ANTOLOGIA DE DECALOGOS LITERARIOS

"Los Diez Mandamientos, considerados útiles reglas morales para vivir en sociedad, tienen un excelente uso literario. El escritor, al contar sus historias, debería hacer que sus personajes violen constantemente estos mandamientos, en conjunto o por partes. Mientras alguien robe, mate, mienta, fornique, blasfeme o desee a la mujer del prójimo tendremos un conflicto y en consecuencia una historia que contar. Por el contrario, si sus personajes se portan bien, no sucederá nada: todo será aburridísimo."
Fernando Ampuero


Uno de los más interesantes y que recoge más sabiduría, tiene un solo postulado. Se lo leí a Alejandro Quintana y dice:

"Porque en realidad ya se ha contado todo; lo novedoso es contarlo de forma interesante".

Es muy común que los escritores, cuando gozan de cierto reconocimiento, decidan organizar sus ideas en forma de recomendaciones que suelen enumerar en listas, generalmente en forma de decálogos, muy a manera de configurar una suerte de "Tablas de la Ley"o de "Diez Mandamientos" , en los que pontifican,-con razón o sin ella, en concordancia con su prestigio y sabiduría o apenas haciendo gala de una vana pretensión un tanto ególatra- sobre sus verdades decantadas acerca del oficio de escribir.

Unos condensan verdaderas sentencias, otras son apenas esbozos que naufragan en su propia babosería; unos son un compendio de ingenio, otros verdaderos destellos de humor, mientras algunos apenas sí resbalan como peligroso chascarrillo en el reino del lugar común.

De todas maneras, en esta página recopilamos algunos de ellos, como elemento para el análisis y estudio de los interesados en el ejercicio de escribir. Muy recomendado para aprendices y aficionados, para lectores desprevenidos, para alumnos de talleres literarios y para todos los que se deleitan del bello arte de la Literatura.

Al final citamos los más ingeniosos, clásicos, reconocidos o polémicos.

Lo que comenzó como un divertimento, pasó a ser una disciplina que permite enriquecer la teoría de la creación literaria, en la voz de los maestros. La idea original parte de la página www.emiliorestrepo.blogspot.com
Comentarios y aportes, favor remitirlos a emiliorestrepo@gmail.com

martes, 28 de julio de 2015

LOS MEJORES INSULTOS Y POLÉMICAS ENTRE ESCRITORES

LOS MEJORES INSULTOS Y POLÉMICAS  ENTRE ESCRITORES

El insulto, en poder de la mente, y la pluma apropiadas, puede ser todo un arte. Los escritores no han sido ajenos a caer en la tentación de oprobiar a sus colegas. En una página llamada http://neorrabioso.blogspot.com.es/2012/03/400-troyas-literarias.html se toman el trabajo de recopilar las mejores peleas entre autores de todas las épocas. Un deleite intelectual, un verdadero espectáculo de lenguas afiladas. A pedido de algunos amigos y seguidores del blog, recopilamos algunas. No tienen desperdicio.

INTRODUCCIÓN.
"....
Luego de oír recitar a Julio Flórez un poema dedicado a su madre, cuenta la leyenda, le preguntaron a Vargas Vila su opinión sobre el poeta. “Muy buen hijo”, respondió. Lo mismo podemos decir de Juan Carlos ahora: como crítico y biógrafo, muy buen hijo."("Botero por Botero", de Julio César Londoño.)

Enemigos íntimos
Para empezar, una de las más picantes:
Conocida fue la relación amorosa que hubo entre Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós, pero también de dominio público la enemistad que llegaron a profesarse ambos.
En cierta ocasión, siendo ya mayores se encontraron accidentalmente en unas escaleras. Él subía jadeante y ella empezó a bajarla.
Mientras se cruzaban ella le espetó:
-Adiós, viejo chocho
Pero tal y como lo soltó se dio cuenta que le había puesto en bandeja una magistral contestación a una de las mentes más brillantes de la literatura. Pardo Bazán aceleró el pasó escaleras abajo, pero le dio tiempo a escuchar la réplica de su viejo e íntimo enemigo:
-Adiós, chocho viejo

Nicolás Cabral contra Vargas Llosa.
El engaño de los medios que privilegian la opinión sobre el pensamiento ha encumbrado a figuras como Vargas Llosa. Articulista peso mosca, quien ahora lamenta la decadencia de la cultura occidental es la encarnación del más flagrante cinismo. En tanto plumífero de las peores causas, su prosa escolar colabora secretamente en el fenómeno que denuncia desde el púlpito.
(Nicolás Cabral, "Vargas Llosa, el brillante", La tempestad, 23 de septiembre de 2010)

