LOS MEJORES INSULTOS
Y POLÉMICAS ENTRE ESCRITORES
El insulto, en poder
de la mente, y la pluma apropiadas, puede ser todo un arte. Los escritores no
han sido ajenos a caer en la tentación de oprobiar a sus colegas. En una página
llamada http://neorrabioso.blogspot.com.es/2012/03/400-troyas-literarias.html
se toman el trabajo de recopilar las mejores peleas entre autores de todas las épocas.
Un deleite intelectual, un verdadero espectáculo de lenguas afiladas. A pedido
de algunos amigos y seguidores del blog, recopilamos algunas. No tienen
desperdicio.
INTRODUCCIÓN.
"....
Luego de oír recitar a Julio Flórez un poema dedicado a su
madre, cuenta la leyenda, le preguntaron a Vargas Vila su opinión sobre el
poeta. “Muy buen hijo”, respondió. Lo mismo podemos decir de Juan Carlos ahora:
como crítico y biógrafo, muy buen hijo."("Botero por Botero", de
Julio César Londoño.)
Enemigos íntimos
Para empezar, una de las más picantes:
Conocida fue la relación amorosa que hubo entre Emilia Pardo
Bazán y Benito Pérez Galdós, pero también de dominio público la enemistad que
llegaron a profesarse ambos.
En cierta ocasión, siendo ya mayores se encontraron
accidentalmente en unas escaleras. Él subía jadeante y ella empezó a bajarla.
Mientras se cruzaban ella le espetó:
-Adiós, viejo chocho
Pero tal y como lo soltó se dio cuenta que le había puesto
en bandeja una magistral contestación a una de las mentes más brillantes de la
literatura. Pardo Bazán aceleró el pasó escaleras abajo, pero le dio tiempo a
escuchar la réplica de su viejo e íntimo enemigo:
-Adiós, chocho viejo
Nicolás Cabral contra
Vargas Llosa.
El engaño de los medios que privilegian la opinión sobre el
pensamiento ha encumbrado a figuras como Vargas Llosa. Articulista peso mosca,
quien ahora lamenta la decadencia de la cultura occidental es la encarnación del
más flagrante cinismo. En tanto plumífero de las peores causas, su prosa
escolar colabora secretamente en el fenómeno que denuncia desde el púlpito.
(Nicolás Cabral, "Vargas Llosa, el brillante", La
tempestad, 23 de septiembre de 2010)
Fernando Vallejo contra
García Márquez, Cortázar, Borges y Octavio Paz. También contra otros escritores
colombianos y contra España
BERNARDO MARÍN: Usted y otros intelectuales firmaron una
carta en la que se negaban a volver a España mientras se exigiera visa a sus
compatriotas. Usted ha sido el único que se ha mantenido firme. ¿Se arrepiente
de haberla firmado? ¿Reprocha algo a sus colegas?
FERNANDO VALLEJO: La carta a que aludes se publicó en EL
PAÍS (AQUÍ) y la firmamos Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez, Fernando Botero,
Darío Jaramillo, William Ospina, Héctor Abad y yo. Siete. De los cuales sólo yo
mantuve la palabra empeñada. Los restantes la fueron violando uno a uno.
Primero Mutis: a los pocos meses de que nos pusieran la visa, con la mayor
desvergüenza fue a sacar el visado a la Embajada española en México y acto
seguido viajó a España a embolsarse los cien mil dólares del premio Cervantes
que le acababan de otorgar. Luego Darío Jaramillo, aduciendo que él no podía
luchar solo contra toda la Unión Europea. ¿Y cuando firmó la carta sí podía, o
es que entretanto se le estaban agotando las fuerzas al paladín? Después volvió
Botero furtiva y miserablemente como un delincuente, a lo más vil, a una
corrida de toros. Que a Colombia la defiendan los taurófilos es como que la
defiendan los paramilitares, los de las FARC, los políticos, Juan Manuel Santos
y demás hampones. Después volvió García Márquez con la mayor desfachatez, sin
aludir siquiera al asunto. Se publicó entonces una foto suya en Barcelona con
el presidente de la Generalitat catalana. ¡Se le había olvidado su promesa!
Como antes se le había olvidado también la que hizo de no volver a escribir
mientras estuviera en el poder Augusto Pinochet. Diecisiete años estuvo el
golpista montado ahí, durante los cuales mi paisano siguió escribiendo libros
como si tal. Y sigamos con la lista: volvió mi amigo William Ospina, gran
escritor y hombre de alma grande a quien le perdono, y finalmente el que
redactó la carta, de nombre Héctor Abad. Cuando Mutis volvió a España por la platica
del Cervantes, Héctor escribió un artículo indignado en una revista colombiana
diciendo que Mutis violaba su palabra con la tinta de su firma todavía fresca.
Recientemente Héctor acabó también violando su palabra y aduciendo, ahora en un
artículo de El Espectador de Bogotá, que no podía vivir sin España, donde
estudiaban sus hijos. La tinta de su firma ya no estaba fresca como la de
Mutis, pero en fin, tinta es tinta, seca o no, y el honor es el honor. ¡Pobre
Colombia con estos defensores que le resultan cada tanto! En cuanto a mí, nunca
la he defendido. No hago sino sacarle sus trapitos sucios, sus infamias, a la
luz del sol.
