Consejos de escritura de Geoff Dyer
1. No pienses en el negocio
Nunca te preocupes por las posibilidades comerciales de un proyecto. Deja eso para los agentes y los editores. En una conversación con mi editor americano, yo le dije: «Estoy escribiendo un libro tan aburrido, tan limitado comercialmente, que si se publica seguramente te quedarás sin trabajo». Él me contestó: «Eso es exactamente lo que hace que me guste mi trabajo».
2. No escribas en espacios públicos
A principios de 1990 me fui a vivir a París. Por las razones literarias habituales: en aquella época, si te pillaban escribiendo en un pub de Inglaterra, podías acabar con la cabeza abierta a patadas; mientras que en París, dans les cafés… Desde entonces he desarrollado una aversión a escribir en público. Ahora pienso que se debe hacer solo en privado, como cualquier otra actividad lavatoria.
3. Sé tú mismo/a
No te conviertas en uno de esos escritores que se sentencian a sí mismos a una vida entera aspirando a convertirse en Nabokov.
4. Crea tus propias herramientas
Si usas un ordenador, actualiza y mejora constantemente las opciones de auto-corrección. Es la única razón por la que sigo fiel a esa porquería de ordenador que tengo, porque he invertido mucho ingenio y tiempo en construirme uno de los mayores archivos de auto-corrección de la historia de la literatura. Gracias a él, con teclear unas letras me basta para que emerjan palabras perfectamente formadas: “Niet” se convierte en “Nietzsche”, “fot” se convierte en “fotografía”, etc. ¡Genial!
5. Lleva un diario
El mayor pesar de mi vida como escritor es no haber llevado nunca un diario.
6. Permítete tener remordidimientos
Son combustible para tu escritura. Los remordimientos estallan en deseos por ser escritos.
7. No te limites a una idea
Ten siempre más de una idea en marcha. Si tengo que elegir entre escribir un libro y no hacer nada, siempre voy a elegir la segunda. Pero si tengo una idea para dos libros, tengo que elegir entre ellos y siempre elijo uno antes que el otro.
8. Aléjate de los clichés
Cuidado con ellos. Hay clichés en las respuestas, en las expresiones, en la observación, en el pensamiento e incluso en la concepción. Muchas novelas, incluso algunas que están bien escritas, son clichés en la forma en la que se han creado y se ajustan a las expectativas.
9. Sé constante
Hazlo todos los días. Convierte en un hábito poner tus observaciones en palabras y, poco a poco, esto se convertirá en instinto. Es la regla más importante de todas y, por supuesto, yo tampoco la sigo.
10. Persevera, si puedes
Nunca montes en una bicicleta con los frenos puestos. Si algo es de forma evidente demasiado difícil, déjalo y haz otra cosa. Trata de vivir sin recurrir a la perseverancia, aunque la escritura siempre está relacionada con la perseverancia. Tienes que insistir en ella. Cuando tenía treinta años, solía ir al gimnasio a pesar de que lo odiaba. El propósito de ir era posponer el día en que dejaría de ir para siempre. Eso es la escritura para mí: una forma de posponer el día en el que no escribiré más, el día en el que voy a hundirme en una depresión tan profunda que será indistinguible de la perfecta felicidad.
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