Fernando Vallejo contra García Márquez, Cortázar, Borges y Octavio Paz. También contra otros escritores colombianos y contra España
BERNARDO MARÍN: Usted y otros intelectuales firmaron una carta en la que se negaban a volver a España mientras se exigiera visa a sus compatriotas. Usted ha sido el único que se ha mantenido firme. ¿Se arrepiente de haberla firmado? ¿Reprocha algo a sus colegas?
FERNANDO VALLEJO: La carta a que aludes se publicó en EL PAÍS (AQUÍ) y la firmamos Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez, Fernando Botero, Darío Jaramillo, William Ospina, Héctor Abad y yo. Siete. De los cuales sólo yo mantuve la palabra empeñada. Los restantes la fueron violando uno a uno. Primero Mutis: a los pocos meses de que nos pusieran la visa, con la mayor desvergüenza fue a sacar el visado a la Embajada española en México y acto seguido viajó a España a embolsarse los cien mil dólares del premio Cervantes que le acababan de otorgar. Luego Darío Jaramillo, aduciendo que él no podía luchar solo contra toda la Unión Europea. ¿Y cuando firmó la carta sí podía, o es que entretanto se le estaban agotando las fuerzas al paladín? Después volvió Botero furtiva y miserablemente como un delincuente, a lo más vil, a una corrida de toros. Que a Colombia la defiendan los taurófilos es como que la defiendan los paramilitares, los de las FARC, los políticos, Juan Manuel Santos y demás hampones. Después volvió García Márquez con la mayor desfachatez, sin aludir siquiera al asunto. Se publicó entonces una foto suya en Barcelona con el presidente de la Generalitat catalana. ¡Se le había olvidado su promesa! Como antes se le había olvidado también la que hizo de no volver a escribir mientras estuviera en el poder Augusto Pinochet. Diecisiete años estuvo el golpista montado ahí, durante los cuales mi paisano siguió escribiendo libros como si tal. Y sigamos con la lista: volvió mi amigo William Ospina, gran escritor y hombre de alma grande a quien le perdono, y finalmente el que redactó la carta, de nombre Héctor Abad. Cuando Mutis volvió a España por la platica del Cervantes, Héctor escribió un artículo indignado en una revista colombiana diciendo que Mutis violaba su palabra con la tinta de su firma todavía fresca. Recientemente Héctor acabó también violando su palabra y aduciendo, ahora en un artículo de El Espectador de Bogotá, que no podía vivir sin España, donde estudiaban sus hijos. La tinta de su firma ya no estaba fresca como la de Mutis, pero en fin, tinta es tinta, seca o no, y el honor es el honor. ¡Pobre Colombia con estos defensores que le resultan cada tanto! En cuanto a mí, nunca la he defendido. No hago sino sacarle sus trapitos sucios, sus infamias, a la luz del sol.

BERNARDO MARÍN: Si finalmente se deja de exigir la visa a los colombianos. ¿Volverá a España?
FERNANDO VALLEJO: Yo a España ya no la quiero, y estoy feliz de verla quebrada, en bancarrota, con una deuda impagable de casi dos billones de dólares y un desempleo monstruoso. ¡Lo altaneros que estaban, gastándose la plata ajena! Se aprovecharon de lo lindo de la Unión Europea mientras nos cerraban la puerta a los colombianos. ¡Cuál madre patria! Ésa no es una patria. Ni para los españoles ni mucho menos para los colombianos. Bienvenidos euracas a Perú y Colombia. Pero no de gerentes de bancos: a lavar inodoros.
FRANCISCO VILLENA GARRIDO: ¿Es tu vida materia literaria?
FERNANDO VALLEJO: Resolví escribir en primera persona sobre lo que había vivido creando este personaje cuando tenía cuarenta años, el viejo, que recuerda su vida. A lo largo de mi vida he visto historias de la misma realidad y personajes de un mundo con el que podía llenar mis libros. En primera persona porque el narrador en tercera persona es imposible. ¿No te parecen absurdos esos libros del siglo XIX en tercera persona? ¿O del XX? ¿O de toda la historia de la literatura? ¿Cómo va a saber un pobre hijo de vecino qué piensan los otros si ya no nos aclaramos con este lío que es la mente de uno? La novela burguesa francesa del XIX me parece especialmente horrenda.

FRANCISCO VILLENA GARRIDO: Tal vez resulta paradójico que una de las grandes voces en tercera persona, como es Gabriel García Márquez, se apreste a experimentar con la primera persona en “Vivir para contarla”, un libro que se dice autobiográfico.
FERNANDO VALLEJO: No he leído ese libro de él, aunque él no sabe por dónde va esta cosa. Él no tiene ni idea de por dónde va el asunto. Es un escritor sin originalidad, al contrario de lo que parece. Él ha escrito en tercera persona, en narrador omnisciente, es decir, el camino más trillado de la literatura. Tiene una prosa pobre de vocabulario, sintaxis, sonoridades. No es un novelista original, más bien pobre, sobre todo comparado con lo que otros han hecho, como Manuel Mujica Láinez, el gran prosista y el gran escritor del idioma. Ahora no sabemos para dónde tirar. La literatura tiene los caminos abiertos.

FRANCISCO VILLENA GARRIDO: Las críticas a Octavio Paz son frecuentes en tus libros.
FERNANDO VALLEJO: Mi narrador es un tipo muy extravagante y loco. Un personaje como ése puede tener manías contra alguien. Para él, Octavio Paz es un personaje muy antipático por mal escritor y por mal poeta. Se creía que era alguien y ahí no había nadie. Es un escritor muy menor.
¿Cuál es su opinión sobre su compatriota Gabriel García Márquez?
El personaje me interesa muy poco; me parece más bien un cortesano del tirano de Cuba. Es una vileza alcahuetear semejante monstruosidad. Esta es mi opinión sobre García Márquez persona.