BERNARDO MARÍN: Si finalmente se deja de exigir la visa a
los colombianos. ¿Volverá a España?
FERNANDO VALLEJO: Yo a España ya no la quiero, y estoy feliz
de verla quebrada, en bancarrota, con una deuda impagable de casi dos billones
de dólares y un desempleo monstruoso. ¡Lo altaneros que estaban, gastándose la
plata ajena! Se aprovecharon de lo lindo de la Unión Europea mientras nos
cerraban la puerta a los colombianos. ¡Cuál madre patria! Ésa no es una patria.
Ni para los españoles ni mucho menos para los colombianos. Bienvenidos euracas
a Perú y Colombia. Pero no de gerentes de bancos: a lavar inodoros.
FRANCISCO VILLENA GARRIDO: ¿Es tu vida materia literaria?
FERNANDO VALLEJO: Resolví escribir en primera persona sobre
lo que había vivido creando este personaje cuando tenía cuarenta años, el
viejo, que recuerda su vida. A lo largo de mi vida he visto historias de la
misma realidad y personajes de un mundo con el que podía llenar mis libros. En
primera persona porque el narrador en tercera persona es imposible. ¿No te
parecen absurdos esos libros del siglo XIX en tercera persona? ¿O del XX? ¿O de
toda la historia de la literatura? ¿Cómo va a saber un pobre hijo de vecino qué
piensan los otros si ya no nos aclaramos con este lío que es la mente de uno?
La novela burguesa francesa del XIX me parece especialmente horrenda.
FRANCISCO VILLENA GARRIDO: Tal vez resulta paradójico que una
de las grandes voces en tercera persona, como es Gabriel García Márquez, se
apreste a experimentar con la primera persona en “Vivir para contarla”, un
libro que se dice autobiográfico.
FERNANDO VALLEJO: No he leído ese libro de él, aunque él no
sabe por dónde va esta cosa. Él no tiene ni idea de por dónde va el asunto. Es
un escritor sin originalidad, al contrario de lo que parece. Él ha escrito en
tercera persona, en narrador omnisciente, es decir, el camino más trillado de
la literatura. Tiene una prosa pobre de vocabulario, sintaxis, sonoridades. No
es un novelista original, más bien pobre, sobre todo comparado con lo que otros
han hecho, como Manuel Mujica Láinez, el gran prosista y el gran escritor del
idioma. Ahora no sabemos para dónde tirar. La literatura tiene los caminos
abiertos.
FRANCISCO VILLENA GARRIDO: Las críticas a Octavio Paz son
frecuentes en tus libros.
FERNANDO VALLEJO: Mi narrador es un tipo muy extravagante y
loco. Un personaje como ése puede tener manías contra alguien. Para él, Octavio
Paz es un personaje muy antipático por mal escritor y por mal poeta. Se creía
que era alguien y ahí no había nadie. Es un escritor muy menor.
¿Cuál es su opinión sobre su compatriota Gabriel García
Márquez?
El personaje me interesa muy poco; me parece más bien un
cortesano del tirano de Cuba. Es una vileza alcahuetear semejante
monstruosidad. Esta es mi opinión sobre García Márquez persona.
¿Y cómo escritor?
Es un escritor que escribe novelas en tercera persona, con
las que ya me peleé. Yo no he escrito ninguna novela en tercera persona, todas
son en primera persona. La tercera persona me parece un camino trillado en la
literatura, no va para ningún lado. Por lo demás, García Márquez es un escritor
correcto que conoce en cierta forma el oficio. No tanto, por supuesto, como tu
paisano Manuel Mujica Láinez, o como el español Azorín. De Mujica Láinez te
puedo decir que es el prosista más grande del idioma español, con lo cual no te
estoy diciendo que es el más grande escritor. Porque una cosa es ser un gran
prosista y otra ser un gran escritor. Pero nadie, en los mil años de la lengua
española, ha escrito un español con tal riqueza sintáctica y lexicográfica como
él, con su ritmo y sonoridad. Es el gran prosista del idioma.
Lástima que esté un poco olvidado.
Sí, es cierto, porque el que han endiosado los jóvenes
argentinos es Julio Cortázar.
¿No le gusta Cortázar?
No lo conozco. Lo he ojeado y me da la impresión de que no
sabía escribir. No sabía justamente el idioma literario, escribía pobremente. Y
los jóvenes hacen este cálculo: si este escritor tan malo es nuestro gran
escritor, entonces por qué yo no puedo ser igual a él.
¿Y Borges?
El Aleph es un relato muy hermoso, logrado, espléndido. Ya
sólo con eso bastaría para que su nombre quede en la literatura. Pero no pienso
que sea tan grande como se dice. Lo han hecho tan grande porque desde el mundo
anglosajón y francés lo pueden entender muy fácil: no es un escritor muy propio
de la lengua española. El español no era tan importante en su literatura. Por
lo demás, usa las palabras impropiamente, y además es afectado. Tiene
afectaciones feas.
Borges y Bioy Casares
contra Unamuno
Viernes, 19 de junio. Come en casa de Borges. Leemos poemas
de Unamuno, sobre quien dará una conferencia (Unamuno, poeta).
BORGES: "¿Y si les digo que después de leer los poemas
de Unamuno he resuelto hablar sobre cualquier otro?".
