bien todas. El título es un espacio extra que puede resultar muy útil. Lo ideal: que sugiera, intrigue y arroje una nueva luz sobre el texto una vez se haya terminado su lectura.
¿Se
os ocurre algún título para el relato del mendigo que cumpla estas
características?
11. Una regla extra para escritores de cuento
Por último, aunque ya nos salgamos de las 10 reglas del decálogo, nos queda un consejo fundamental para cualquier escritor que quiera dedicarse a escribir cuentos, aunque no tenga que ver con la escritura en sí: tenemos que leer cuentos. Si queremos entender cómo funcionan y cómo se escriben, es fundamental que los conozcamos. Hay que leer a Chéjov, a Horacio Quiroga, a Cortázar, a García Márquez, a Poe, a Borges, a Saki, a Ray Bradbury, a Bioy Casares, a Benedetti, a Monterroso… Tantos cuentos como se pueda.
Y
hasta aquí las reglas fundamentales para escribir un relato corto.
¿Qué os han parecido? ¿Alguna más que añadiríais a la lista? Y,
¿qué me decís de los cuentos? ¿Soléis leer muchos? ¿Algún
cuento o cuentista que os parezca imprescindible?
¡Feliz
escritura!
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