BLOQUEO DE ESCRITOR: EL FAMOSO TERROR
A LA PÁGINA EN BLANCO
Consejos para superar el bloqueo del
escritor
Empecemos por MIS PROPIOS TIPS (No es común que me
ocurra, pero me ha pasado. )
Esto he
tratado:
1. Entiendo que es un proceso pasajero,
común y connatural. Mientras más pienso en él, más me estresa, entonces no
peleo, dejo que pase y no me presiono ni me desgasto. Es de verdad: dura unos
días, pero nunca para siempre.
2. Mientras tanto, aumento la lectura de autores
favoritos que tenía en remojo, o de recomendados que no había tenido la
oportunidad de conocer.
3. Escojo una lista de películas, sobre
todo clásicas, con más argumentos que efectos especiales y estudio la
estructura de sus historias. Son particularmente útiles y entretenidas, las de cine
negro o de intriga.
4. En esta época, hago resúmenes o sinopsis
cortos, tanto de los libros como de las películas. Sin darme cuenta, de cada
uno me queda un artículo, que bueno o malo, puedo utilizar posteriormente.
5. Aprovecho para escribir un artículo en
cualquiera de los blogs en los que colaboro, de un tema diferente al de mis
últimos textos puramente literarios. Tomo temas de reflexión, o de opinión,o médicos, o
noticias, o informes de lectura o reseñas de los libros o películas.
6. Normalmente, hago 1 hora de ejercicio diario. En estos días de
sequía, aumento quince minutos mi jornada de entrenamiento físico. Siento que
se me activan las neuronas.
7. Voy a actividades a las que hacía tiempo
no iba, como conferencias, cineclubs, lanzamientos de libros, conversatorios,
obras de teatro, comediantes, carteleras culturales de universidades, etc.
8. Veo en internet cursos en video de
creación literaria, talleres de escritura o de guión , hasta de ortografía y gramática, conferencias y entrevistas de grandes
escritores, biografías, historia del cine o la literatura. Lo hago de manera
pasiva, sin hacer todos los ejercicios que proponen, solo los veo y los pienso,
y a veces tomo notas.
9. Cuando uno está lento mentalmente o se
siente bajo de reflejos, un viejo profesor me dijo, sin aportarme prueba alguna, que a él
le funcionaba comer menos grasas y más frutas y jugos con poco azúcar, tomar
licor de manera recreativa, buscar más conversaciones frívolas y risueñas, (tan
poco serias y trascendentes como sea posible), más sexo, más vida social y de
un momento a otro, aparece una idea salvadora que permite retomar el ritmo. No
tengo pruebas con rigor científico, pero le he hecho caso, y créanme que
funciona.
10. Me pongo retos mentales: escribir apuntes
de temas, reales o imaginarios de un asunto en especial: por ejemplo, qué
recuerdo tengo de mi primera ida para la costa, qué sentí cuando vi el mar, qué recuerdo tengo de mi primera semana en
la universidad, qué sé de la vida que
fue o que pudo haber sido de 3 de mis ex novias, los peores defectos de mis
ex amigos, 3 planes de venganza terrible (pero sin dejar huella ni que nadie me
pille ni que nadie se entere de mis planes) para los amigos que me
traicionaron y me jugaron sucio sin yo
merecerlo, o si tuviese súper poderes, cómo castigaría a los políticos
corruptos o a los secuestradores o a los violadores de niños. Lo importante es escribir,
aunque sea una página de cada ejercicio, y conservar los apuntes. Me asombro de las ideas loquísimas y muchas veces eficaces que salen de estos divertimentos un tanto perversos.
De todas maneras, les tengo una recopilación
de consejos de expertos, tomados de aquí y de allá, que yo sé que a algunas
personas les han servido. Echemosles una mirada:
Cuando estás escribiendo una novela, casi siempre llega un
momento en que te quedas bloqueado. La escritura se ralentiza, no sabes por
dónde continuar, te asaltan las dudas y, al final, deja de apetecerte proseguir
con esa historia. Ha sucedido: ¡estás bloqueado!
Tomar conciencia de que sufres un bloqueo puede generar
mucha ansiedad. Y sin embargo, no debería ser así. Pero todavía no hemos
comprendido que los bloqueos forman parte del proceso normal de la escritura.
Simplemente, tu cerebro se está tomando el tiempo que necesita para crear, para
resolver problemas con la trama, los personajes, etc. Así que no percibas el
bloqueo como un problema, sino como una oportunidad.
En el fondo, lo que sucede es que tienes miedo a que ese
bloqueo sea algo permanente que te impida volver a escribir nunca más. Pero eso
no suele suceder.