BIOY: "Qué torpeza, que fealdad idiomática. Para lograr
una rima llega a cualquier sacrificio. En uno de sus mejores poemas dice eterno
nido porque necesitaba la rima. A veces no se sabe cuál es el ripio. Si en una
línea escribe silla, en otra pone cilla. Nunca fluye con naturalidad".
BORGES: "¿Quién será tan torpe? En otros idiomas no
conozco poetas tan torpes".
BIOY: "Quizá, en sus versos, Güiraldes. Uno se
pregunta: ¿Por qué se ponen a escribir, si les cuesta tanto? Hace mal leer
esto: uno se siente en un mundo en que el defecto y la chapucería son la norma,
lo único posible. Uno teme el contagio, lo descubre en uno, la facilidad y la
belleza parecen inalcanzables, sobrevienen el abatimiento y uno correría a
suicidarse. Hoy leí Weir of Hermiston".
BORGES: "Bueno, Stevenson, qué diferencia".
BIOY: "También los Machado, Darío, López Velarde,
Lugones, Banchs... ¡Qué diferencia!".
BORGES: "Ahora que me comprometí, mejor seguir
adelante. Hablaré de la poesía intelectual. La idea de que se la podía oponer
al modernismo me atrajo. De todas maneras, aunque lo elogie, la tibieza
aparecerá".
(Adolfo Bioy Casares, Borges, Destino, Barcelona, 2006,
págs. 1034-1035).
Aira contra Sábato
A Sabato no lo hemos tomado nunca muy en serio. Y sorprende
un poco que alguien se lo pueda tomar en serio. Es un señor que tiene aristas
muy risibles: esa vanidad, el malditismo... Malditismo que no condice con su
personalidad. Es un señor perfectamente racional que juega al maldito. Así, se
ve obligado a escribir constantemente en sus textos la palabra angustia, la palabra
dolor... y claro, eso no funciona.
(César Aira, en "El mejor Cortázar es un mal
Borges", entrevista de Carlos Alfieri para el diario Clarín, 9 de octubre
de 2004).
Gombrowicz contra
Borges
Borges y yo somos polos opuestos. Él se halla enraizado en
la literatura, yo en la vida. A decir verdad, yo soy antiliterario. Lo que
decía Borges no me parecía de la mejor calidad; era demasiado limitado,
demasiado literario, paradojas, frases ingeniosas, sutilezas, en una palabra,
el género que más detesto.
(...) El Borges hablado, ese Borges de conversaciones, de
conferencias, de entrevistas, y también de los ensayos y las críticas, siempre
me ha parecido pobre, y más bien superficial. En la Argentina me citaban a
menudo como excelentes las frases ingeniosas de Borges. Pues bien, siempre
sufría una decepción. Aquello sólo era literatura, y ni siquiera de la mejor.
(...) ¿Quién demonios es, en comparación con las montañas de
revelaciones sartrianas, un Borges argentino, sopita aguada para literatos?
(Witold Gombrowicz en "Witold Gombrowicz y Jorge Luis
Borges", de Juan Carlos Gómez, en Elortiba.org)
Borges contra Góngora
Estuve leyendo las Soledades y el Polifemo: son activamente
feos. Leí todo Polifemo: es horrible. Góngora, en Polifemo, se especializa en
la fealdad vistosa. Le gustan palabras como corcho, escamas, chupar, vomitar,
nácar y perlas. Le gusta un sistema de balanzas con platillos que se
estabilizan, bajan o suben: si dice que algo es noble, otro es humilde, esto
blanco, esto negro, todo articulado por palabras como aunque, no tanto, sin
embargo, no menos. Esto es un error: como la literatura es una máquina, debe
ser clandestina, un poco misteriosa. El de Góngora es un mundo de mecanismos
verbales. No imagina lo que dice y es esencialmente grosero: escribir que el
agua del Nilo vomita riquezas es una grosería y una estupidez. ¿Cómo no
advierte que ese verbo no le conviene? Quería usar palabras latinas, y eso le
bastaba. La idea que tenía del ingenio era bastante rara. Cualquier oposición,
negro-blanco, muerte-vida, lo atraía y le parecía ingeniosa. Dámaso Alonso ha
prosificado Las soledades, es decir ha quebrado los hiperbata y ha restituido
la sintaxis, sin advertir que dejaba en descubierto la pobreza mental de
Góngora.
(Jorge Luis Borges, el 27 de febrero de 1982, recogido por
Adolfo Bioy Casares en Borges, Destino, Barcelona, 2006, págs. 1567 y 1568)
Borges contra Arlt
Era muy ingenuo. Se dejaba engañar por cualquier plan para
ganar mucha plata, por descabellado que fuera, a condición de que hubiera en él
algo deshonesto. Por ejemplo, se interesó mucho en el proyecto de instalar una
feria para rematar caballos, en Avellaneda. El verdadero negocio consistiría en
que clandestinamente cortarían las colas de los caballos, venderían la cerda y
ganarían millones. Un negocio adicional: con las costras de las mataduras del
lomo fabricarían un insecticida infalible.
Era comunista: se entusiasmó con la idea de organizar una
gran cadena nacional de prostíbulos, que costearían la revolución social. Era
un malevo desagradable, extraordinariamente inculto. Hablábamos una noche con
Ricardo Güiraldes y con Evar Méndez de un posible título para una revista.