¿Y cómo escritor?
Es un escritor que escribe novelas en tercera persona, con las que ya me peleé. Yo no he escrito ninguna novela en tercera persona, todas son en primera persona. La tercera persona me parece un camino trillado en la literatura, no va para ningún lado. Por lo demás, García Márquez es un escritor correcto que conoce en cierta forma el oficio. No tanto, por supuesto, como tu paisano Manuel Mujica Láinez, o como el español Azorín. De Mujica Láinez te puedo decir que es el prosista más grande del idioma español, con lo cual no te estoy diciendo que es el más grande escritor. Porque una cosa es ser un gran prosista y otra ser un gran escritor. Pero nadie, en los mil años de la lengua española, ha escrito un español con tal riqueza sintáctica y lexicográfica como él, con su ritmo y sonoridad. Es el gran prosista del idioma.

Lástima que esté un poco olvidado.
Sí, es cierto, porque el que han endiosado los jóvenes argentinos es Julio Cortázar.

¿No le gusta Cortázar?
No lo conozco. Lo he ojeado y me da la impresión de que no sabía escribir. No sabía justamente el idioma literario, escribía pobremente. Y los jóvenes hacen este cálculo: si este escritor tan malo es nuestro gran escritor, entonces por qué yo no puedo ser igual a él.

¿Y Borges?
El Aleph es un relato muy hermoso, logrado, espléndido. Ya sólo con eso bastaría para que su nombre quede en la literatura. Pero no pienso que sea tan grande como se dice. Lo han hecho tan grande porque desde el mundo anglosajón y francés lo pueden entender muy fácil: no es un escritor muy propio de la lengua española. El español no era tan importante en su literatura. Por lo demás, usa las palabras impropiamente, y además es afectado. Tiene afectaciones feas.

Borges y Bioy Casares contra Unamuno
Viernes, 19 de junio. Come en casa de Borges. Leemos poemas de Unamuno, sobre quien dará una conferencia (Unamuno, poeta).
BORGES: "¿Y si les digo que después de leer los poemas de Unamuno he resuelto hablar sobre cualquier otro?".
BIOY: "Qué torpeza, que fealdad idiomática. Para lograr una rima llega a cualquier sacrificio. En uno de sus mejores poemas dice eterno nido porque necesitaba la rima. A veces no se sabe cuál es el ripio. Si en una línea escribe silla, en otra pone cilla. Nunca fluye con naturalidad".
BORGES: "¿Quién será tan torpe? En otros idiomas no conozco poetas tan torpes".
BIOY: "Quizá, en sus versos, Güiraldes. Uno se pregunta: ¿Por qué se ponen a escribir, si les cuesta tanto? Hace mal leer esto: uno se siente en un mundo en que el defecto y la chapucería son la norma, lo único posible. Uno teme el contagio, lo descubre en uno, la facilidad y la belleza parecen inalcanzables, sobrevienen el abatimiento y uno correría a suicidarse. Hoy leí Weir of Hermiston".
BORGES: "Bueno, Stevenson, qué diferencia".
BIOY: "También los Machado, Darío, López Velarde, Lugones, Banchs... ¡Qué diferencia!".
BORGES: "Ahora que me comprometí, mejor seguir adelante. Hablaré de la poesía intelectual. La idea de que se la podía oponer al modernismo me atrajo. De todas maneras, aunque lo elogie, la tibieza aparecerá".
(Adolfo Bioy Casares, Borges, Destino, Barcelona, 2006, págs. 1034-1035).

Aira contra Sábato
A Sabato no lo hemos tomado nunca muy en serio. Y sorprende un poco que alguien se lo pueda tomar en serio. Es un señor que tiene aristas muy risibles: esa vanidad, el malditismo... Malditismo que no condice con su personalidad. Es un señor perfectamente racional que juega al maldito. Así, se ve obligado a escribir constantemente en sus textos la palabra angustia, la palabra dolor... y claro, eso no funciona.
(César Aira, en "El mejor Cortázar es un mal Borges", entrevista de Carlos Alfieri para el diario Clarín, 9 de octubre de 2004).

Gombrowicz contra Borges
Borges y yo somos polos opuestos. Él se halla enraizado en la literatura, yo en la vida. A decir verdad, yo soy antiliterario. Lo que decía Borges no me parecía de la mejor calidad; era demasiado limitado, demasiado literario, paradojas, frases ingeniosas, sutilezas, en una palabra, el género que más detesto.
(...) El Borges hablado, ese Borges de conversaciones, de conferencias, de entrevistas, y también de los ensayos y las críticas, siempre me ha parecido pobre, y más bien superficial. En la Argentina me citaban a menudo como excelentes las frases ingeniosas de Borges. Pues bien, siempre sufría una decepción. Aquello sólo era literatura, y ni siquiera de la mejor.
(...) ¿Quién demonios es, en comparación con las montañas de revelaciones sartrianas, un Borges argentino, sopita aguada para literatos?
(Witold Gombrowicz en "Witold Gombrowicz y Jorge Luis Borges", de Juan Carlos Gómez, en Elortiba.org)

