EL DECÁLOGO DEL BUEN GHOSTWRITER
A la hora de
trabajar como ghostwriter solemos pensar que lo más importante, prácticamente
lo único, es cuando llega el momento de ponerse ante el teclado y empezar a
escribir. En realidad no lo es, es una parte más del proceso.
Son varias
las cuestiones que hay que tener en cuenta y cuidar, tanto antes como después
de escribir y que difieren mucho de cuando trabajas en una publicación propia.
De aplicarlas correctamente depende que llegues a ser un buen escritor
fantasma.
Y para que
esto ocurra te he preparado el decálogo del ghostwriter, porque esto va de
mucho más que darle a la tecla.
No es tu libro. Es algo que tiene que quedarte
claro, especialmente cuando empiezas a trabajar como escritor fantasma. Tienes
que adaptarte a lo que te pide quienes te hayan contratado y aunque puedes
hacer sugerencias nunca has de incluir aportaciones propias sin antes haberlas
consensuado. Recuerda que no es tu libro, durante todo el proceso.
Es un trabajo. Puede sonar redundante, incluso ridículo,
pero muchas veces nos olvidamos de que es así. Organízate, crea un planning y
sigue las directrices que te han marcado. Nada de improvisar ni dejarlo para
última hora.
Sé un escritor diferente en cada
nuevo proyecto. Ya
comentamos antes que no es tu libro, así que no has de escribirlo como si lo
fuera. Has de meterte en la piel del autor que quieren que seas y adaptarte a
un estilo y vocabulario propio. Es fundamental en el trabajo de un buen
ghostwriter y normalmente requiere un trabajo de investigación previo a la
escritura.
Cumple los plazos. Si tú escribes una novela porque te
apetece lo más probable es que lo hagas en tu tiempo libre, sin plazos marcados
y sin prisas. En este caso no es así, es un trabajo que debes entregar a tiempo
y siguiendo las directrices que te hayan marcado.
No trabajes en dos libros diferentes
al mismo tiempo. En
cada proyecto has de convertirte en un escritor diferente, incluso adaptar la
forma de escribir de otros, así que si trabajas en dos proyectos al mismo
tiempo puedes ‘contagiarte’. Separa el tiempo que dedicas a cada uno para
evitarlo.
Ten claro qué quiere el cliente. Nos centramos siempre en la parte de
la escritura, pero esta no tendría sentido si antes no se habla y concreta qué
es lo que quiere el cliente. Tenlo claro antes de empezar a teclear porque te
ahorrará perder el tiempo y reescribir.
Concreta las condiciones. No dejes ningún detalle al azar para
evitar sorpresas de última hora. Antes de asumir el encargo has de saber de
cuánto tiempo dispones para hacerlo, qué extensión quieren, en qué formato se
va a publicar e indicaciones sobre estilo, vocabulario y orientaciones.
Contrato de confidencialidad. Es habitual que cuando se contrata a
un escritor fantasma se firme un contrato de confidencialidad a fin de
preservar la identidad del verdadero autor de la obra. Es una garantía que no
debes saltarte.
Seguimiento del proyecto. Aunque te hayan pedido escribir un
libro y no te hayan exigido ningún tipo de supervisión es importante mantener
el contacto con quien te ha contratado. Así puedes saber si ha habido algún
tipo de cambio en las previsiones iniciales en cuanto a estilo, publicación o
extensión de la publicación.
Tu vinculación tiene fecha de
caducidad. El último
punto del decálogo es muy parecido al primero. Debes recordar que el libro que
has escrito no es tuyo legalmente, así que tu vinculación con él acaba una vez
lo has entregado y han hecho las correcciones o consideraciones oportunas.
Ver más
sobre el mismo tema: http://decalogosliterarios.blogspot.com.co/2015/04/decalogo-del-negro-literario-o-casi.html