Arlt, con su voz tosca y extranjera, preguntó: "¿Por qué no le ponen El
Cocodrilo? Ja, ja". Era un imbécil.
En Crítica, estuvo dos días y lo echaron porque no servía
para nada. No sabía hacer absolutamente nada. Me explicaron que sólo en El
Mundo supieron aprovecharlo. Le encargaban cualquier cosa y después daban las
páginas a otro para que las reescribiera. Dicen que reuniendo sus aguafuertes
porteñas, que son trescientas y pico, podría hacerse un libro extraordinario.
Imagínate lo que será eso. Las escribía todos los días, sobre lo primero que se
le presentaba. Menos mal que algún otro las reescribió.
Me aseguran que después se cultivó y leyó a Faulkner, y que
eso lo demostró en un artículo de dos páginas, algo magnífico, en que estaba
todo: "Sobre la crisis de la novela". Qué título. Ya te podés
imaginar la idiotez que sería eso. Lo que pasa, según Arlt, es que la gente no
comprende lo que es la novela, por eso hay crisis de novelas. En la novela cada
personaje debe tener un destino claro, como el destino del tigre es matar. ¿Te
das cuenta? Tiene que valerse de un animal para significar la sencillez del
destino. Más que personajes describiría muñecos".
(Jorge Luis Borges, recogido por Adolfo Bioy Casares en
Borges, Destino, Barcelona, 2006, pág. 249).
Truman Capote contra
John Updike
Odio a Updike. Me aburre todo lo que tenga que ver con él.
Es como una porción de mercurio: póngase una gota en la mano y trate de
aferrarla. Se deslizará a un lado y a otro y no podrá cogerla, no sabrá qué
hacer mientras corre por sus dedos. En cualquier caso, es muy amanerado. Hay
una cosa que se llama estilo, y luego está el estilista. Yo me considero un
estilista. Updike no lo es, porque tiene un estilo afectado que ni siquiera le
pertenece. Sencillamente, siempre lo retuerce todo en cierto modo. Se nota lo
artificial que resulta el vocabulario, se vuelve uno tan consciente de ello, se
ve con tanta claridad en su manera de construir el relato que se pierde
absolutamente el contacto con la narración por el efecto que produce el
retorcimiento de la frase, la falta de naturalidad en la rima y el ritmo de ese
"estilo" afectado que, en mi opinión, despoja a su obra de toda
fuerza narrativa. Y así ha sido desde que por primera vez leyera su libro The
Poorhouse Fair. En el momento en que lo leí, comprendí lo que pasaba, lo que
andaba mal en su manera de escribir, y nunca me he apartado lo más mínimo de
esa opinión. No ha hecho más que fortalecerse y hacerse más sólida cada vez.
(Truman Capote, entrevistado por Lawrence Grobel y recogido
en Conversaciones íntimas con Truman Capote, Anagrama, Barcelona, pág. 138 y
139, traducción de Benito Gómez Ibáñez).
Fogwill contra Alan
Pauls
Alan Pauls hace en El pasado un parricidio malo, porque a lo
largo de todo eso, hace la misma operación de Borges: que los mocasines, que la
modernidad, que la droga, que esto, que lo otro, que el yate, que la regata Río
de Janeiro-Ciudad del Cabo. Todo eso. Y en ningún momento dice que yo escribo
mejor que él. Y eso es lo primero que tendría que decir. Yo digo, por ejemplo,
él sabe mucho más francés que yo. Punto. El tiene una mejor formación académica
que la mía, que es nula. Eso lo reconozco. Pero yo sigo diciendo que yo escribo
mucho mejor que él. Que si vamos a un taller literario, con alguien, el alumno
estrella voy a ser siempre yo, porque me van a dar un ejercicio y yo una página
se la hago en tres minutos, cuando él empieza a pensar con qué estrategia
abordar —abordar subrayado— el texto. ¿Entendés?
(Fogwill en "Fogwill en pose de combate",
entrevista de Martin Kohan para la revista Ñ de Clarín, 25 de marzo de 2006).
Bolaño contra Neruda
A mí Neruda me gusta bastante, tal como lo digo en ese
cuentito. Un gran poeta americano. Muy equivocado, por otra parte, claro, como
casi todos los poetas. No era el sucesor de Whitman, en muchos de sus poemas,
en la estructura de esos poemas, sólo podemos ver ahora a un plagiario de Whitman.
Pero la literatura es así, es una selva un poco pesadillesca en donde la gran
mayoría, la inmensa mayoría de escritores son plagiarios. Hay algunos jóvenes
con voz propia, pero no saben escribir, lo que es un desastre. Entonces esos
jóvenes van a los talleres literarios o a la universidad para aprender a
escribir y cuando ya saben escribir no tienen voz propia. En fin, qué le vamos
a hacer. Neruda, en algún momento de su vida, pensó que él era el paradigma del
poeta, y se equivocó. Pero la verdad es que todos los poetas, en algún momento
de sus vidas, se creen la muerte.
Roberto Bolaño en "Siempre quise ser un escritor
político", entrevista de Demián Orosz, La voz del interior, 26 de
diciembre de 2001).