Borges contra Góngora
Estuve leyendo las Soledades y el Polifemo: son activamente feos. Leí todo Polifemo: es horrible. Góngora, en Polifemo, se especializa en la fealdad vistosa. Le gustan palabras como corcho, escamas, chupar, vomitar, nácar y perlas. Le gusta un sistema de balanzas con platillos que se estabilizan, bajan o suben: si dice que algo es noble, otro es humilde, esto blanco, esto negro, todo articulado por palabras como aunque, no tanto, sin embargo, no menos. Esto es un error: como la literatura es una máquina, debe ser clandestina, un poco misteriosa. El de Góngora es un mundo de mecanismos verbales. No imagina lo que dice y es esencialmente grosero: escribir que el agua del Nilo vomita riquezas es una grosería y una estupidez. ¿Cómo no advierte que ese verbo no le conviene? Quería usar palabras latinas, y eso le bastaba. La idea que tenía del ingenio era bastante rara. Cualquier oposición, negro-blanco, muerte-vida, lo atraía y le parecía ingeniosa. Dámaso Alonso ha prosificado Las soledades, es decir ha quebrado los hiperbata y ha restituido la sintaxis, sin advertir que dejaba en descubierto la pobreza mental de Góngora.
(Jorge Luis Borges, el 27 de febrero de 1982, recogido por Adolfo Bioy Casares en Borges, Destino, Barcelona, 2006, págs. 1567 y 1568)

Borges contra Arlt
Era muy ingenuo. Se dejaba engañar por cualquier plan para ganar mucha plata, por descabellado que fuera, a condición de que hubiera en él algo deshonesto. Por ejemplo, se interesó mucho en el proyecto de instalar una feria para rematar caballos, en Avellaneda. El verdadero negocio consistiría en que clandestinamente cortarían las colas de los caballos, venderían la cerda y ganarían millones. Un negocio adicional: con las costras de las mataduras del lomo fabricarían un insecticida infalible.
Era comunista: se entusiasmó con la idea de organizar una gran cadena nacional de prostíbulos, que costearían la revolución social. Era un malevo desagradable, extraordinariamente inculto. Hablábamos una noche con Ricardo Güiraldes y con Evar Méndez de un posible título para una revista. Arlt, con su voz tosca y extranjera, preguntó: "¿Por qué no le ponen El Cocodrilo? Ja, ja". Era un imbécil.
En Crítica, estuvo dos días y lo echaron porque no servía para nada. No sabía hacer absolutamente nada. Me explicaron que sólo en El Mundo supieron aprovecharlo. Le encargaban cualquier cosa y después daban las páginas a otro para que las reescribiera. Dicen que reuniendo sus aguafuertes porteñas, que son trescientas y pico, podría hacerse un libro extraordinario. Imagínate lo que será eso. Las escribía todos los días, sobre lo primero que se le presentaba. Menos mal que algún otro las reescribió.
Me aseguran que después se cultivó y leyó a Faulkner, y que eso lo demostró en un artículo de dos páginas, algo magnífico, en que estaba todo: "Sobre la crisis de la novela". Qué título. Ya te podés imaginar la idiotez que sería eso. Lo que pasa, según Arlt, es que la gente no comprende lo que es la novela, por eso hay crisis de novelas. En la novela cada personaje debe tener un destino claro, como el destino del tigre es matar. ¿Te das cuenta? Tiene que valerse de un animal para significar la sencillez del destino. Más que personajes describiría muñecos".
(Jorge Luis Borges, recogido por Adolfo Bioy Casares en Borges, Destino, Barcelona, 2006, pág. 249).

Truman Capote contra John Updike
Odio a Updike. Me aburre todo lo que tenga que ver con él. Es como una porción de mercurio: póngase una gota en la mano y trate de aferrarla. Se deslizará a un lado y a otro y no podrá cogerla, no sabrá qué hacer mientras corre por sus dedos. En cualquier caso, es muy amanerado. Hay una cosa que se llama estilo, y luego está el estilista. Yo me considero un estilista. Updike no lo es, porque tiene un estilo afectado que ni siquiera le pertenece. Sencillamente, siempre lo retuerce todo en cierto modo. Se nota lo artificial que resulta el vocabulario, se vuelve uno tan consciente de ello, se ve con tanta claridad en su manera de construir el relato que se pierde absolutamente el contacto con la narración por el efecto que produce el retorcimiento de la frase, la falta de naturalidad en la rima y el ritmo de ese "estilo" afectado que, en mi opinión, despoja a su obra de toda fuerza narrativa. Y así ha sido desde que por primera vez leyera su libro The Poorhouse Fair. En el momento en que lo leí, comprendí lo que pasaba, lo que andaba mal en su manera de escribir, y nunca me he apartado lo más mínimo de esa opinión. No ha hecho más que fortalecerse y hacerse más sólida cada vez.
(Truman Capote, entrevistado por Lawrence Grobel y recogido en Conversaciones íntimas con Truman Capote, Anagrama, Barcelona, pág. 138 y 139, traducción de Benito Gómez Ibáñez).

Fogwill contra Alan Pauls
Alan Pauls hace en El pasado un parricidio malo, porque a lo largo de todo eso, hace la misma operación de Borges: que los mocasines, que la modernidad, que la droga, que esto, que lo otro, que el yate, que la regata Río de Janeiro-Ciudad del Cabo. Todo eso. Y en ningún momento dice que yo escribo mejor que él. Y eso es lo primero que tendría que decir. Yo digo, por ejemplo, él sabe mucho más francés que yo. Punto. El tiene una mejor formación académica que la mía, que es nula. Eso lo reconozco. Pero yo sigo diciendo que yo escribo mucho mejor que él. Que si vamos a un taller literario, con alguien, el alumno estrella voy a ser siempre yo, porque me van a dar un ejercicio y yo una página se la hago en tres minutos, cuando él empieza a pensar con qué estrategia abordar —abordar subrayado— el texto. ¿Entendés?
(Fogwill en "Fogwill en pose de combate", entrevista de Martin Kohan para la revista Ñ de Clarín, 25 de marzo de 2006).