Bolaño contra Isabel
Allende, Skármeta y Teitelboim
Puestos a escoger entre la sartén y el fuego, escojo a
Isabel Allende. Su glamour de sudamericana en California, sus imitaciones de
García Márquez, su indudable valentía, su ejercicio de la literatura que va de
lo kitsch a lo patético y que de alguna manera la asemeja, en versión criolla y
políticamente correcta, a la autora de El valle de las muñecas, resulta, aunque
parezca difícil, muy superior a la literatura de funcionarios natos de Skármeta
y Teitelboim. Es decir: la literatura de Allende es mala, pero está viva; es
anémica, como muchos latinoamericanos, pero está viva. No va a vivir mucho
tiempo, como muchos enfermos, pero por ahora está viva. Y siempre cabe la
posibilidad de un milagro de un milagro. No sé, el fantasma de Juana Inés de la
Cruz se le puede aparecer un día y le puede dar una lista de lecturas. El
fantasma de Teresa de Ávila. En el peor de los casos el fantasma de Pardo
Bazán. No se puede decir lo mismo de la literatura de Skármeta y Teitelboim. A
esos no los salva ni Dios.
(Roberto Bolaño, recogido por Javier Huerta Calvo en
"Bolaño, entre el enigma y la leyenda", Revista LEER, Nº 210, Marzo
2010, pág. 18).
Bukowski contra
Shakespeare
Shakespeare es ilegible y está sobrevalorado. Pero la gente
no quiere escuchar esto. Uno no puede atacar templos. Ha sido fijado a lo largo
de los siglos. Uno puede decir que tal es un pésimo actor, pero no puede decir
que Shakespeare es mierda. Cuando algo dura mucho tiempo, los snobs empiezan a
aferrarse a él, como ventosas. Cuando los snobs sienten que algo es seguro, se
aferran. Pero si les decís la verdad, se ponen salvajes. No pueden soportarlo.
Es atacar su propio proceso de pensamiento. Me desagradan.
(Charles Bukowski, entrevistado por Seann Penn en 1987 para
la revista Interview, Página12, 27 de junio de 2004).
Mark Twain sobre Jane
Austen
Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de
desenterrarla y golpearle en el cráneo con su propia tibia.
J.M. Coetzee sobre
Sándor Márai
Su concepción de la forma novelesca era anticuada, su concepción
del potencial de la novela era limitada, y sus logros en ese medio fueron, en
consecuencia, escasos.
David Huerta sobre
Bukowski (y sobre su séquito de fans)
Para entrar en materia, haré una pregunta sencilla: ¿cuál es
el sueño de todo adolescente, aparte de conseguirse un automóvil? Levantarse
tarde, no hacer la cama, beber con los amigotes, desvelarse con todo descaro,
apostar y jugar, ir al billar o al hipódromo a arriesgar un dinero de
preferencia mal habido. Todo lo que no tenga que ver con esto es
“pequeñoburgués”, “fresa”, “exquisito” y la sarta de adjetivos dizque
infamantes que quiera proponer el curioso lector. Ahí está la clave del éxito
enorme de Bukowski: sus libros son la expresión de un sueño adolescente
cumplido en todo su esplendor.
Flaubert sobre George
Sand
Una gran vaca rellena de tinta.
Borges sobre el
Ulises de Joyce
Creo que “Ulises” es un fracaso. Cuando se ha leído lo
suficiente se saben miles y miles de circunstancias sobre los personajes, pero
no se los conoce. Y pensar en los personajes de Joyce no es lo mismo que pensar
en los de Stevenson o Dickens, porque en el caso de un personaje, en un libro
de Stevenson, por ejemplo, un hombre puede que sólo esté presente en una
página, pero se siente que uno lo conoce o que hay más de él por conocer. En
“Ulises” se cuentan miles de circunstancias sobre los personajes: que han ido
dos veces al lavabo, los libros que leen, sus posturas exactas cuando están
sentados o de pie, pero, realmente, no se los conoce. Es como si Joyce hubiera
pasado por ellos con un microscopio o una lupa.
Virginia Woolf sobre
el Ulises de Joyce
Ulises es el trabajo de un despistado preparatoriano
rascándose los barros.
Joseph Conrad sobre D.H. Lawrence
Una porquería. Nada más que obscenidades.
Evelyn Waugh sobre
Proust
Creo que era un retrasado mental.
Lawrence Durrell
sobre Henry James
Si tuviera que elegir entre leer a Henry James y que
apretaran mi cabeza entre dos piedras, elegiría lo segundo.
Elias Canetti sobre
Bertolt Brecht
Tan grande era mi aversión por su persona que cuando nos
encontrábamos no le decía una palabra sobre sus poemas. Al verlo, pero muy
especialmente al oírlo pronunciar sus frases, me invadía una sensación de ira
que me guardaba bien de exteriorizar, no menos que mi entusiasmo por el
Devocionario del hogar.
Wilde sobre G.B. Shaw
No tiene ningún enemigo en este mundo, y ninguno de sus
amigos lo quiere.
Charlotte Brontë
sobre Jane Austen
No altera al lector con nada vehemente ni lo molesta con
nada profundo: las pasiones le son perfectamente desconocidas.
Cyril Connolly sobre Orwell
No podía sonarse la nariz sin tener que moralizar sobre la
industria del pañuelo.
Sobre Ernest
Hemingway
- "Jamás ha utilizado una sola palabra que pudiese
mandar al lector en busca de un diccionario". William Faulkner.
- "Leí a Hemingway por primera vez a mediados de los
cuarenta, algo sobre toros, pelotas y campanas, y me repugnó". Vladimir
Nabokov.
- "Compré un ejemplar de The New Yorker, el número en
el que viene el perfil de Hemingway. Me pareció muy entretenido; por Dios, es
idiota del todo". Truman Capote.
Sobre James Joyce
- “Uno de los libros que causaron un gran daño fue el de
James Joyce, “Ulises”, que es puro estilo. No hay nada allí”. Paulo Coelho.
Sobre Pablo Neruda
- "La literatura chilena gira en torno a un sol muerto
que se llama Pablo Neruda y que es la principal coartada para que exista esa
entelequia que llaman Literatura chilena". Roberto Bolaño.
- "Como poeta sería maricón o si acaso loca, como
Whitman y Blake. Neruda y Paz, en cambio, son maricas". Roberto Bolaño.
- "Escribe una poesía fácil, bobalicona, al alcance de
cualquier plumífero. Es la poesía especial para todas las tontas de
América". Vicente Huidobro.
Sobre Jane Austen
“Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de
desenterrarla y golpearle en el cráneo con su propia tibia”. Mark Twain.
Sobre Vladimir
Nabokov
- "Qué hijo puta. Ese tipo es un completo galimatías.
Representa todo lo que está mal en la mitad de los novelistas estadounidenses y
ha jodido a muchos bobos de aquí...". Kingsley Amis.
- "No he leído Lolita y no pienso hacerlo, ya que la
longitud del género novelesco no coincide ni con la oscuridad de mis ojos ni
con la brevedad de la vida humana". Jorge Luis Borges.
Sobre Miguel de
Cervantes
“De poetas, no digo: buen siglo es éste. Muchos están en
cierne para el año que viene, pero ninguno hay tan malo como Cervantes ni tan
necio que alabe a Don Quijote”. Lope de Vega.
Sobre Roberto Arlt
"Era un malevo desagradable, extraordinariamente
inculto". Jorge Luis Borges.
Sobre Alejo
Carpentier
"Nunca he conocido a un comunista tan deslumbrado por
el lujo". Francisco Umbral.
Sobre James Jones
“Me enviaron esa mierda de De aquí a la eternidad. Y con lo
mierda que es, me extraña que el hombre que la escribió tenga esa
extraordinaria pinta de estreñido”. Truman Capote.
Sobre Paulo Coelho
"La primera respuesta que me di, apenas empezando la
lectura de algunos de sus libros, fue que quizá Coelho disfrazaba de misterio y
asombro las puras tonterías. Oigan esta, por ejemplo: “Era un día caluroso y el
vino, por uno de estos misterios insondables, conseguía refrescar un poco su
cuerpo”. De verdad, qué misterio insondable que un líquido quite la sed.
Después me di cuenta de que sus técnicas narrativas no se agotan en la simple
estupidez; son algo más hábiles y algo menos burdas". Héctor Abad Faciolince.
Sobre Joyce Carol
Oates
"Las tres palabras más desalentadoras en el idioma
inglés son: ‘Joyce Carol Oates". Gore Vidal.
Sobre Goethe
“Goethe es el genio más grande que ha existido en un siglo,
y el imbécil más grande que ha existido en tres” Thomas Carlyle.
Sobre Julio Cortázar
- “Hay algunos cuentos que están bien. El de los cuentos es
el mejor Cortázar. O sea, un mal Borges, o mediano”. César Aira.
- “Cortázar fue para todos los argentinos una iniciación,
pero si uno vuelve a leer sus textos en la madurez se le ponen los pelos de
punta, porque se da cuenta de que no era un escritor muy bueno. Yo lo admiraba,
pero ahora me parece malo”. César Aira.
Sobre Salvador de
Madariaga
"Era tonto en cinco idiomas". Ortega y Gasset.
Sobre Eduard Gibbon
“Su estilo es despreciable, pero eso no es lo peor de él”.
Richard Coleridge.
Sobre Isabel Allende
"Me parece una mala escritora simple y llanamente. Ni
siquiera creo que sea escritora, es una escribidora". Roberto Bolaño.
Sobre Roberto Bolaño
"Bolaño hablaba mal de todo el mundo. Era una persona
extraordinariamente conflictiva que nunca dijo nada bueno de nadie... Es un
buen escritor que desgraciadamente murió, pero eso no lo hace mejor
persona". Isabel Allende.
Sobre Carlos Fuentes
"Carlos Fuentes se expresaba en un inglés perfecto y
parecía ser un hombre que no tuviera ningún tipo de dudas, ni siquiera
metafísicas; era para mí lo más remoto a lo que podía compararse con un
verdadero escritor". Reinaldo Arenas.
Sobre George Sand
“Una gran vaca rellena de tinta”. Gustave Flaubert.
Sobre George Orwell
"No podía sonarse la nariz sin tener que moralizar
sobre la industria del pañuelo". Cyril Connolly.
Sobre Marcel Proust
“Estoy leyendo a Proust por primera vez. Muy poca cosa. Creo
que era un retrasado mental”. Evelyn Waugh.
Sobre Mark Twain
“Un gacetillero que no habrían calificado ni de quinta en
Europa. Les tomó el pelo a unos cuantas momias literarias salpicando sus textos
aquí y allá con algunas dosis de color local, las suficientes para intrigar a
frívolos y flojos”. Virginia Woolf.