Bolaño contra Neruda
A mí Neruda me gusta bastante, tal como lo digo en ese cuentito. Un gran poeta americano. Muy equivocado, por otra parte, claro, como casi todos los poetas. No era el sucesor de Whitman, en muchos de sus poemas, en la estructura de esos poemas, sólo podemos ver ahora a un plagiario de Whitman. Pero la literatura es así, es una selva un poco pesadillesca en donde la gran mayoría, la inmensa mayoría de escritores son plagiarios. Hay algunos jóvenes con voz propia, pero no saben escribir, lo que es un desastre. Entonces esos jóvenes van a los talleres literarios o a la universidad para aprender a escribir y cuando ya saben escribir no tienen voz propia. En fin, qué le vamos a hacer. Neruda, en algún momento de su vida, pensó que él era el paradigma del poeta, y se equivocó. Pero la verdad es que todos los poetas, en algún momento de sus vidas, se creen la muerte.
Roberto Bolaño en "Siempre quise ser un escritor político", entrevista de Demián Orosz, La voz del interior, 26 de diciembre de 2001).

Bolaño contra Isabel Allende, Skármeta y Teitelboim
Puestos a escoger entre la sartén y el fuego, escojo a Isabel Allende. Su glamour de sudamericana en California, sus imitaciones de García Márquez, su indudable valentía, su ejercicio de la literatura que va de lo kitsch a lo patético y que de alguna manera la asemeja, en versión criolla y políticamente correcta, a la autora de El valle de las muñecas, resulta, aunque parezca difícil, muy superior a la literatura de funcionarios natos de Skármeta y Teitelboim. Es decir: la literatura de Allende es mala, pero está viva; es anémica, como muchos latinoamericanos, pero está viva. No va a vivir mucho tiempo, como muchos enfermos, pero por ahora está viva. Y siempre cabe la posibilidad de un milagro de un milagro. No sé, el fantasma de Juana Inés de la Cruz se le puede aparecer un día y le puede dar una lista de lecturas. El fantasma de Teresa de Ávila. En el peor de los casos el fantasma de Pardo Bazán. No se puede decir lo mismo de la literatura de Skármeta y Teitelboim. A esos no los salva ni Dios.
(Roberto Bolaño, recogido por Javier Huerta Calvo en "Bolaño, entre el enigma y la leyenda", Revista LEER, Nº 210, Marzo 2010, pág. 18).

Bukowski contra Shakespeare
Shakespeare es ilegible y está sobrevalorado. Pero la gente no quiere escuchar esto. Uno no puede atacar templos. Ha sido fijado a lo largo de los siglos. Uno puede decir que tal es un pésimo actor, pero no puede decir que Shakespeare es mierda. Cuando algo dura mucho tiempo, los snobs empiezan a aferrarse a él, como ventosas. Cuando los snobs sienten que algo es seguro, se aferran. Pero si les decís la verdad, se ponen salvajes. No pueden soportarlo. Es atacar su propio proceso de pensamiento. Me desagradan.
(Charles Bukowski, entrevistado por Seann Penn en 1987 para la revista Interview, Página12, 27 de junio de 2004).
Mark Twain sobre Jane Austen
Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de desenterrarla y golpearle en el cráneo con su propia tibia.

J.M. Coetzee sobre Sándor Márai

Su concepción de la forma novelesca era anticuada, su concepción del potencial de la novela era limitada, y sus logros en ese medio fueron, en consecuencia, escasos.
David Huerta sobre Bukowski (y sobre su séquito de fans)

Para entrar en materia, haré una pregunta sencilla: ¿cuál es el sueño de todo adolescente, aparte de conseguirse un automóvil? Levantarse tarde, no hacer la cama, beber con los amigotes, desvelarse con todo descaro, apostar y jugar, ir al billar o al hipódromo a arriesgar un dinero de preferencia mal habido. Todo lo que no tenga que ver con esto es “pequeñoburgués”, “fresa”, “exquisito” y la sarta de adjetivos dizque infamantes que quiera proponer el curioso lector. Ahí está la clave del éxito enorme de Bukowski: sus libros son la expresión de un sueño adolescente cumplido en todo su esplendor.

Flaubert sobre George Sand

Una gran vaca rellena de tinta.

Borges sobre el Ulises de Joyce

Creo que “Ulises” es un fracaso. Cuando se ha leído lo suficiente se saben miles y miles de circunstancias sobre los personajes, pero no se los conoce. Y pensar en los personajes de Joyce no es lo mismo que pensar en los de Stevenson o Dickens, porque en el caso de un personaje, en un libro de Stevenson, por ejemplo, un hombre puede que sólo esté presente en una página, pero se siente que uno lo conoce o que hay más de él por conocer. En “Ulises” se cuentan miles de circunstancias sobre los personajes: que han ido dos veces al lavabo, los libros que leen, sus posturas exactas cuando están sentados o de pie, pero, realmente, no se los conoce. Es como si Joyce hubiera pasado por ellos con un microscopio o una lupa.

Virginia Woolf sobre el Ulises de Joyce

Ulises es el trabajo de un despistado preparatoriano rascándose los barros.

Joseph Conrad sobre D.H. Lawrence

Una porquería. Nada más que obscenidades.

Evelyn Waugh sobre Proust

Creo que era un retrasado mental.

Lawrence Durrell sobre Henry James

Si tuviera que elegir entre leer a Henry James y que apretaran mi cabeza entre dos piedras, elegiría lo segundo.

Elias Canetti sobre Bertolt Brecht

Tan grande era mi aversión por su persona que cuando nos encontrábamos no le decía una palabra sobre sus poemas. Al verlo, pero muy especialmente al oírlo pronunciar sus frases, me invadía una sensación de ira que me guardaba bien de exteriorizar, no menos que mi entusiasmo por el Devocionario del hogar.

Wilde sobre G.B. Shaw

No tiene ningún enemigo en este mundo, y ninguno de sus amigos lo quiere.

Charlotte Brontë sobre Jane Austen

No altera al lector con nada vehemente ni lo molesta con nada profundo: las pasiones le son perfectamente desconocidas.

 Cyril Connolly sobre Orwell

No podía sonarse la nariz sin tener que moralizar sobre la industria del pañuelo.

Sobre Ernest Hemingway

- "Jamás ha utilizado una sola palabra que pudiese mandar al lector en busca de un diccionario". William Faulkner.
- "Leí a Hemingway por primera vez a mediados de los cuarenta, algo sobre toros, pelotas y campanas, y me repugnó". Vladimir Nabokov.
- "Compré un ejemplar de The New Yorker, el número en el que viene el perfil de Hemingway. Me pareció muy entretenido; por Dios, es idiota del todo". Truman Capote.

Sobre James Joyce

- “Uno de los libros que causaron un gran daño fue el de James Joyce, “Ulises”, que es puro estilo. No hay nada allí”. Paulo Coelho.

Sobre Pablo Neruda

- "La literatura chilena gira en torno a un sol muerto que se llama Pablo Neruda y que es la principal coartada para que exista esa entelequia que llaman Literatura chilena". Roberto Bolaño.
- "Como poeta sería maricón o si acaso loca, como Whitman y Blake. Neruda y Paz, en cambio, son maricas". Roberto Bolaño.
- "Escribe una poesía fácil, bobalicona, al alcance de cualquier plumífero. Es la poesía especial para todas las tontas de América". Vicente Huidobro.

Sobre Jane Austen

“Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de desenterrarla y golpearle en el cráneo con su propia tibia”. Mark Twain.

Sobre Vladimir Nabokov

- "Qué hijo puta. Ese tipo es un completo galimatías. Representa todo lo que está mal en la mitad de los novelistas estadounidenses y ha jodido a muchos bobos de aquí...". Kingsley Amis.
- "No he leído Lolita y no pienso hacerlo, ya que la longitud del género novelesco no coincide ni con la oscuridad de mis ojos ni con la brevedad de la vida humana". Jorge Luis Borges.

Sobre Miguel de Cervantes

“De poetas, no digo: buen siglo es éste. Muchos están en cierne para el año que viene, pero ninguno hay tan malo como Cervantes ni tan necio que alabe a Don Quijote”. Lope de Vega.

Sobre Roberto Arlt

"Era un malevo desagradable, extraordinariamente inculto". Jorge Luis Borges.

Sobre Alejo Carpentier

"Nunca he conocido a un comunista tan deslumbrado por el lujo". Francisco Umbral.

Sobre James Jones

“Me enviaron esa mierda de De aquí a la eternidad. Y con lo mierda que es, me extraña que el hombre que la escribió tenga esa extraordinaria pinta de estreñido”. Truman Capote.

Sobre Paulo Coelho

"La primera respuesta que me di, apenas empezando la lectura de algunos de sus libros, fue que quizá Coelho disfrazaba de misterio y asombro las puras tonterías. Oigan esta, por ejemplo: “Era un día caluroso y el vino, por uno de estos misterios insondables, conseguía refrescar un poco su cuerpo”. De verdad, qué misterio insondable que un líquido quite la sed. Después me di cuenta de que sus técnicas narrativas no se agotan en la simple estupidez; son algo más hábiles y algo menos burdas". Héctor Abad Faciolince.

Sobre Joyce Carol Oates

"Las tres palabras más desalentadoras en el idioma inglés son: ‘Joyce Carol Oates". Gore Vidal.

Sobre Goethe

“Goethe es el genio más grande que ha existido en un siglo, y el imbécil más grande que ha existido en tres” Thomas Carlyle.

Sobre Julio Cortázar

- “Hay algunos cuentos que están bien. El de los cuentos es el mejor Cortázar. O sea, un mal Borges, o mediano”. César Aira.
- “Cortázar fue para todos los argentinos una iniciación, pero si uno vuelve a leer sus textos en la madurez se le ponen los pelos de punta, porque se da cuenta de que no era un escritor muy bueno. Yo lo admiraba, pero ahora me parece malo”. César Aira.

Sobre Salvador de Madariaga

"Era tonto en cinco idiomas". Ortega y Gasset.

Sobre Eduard Gibbon

“Su estilo es despreciable, pero eso no es lo peor de él”. Richard Coleridge.

Sobre Isabel Allende

"Me parece una mala escritora simple y llanamente. Ni siquiera creo que sea escritora, es una escribidora". Roberto Bolaño.