Sobre Robert Browning
“Creo que Robert Browning no fue bueno en la cama.” W. H. Auden.
Sobre Lillian Hellman
“Todas las palabras que escribe son mentiras. Incluyendo
‘y’, ‘él’, ‘la’ y ‘lo’”. Mary MacCarthy.
Sobre John Updike
"Odio a Updike. Me aburre todo lo que tenga que ver con
él". Truman Capote.
Sobre Boris Pasternak
"Dr. Zhivago es una cosa lamentable, chapucera, trivial
y melodramática, llena de situaciones manidas, abogados voluptuosos, mujeres
poco creíbles y coincidencias trilladas". Vladimir Nabokov.
Sobre Henry James
- "La viejecita más encantadora que he conocido
nunca". William Faulkner.
- "Tenía una mente tan perfecta que ninguna idea podía
profanarla". T.S.Eliot.
- “El señor Henry James escribe narrativa como si fuese una
obligación desagradable”. Oscar Wilde.
Sobre Chesterton
“Chesterton es como la vil capa de escoria de un estanque”.
Ezra Pound.
Sobre Laura Esquivel
“Entonces aparecen escritores en los que no hay nada. O son
malos copistas del realismo mágico, como la mexicana Laura Esquivel" .
Roberto Bolaño.
Sobre Jack Kerouac
“Lo que hace no es escribir. Es mecanografiar”. Truman Capote.
Sobre Salinger
- “Odié El guardián entre el centeno. Me tomó días y días
poderlo acabar, con mucha dificultad, una página tras otra sonrojándome de la
vergüenza en su nombre frente a cada ridícula frase que se me cruzaba enfrente.
¿Cómo pueden dejar pasar esto? Que alguien me explique”. Elizabeth Bishop.
- “Salinger es el favorito de todo el mundo. Parezco ser el
único que le considera poco más que la mayor mente que se quedó en la escuela
preparatoria”. Norman Mailer.
Sobre Camilo José
Cela
- "Una de las personas más vacuas e insoportables de la
literatura internacional". Italo Calvino.
- "Hace treinta años que no lo leo. Es un
pelmazo". Rafael Sánchez Felosio.
- "Distingo entre narradores e intelectuales, y otros
que ni son narradores ni intelectuales, que sólo escriben pura cháchara y
retórica, como Cela, que es un plúmbeo". Juan Marsé.
Sobre Dostoievski
"Dostoievski no es un gran escritor, sino un escritor
bastante mediocre; con destellos de excelente humor, separados
desgraciadamente, por desiertos de vulgaridad literaria”. Vladimir Nabokov.
Sobre Samuel Beckett
“Todo es tan gris e incómodo que al final parece que sufre
constantes malestares de vejiga, como le pasa a la gente mayor cuando duerme”.
Vladimir Nabokov.
Sobre William
Shakespeare
- "Recuerdo que los actores, en un intento de honrarle,
mencionan a menudo que Shakespeare nunca tachó una línea de su prosa. Mi
respuesta siempre ha sido: ojalá hubiese tachado mil". Ben Johnson.
- "Después de todo, lo único que hizo fue hilar montón
de viejos refranes populares". H.L. Mencken.
Sobre Kafka
"Kafka era un mal escritor, y él lo sabía".
Eduardo Mendoza.
Sobre Francisco
Umbral
"Umbral escribe como mea". Miguel Delibes.
Sobre Alexander Pope
"Hay dos maneras de sentir aversión hacia la poesía; la
primera es tener aversión hacia ella, la segunda es leer a Pope". Oscar
Wilde.
Sobre Sócrates
"Cuanto más lo leo, menos me extraña que lo
envenenaran." Thomas
Banington.
Sobre Jorge Luis Borges
- "Turiferario a sueldo, vendido y envilecido".
Ezequiel Martínez Estrada.
- "Sus libritos, engendrados sin sangre y sin fuerza en
sus entrañas mal alimentadas, van apareciendo año tras año, pero muertos".
Enrique Anderson Imbert.
Sobre Arturo
Pérez-Reverte
"No está Marsé, ni Juan Goytisolo, ni Eduardo
Mendoza... no recuerdo si está Álvaro Pombo (probablemente si está se deba a
una equivocación), pero está Pérez Reverte. Bueno, también está Paulo Coelho en
la Academia brasileña". Roberto Bolaño (sobre que Pérez Reverte forme
parte de la RAE).
H.G. Wells a G. B. Shaw:
“Un niño idiota gritando en un hospital”
Gertrude Stein a Ezra Pound:
“Un explicador de aldea. Excelente si
eres una aldea, pero si no lo eres no”
Gore Vidal a Truman
Capote:
“Es una completa ama de casa de Kansas con todos sus
prejuicios”
Vladimir Nabokov a
Joseph Conrad:
“No soporto el estilo
de tienda de recuerditos de Conrad y los barcos en una botella y los collares
de conchas de clichés románticos”
R.L. Stevenson a Walt Whitman:
“Como un gran perro lanudo al que
acaban de soltar corriendo por las playas del mundo y aullando a la luna”
William Faulkner a Ernest Hemingway:
Ernest Hemingway a William Faulkner (donde las dan las
toman): “Pobre Faulkner. ¿Cree realmente que las grandes emociones vienen de
las grandes palabras?