Sobre Roberto Bolaño

"Bolaño hablaba mal de todo el mundo. Era una persona extraordinariamente conflictiva que nunca dijo nada bueno de nadie... Es un buen escritor que desgraciadamente murió, pero eso no lo hace mejor persona". Isabel Allende.

Sobre Carlos Fuentes

"Carlos Fuentes se expresaba en un inglés perfecto y parecía ser un hombre que no tuviera ningún tipo de dudas, ni siquiera metafísicas; era para mí lo más remoto a lo que podía compararse con un verdadero escritor". Reinaldo Arenas.

Sobre George Sand

“Una gran vaca rellena de tinta”. Gustave Flaubert.

Sobre George Orwell

"No podía sonarse la nariz sin tener que moralizar sobre la industria del pañuelo". Cyril Connolly.

Sobre Marcel Proust

“Estoy leyendo a Proust por primera vez. Muy poca cosa. Creo que era un retrasado mental”. Evelyn Waugh.

Sobre Mark Twain

“Un gacetillero que no habrían calificado ni de quinta en Europa. Les tomó el pelo a unos cuantas momias literarias salpicando sus textos aquí y allá con algunas dosis de color local, las suficientes para intrigar a frívolos y flojos”. Virginia Woolf.

Sobre Robert Browning

“Creo que Robert Browning no fue bueno en la cama.” W. H. Auden.
 
Sobre Lillian Hellman

“Todas las palabras que escribe son mentiras. Incluyendo ‘y’, ‘él’, ‘la’ y ‘lo’”. Mary MacCarthy.

Sobre John Updike

"Odio a Updike. Me aburre todo lo que tenga que ver con él". Truman Capote.

Sobre Boris Pasternak

"Dr. Zhivago es una cosa lamentable, chapucera, trivial y melodramática, llena de situaciones manidas, abogados voluptuosos, mujeres poco creíbles y coincidencias trilladas". Vladimir Nabokov.

Sobre Henry James

- "La viejecita más encantadora que he conocido nunca". William Faulkner.
- "Tenía una mente tan perfecta que ninguna idea podía profanarla". T.S.Eliot.
- “El señor Henry James escribe narrativa como si fuese una obligación desagradable”. Oscar Wilde.

Sobre Chesterton

“Chesterton es como la vil capa de escoria de un estanque”. Ezra Pound.

Sobre Laura Esquivel

“Entonces aparecen escritores en los que no hay nada. O son malos copistas del realismo mágico, como la mexicana Laura Esquivel" . Roberto Bolaño.

Sobre Jack Kerouac

“Lo que hace no es escribir. Es mecanografiar”. Truman Capote.

Sobre Salinger

- “Odié El guardián entre el centeno. Me tomó días y días poderlo acabar, con mucha dificultad, una página tras otra sonrojándome de la vergüenza en su nombre frente a cada ridícula frase que se me cruzaba enfrente. ¿Cómo pueden dejar pasar esto? Que alguien me explique”. Elizabeth Bishop.
- “Salinger es el favorito de todo el mundo. Parezco ser el único que le considera poco más que la mayor mente que se quedó en la escuela preparatoria”. Norman Mailer.

Sobre Camilo José Cela

- "Una de las personas más vacuas e insoportables de la literatura internacional". Italo Calvino.
- "Hace treinta años que no lo leo. Es un pelmazo". Rafael Sánchez Felosio.
- "Distingo entre narradores e intelectuales, y otros que ni son narradores ni intelectuales, que sólo escriben pura cháchara y retórica, como Cela, que es un plúmbeo". Juan Marsé.

Sobre Dostoievski

"Dostoievski no es un gran escritor, sino un escritor bastante mediocre; con destellos de excelente humor, separados desgraciadamente, por desiertos de vulgaridad literaria”. Vladimir Nabokov.

Sobre Samuel Beckett

“Todo es tan gris e incómodo que al final parece que sufre constantes malestares de vejiga, como le pasa a la gente mayor cuando duerme”. Vladimir Nabokov.

Sobre William Shakespeare

- "Recuerdo que los actores, en un intento de honrarle, mencionan a menudo que Shakespeare nunca tachó una línea de su prosa. Mi respuesta siempre ha sido: ojalá hubiese tachado mil". Ben Johnson.
- "Después de todo, lo único que hizo fue hilar montón de viejos refranes populares". H.L. Mencken.

Sobre Kafka

"Kafka era un mal escritor, y él lo sabía". Eduardo Mendoza.

Sobre Francisco Umbral

"Umbral escribe como mea". Miguel Delibes.

Sobre Alexander Pope

"Hay dos maneras de sentir aversión hacia la poesía; la primera es tener aversión hacia ella, la segunda es leer a Pope". Oscar Wilde.

Sobre Sócrates

"Cuanto más lo leo, menos me extraña que lo envenenaran." Thomas Banington.

Sobre Jorge Luis Borges

- "Turiferario a sueldo, vendido y envilecido". Ezequiel Martínez Estrada.
- "Sus libritos, engendrados sin sangre y sin fuerza en sus entrañas mal alimentadas, van apareciendo año tras año, pero muertos". Enrique Anderson Imbert.