Efraím Medina Reyes
contra García Márquez
En cuanto al término garcíamarketing me refiero a que él,
García Márquez, es una marca registrada que se usa con diversos propósitos;
sería tonto pensar que García Márquez necesita algún tipo de publicidad cuando
él es alma y nervio de los medios. Son sus cortesanos quienes chupan, se
disputan y han declarado estar dispuestos a todo por las migajas que les arroja
de su fama. Lo que me indigna y entristece es que un escritor de su dimensión
se incline de forma tan patética ante cualquier tipo de poder y se le humedezca
el trasero con sólo escuchar la palabra Presidente.
Vargas Llosa contra
García Márquez
Con este telón de fondo quiero situar aquella respuesta mía
en Nueva York, a la pregunta de un escritor sudafricano, en la que dije
lamentar que García Márquez hubiera aceptado ser un “cortesano” de Fidel
Castro. Hasta en tres ocasiones me conminó usted [Günter Grass] en Hamburgo a
pedir disculpas por aquella frase, so pena -según los cables- de dejar de ser
para usted “un interlocutor válido”. (Estas son las bravatas suyas a las que me
referí al principio.)
No voy a retirar esa frase. Sé que ella es dura pero estoy
convencido que expresa una verdad. Dije también algo igualmente severo, hace
algunos años, cuando supe que Borges -un escritor al que tengo como uno de los
más originales e inteligentes que haya producido nuestra lengua- había aceptado
una condecoración del general Pinochet. Tener un gran talento literario no me
parece un atenuante sino un agravante en estos casos. Simplemente no entiendo
qué puede llevar a un escritor como García Márquez a conducirse como lo hace
con el regimen cubano. Porque su adhesion va más allá de la solidaridad
ideológica y asume a menudo las formas de la beatería religiosa o de la
adulación. Que un escritor inciense como él lo hace al caudillo de un régimen
que mantiene muchos presos políticos -entre ellos varios escritores-, que
practica una estrictísima censura intelectual, no tolera la menor crítica y ha
obligado a exiliarse a decenas de intelectuales, es algo que, como decimos en
español, me hace sentir vergüenza ajena. Y también me alarma, pues poniendo su
prestigio al servicio incondicional de Fidel Castro, García Marquez confunde a
mucha gente en América Latina sobre la verdadera naturaleza de su régimen.
Probablemente admiro la obra literaria de García Marquez
tanto como usted. Y, acaso, la conozco mejor, pues dediqué dos años a
estudiarla y escribí sobre ella. Él y yo fuimos muy amigos; luego, nos
distanciamos y las diferencias políticas han ido abriendo un abismo entre
nosotros en todos estos años. Pero nada de eso me impide gozar con la buena
prosa que escribe y con la imaginación fosforecente que despliega en sus
historias. Porque reconozco en él un talento literario poco común, no puedo
comprender que, tratándose de Cuba, haya renunciado a toda forma de
discriminación moral y de independencia crítica asumiendo resueltamente un
papel que me parece indigno de él: el de propagandista.
Vargas Llosa contra
Neruda
Tengo a la poesía de Neruda por la más rica y liberadora que
se ha escrito en castellano en este siglo, una poesía tan vasta como es la
pintura de Picasso, un firmamento en el que hay misterio, maravilla,
simplicidad y complejidad extremas, realismo y surrealismo, lírica y épica,
intuición y razón y una sabiduría artesanal tan grande como capacidad de
invención. ¿Cómo pudo ser, la misma persona que revolucionó de este modo la
poesía de la lengua, el disciplinado militante que escribió poemas en loor de
Stalin y a quien todos los crímenes del estalinismo -las purgas, los campos,
los juicios fraguados, las matanzas, la esclerosis del marxismo- no produjeron
la menor turbación ética, ninguno de los conflictos y dilemas en que sumieron a
tantos artistas? Toda la dimensión política de la obra de Neruda se resiente
del mismo esquematismo conformista de su militancia. No hubo en él duplicidad
moral: su visión del mundo, como político y como escritor (cuando escribía de
política) era maniquea y dogmática. Gracias a Neruda incontables
latinoamericanos descubrimos la poesía; gracias á él -su influencia fue
gigantesca- innumerables jóvenes llegaron a creer que la manera más digna de
combatir las iniquidades del imperialismo y de la reacción, era oponiéndoles la
ortodoxia estalinista.
Otras fuentes de oprobios y citas de lenguas afiladas:
Otros artículos del autor del blog:
La serie de opinión, CONSEJOS A UN JOVEN COLEGA, en Youtube:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLm-lfL5KTbVOjHC0N-0MJveoeRRfLY4EP
CUENTOS LEÍDOS en Youtube:
https://emiliorestrepo.blogspot.com/search?q=cuentos+le%C3%ADdos
LIBROS publicados:
https://emiliorestrepo.blogspot.com/p/libros-de-emilio-alberto-restrepo.html
ENTREVISTAS y RESEÑAS:
http://emiliorestrepo.blogspot.com/search/label/entrevista
http://emiliorestrepo.blogspot.com/p/entrevistas-prensa-resenas.html
La serie de opinión, CONSEJOS A UN JOVEN COLEGA, en Youtube:
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