Sobre Arturo Pérez-Reverte

"No está Marsé, ni Juan Goytisolo, ni Eduardo Mendoza... no recuerdo si está Álvaro Pombo (probablemente si está se deba a una equivocación), pero está Pérez Reverte. Bueno, también está Paulo Coelho en la Academia brasileña". Roberto Bolaño (sobre que Pérez Reverte forme parte de la RAE).


H.G. Wells a G. B. Shaw:
“Un niño idiota gritando en un hospital”

Gertrude Stein a Ezra Pound:
 “Un explicador de aldea. Excelente si eres una aldea, pero si no lo eres no”

Gore Vidal a Truman Capote:
“Es una completa ama de casa de Kansas con todos sus prejuicios”

Vladimir Nabokov a Joseph Conrad:
 “No soporto el estilo de tienda de recuerditos de Conrad y los barcos en una botella y los collares de conchas de clichés románticos”

R.L. Stevenson a Walt Whitman:
 “Como un gran perro lanudo al que acaban de soltar corriendo por las playas del mundo y aullando a la luna”

William Faulkner a Ernest Hemingway:

Ernest Hemingway a William Faulkner (donde las dan las toman): “Pobre Faulkner. ¿Cree realmente que las grandes emociones vienen de las grandes palabras?
Efraím Medina Reyes contra García Márquez

En cuanto al término garcíamarketing me refiero a que él, García Márquez, es una marca registrada que se usa con diversos propósitos; sería tonto pensar que García Márquez necesita algún tipo de publicidad cuando él es alma y nervio de los medios. Son sus cortesanos quienes chupan, se disputan y han declarado estar dispuestos a todo por las migajas que les arroja de su fama. Lo que me indigna y entristece es que un escritor de su dimensión se incline de forma tan patética ante cualquier tipo de poder y se le humedezca el trasero con sólo escuchar la palabra Presidente.

Vargas Llosa contra García Márquez

Con este telón de fondo quiero situar aquella respuesta mía en Nueva York, a la pregunta de un escritor sudafricano, en la que dije lamentar que García Márquez hubiera aceptado ser un “cortesano” de Fidel Castro. Hasta en tres ocasiones me conminó usted [Günter Grass] en Hamburgo a pedir disculpas por aquella frase, so pena -según los cables- de dejar de ser para usted “un interlocutor válido”. (Estas son las bravatas suyas a las que me referí al principio.)

No voy a retirar esa frase. Sé que ella es dura pero estoy convencido que expresa una verdad. Dije también algo igualmente severo, hace algunos años, cuando supe que Borges -un escritor al que tengo como uno de los más originales e inteligentes que haya producido nuestra lengua- había aceptado una condecoración del general Pinochet. Tener un gran talento literario no me parece un atenuante sino un agravante en estos casos. Simplemente no entiendo qué puede llevar a un escritor como García Márquez a conducirse como lo hace con el regimen cubano. Porque su adhesion va más allá de la solidaridad ideológica y asume a menudo las formas de la beatería religiosa o de la adulación. Que un escritor inciense como él lo hace al caudillo de un régimen que mantiene muchos presos políticos -entre ellos varios escritores-, que practica una estrictísima censura intelectual, no tolera la menor crítica y ha obligado a exiliarse a decenas de intelectuales, es algo que, como decimos en español, me hace sentir vergüenza ajena. Y también me alarma, pues poniendo su prestigio al servicio incondicional de Fidel Castro, García Marquez confunde a mucha gente en América Latina sobre la verdadera naturaleza de su régimen.

Probablemente admiro la obra literaria de García Marquez tanto como usted. Y, acaso, la conozco mejor, pues dediqué dos años a estudiarla y escribí sobre ella. Él y yo fuimos muy amigos; luego, nos distanciamos y las diferencias políticas han ido abriendo un abismo entre nosotros en todos estos años. Pero nada de eso me impide gozar con la buena prosa que escribe y con la imaginación fosforecente que despliega en sus historias. Porque reconozco en él un talento literario poco común, no puedo comprender que, tratándose de Cuba, haya renunciado a toda forma de discriminación moral y de independencia crítica asumiendo resueltamente un papel que me parece indigno de él: el de propagandista.

Vargas Llosa contra Neruda

Tengo a la poesía de Neruda por la más rica y liberadora que se ha escrito en castellano en este siglo, una poesía tan vasta como es la pintura de Picasso, un firmamento en el que hay misterio, maravilla, simplicidad y complejidad extremas, realismo y surrealismo, lírica y épica, intuición y razón y una sabiduría artesanal tan grande como capacidad de invención. ¿Cómo pudo ser, la misma persona que revolucionó de este modo la poesía de la lengua, el disciplinado militante que escribió poemas en loor de Stalin y a quien todos los crímenes del estalinismo -las purgas, los campos, los juicios fraguados, las matanzas, la esclerosis del marxismo- no produjeron la menor turbación ética, ninguno de los conflictos y dilemas en que sumieron a tantos artistas? Toda la dimensión política de la obra de Neruda se resiente del mismo esquematismo conformista de su militancia. No hubo en él duplicidad moral: su visión del mundo, como político y como escritor (cuando escribía de política) era maniquea y dogmática. Gracias a Neruda incontables latinoamericanos descubrimos la poesía; gracias á él -su influencia fue gigantesca- innumerables jóvenes llegaron a creer que la manera más digna de combatir las iniquidades del imperialismo y de la reacción, era oponiéndoles la ortodoxia estalinista.
Otras fuentes de oprobios y citas de lenguas afiladas:





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