Sin embargo, para rebajar la ansiedad, vamos a darte algunos
trucos que puedes poner en práctica para que esa frase de ralentización en la
escritura dure lo menos posible. Aquí tienes algunas ideas para superar el
bloqueo del escritor.
1. Deja de escribir y
haz otra cosa
Para superar el bloqueo del escritor, deja en suspenso
durante una temporada la historia en la que estabas trabajando. Para sentirte
mejor, puedes fijarte un tiempo determinado, por ejemplo un día, o una semana.
Eso te tranquilizará porque sabes que hay un momento ya fijado para retomar lo
que estabas escribiendo.
Sin embargo, debes aprovechar ese tiempo. Y debes hacer que
durante ese lapso tu creatividad se ejercite: pinta, toma fotos, teje, haz
manualidades. Así lograrás que tu mente se reenfoque.
Además, mientras piensas en otras cosas tu cerebro no habrá
olvidado la historia en la que trabajabas. De manera inconsciente sigue
trabajando en ella y buscando la mejor forma de proseguir allí donde lo
dejaste.
2. Prueba la
escritura libre
La escritura libre consiste en escribir de forma
ininterrumpida durante un periodo de tiempo prefijado, sin un tema
preestablecido y sin prestar atención a la ortografía y la gramática.
Es decir, se trata de dejarse llevar y escribir libremente
todo lo que se te pase por la cabeza. Eso sí, debes hacerlo durante un tiempo
fijo. Lo recomendable es de diez a veinte minutos.
Te aconsejamos hacer tus ejercicios de escritura libre
escribiendo a mano (con bolígrafo y papel), y no con un teclado. ¿Por qué? Está
demostrado que el cerebro piensa mejor cuando escribimos a mano, porque al
hacerlo más despacio, tiene más tiempo para articular los pensamientos.
Prueba la escritura libre y te sorprenderás de sus
resultados para superar el bloqueo del escritor.
3. Date permiso para
escribir
El bloqueo del escritor no es más que un estado mental.
Muchas veces es la inseguridad o la falta de preparación las que te conducen a
él. Dudas sobre tu escritura, temes estar haciendo algo que no merecerá ser
leído. Te preguntas sobre si tienes la capacidad y los recursos para llevar esa
historia a término con solvencia.
Por eso es necesario que te formes como escritor. Sabrás
manejar los diferentes recursos y cuándo usarlos. Recibirás la opinión experta
e imparcial de un lector formado sobre tus textos y tu estilo. Y eso te dará la
seguridad para escribir sin temores.
Así que para superar el bloqueo del escritor, solo tienes
que darte permiso para escribir. Para hacerlo mal, para equivocarte, para
cometer un error tras otro. Solo así podrás mejorar. El mundo no se va a
terminar porque escribas una mala novela. La siguiente será mejor.
4. Crea mapas
mentales
Hacer mapas mentales es una de las mejores cosas que puedes
hacer. Sirve para deshacer un bloqueo, pero también puedes hacerlos cuando
empieces a escribir.
Coge una hoja en blanco (o una pizarra, o una pared y
postit) y escribe en el centro el tema o la idea principal sobre la que gira tu
novela. Por ejemplo, viajes en el tiempo.
A continuación, crea un segundo nivel de ideas relacionadas
con la principal. Siguiendo con el ejemplo de los viajes en el tiempo podríamos
pensar en relojes, pasado, presente, futuro, tecnología, etc.
Desciende todavía más por la escala de los conceptos
relacionados. Pero ahora debes pensar en ideas que guarden relación con las
palabras del segundo nivel: reloj-calculadora, pasado-carruajes,
presente-crisis económica, futuro-viajes espaciales, tecnología-computadoras,
etc.
Por último, relaciona las palabras del tercer nivel con la
idea central: ¿cómo se relaciona una calculadora con los viajes en el tiempo?,
¿y un carruaje?
Ten por seguro que este procedimiento te va a proporcionar
algunas ideas sobre las que querrás ponerte a trabajar de inmediato. Y habrás
superado el bloqueo del escritor.
5. Evita que el
bloqueo del escritor te vuelva a suceder
De la misma manera en que a veces la escritura se ralentiza,
otras, por el contrario, parece que no puedes dar abasto a escribir todas las
ideas que se te ocurren. Pues bien, ese es el momento de trabajar para prevenir
que sobrevenga un bloqueo.
Cuando tengas una etapa de efervescencia creativa, invierte
una fracción de tu tiempo de escritura en tomar notas y hacer esbozos con todas
esas ideas que manan sin cesar.
Así, cuando te quedes paralizado tendrás un arsenal de ideas
de las que echar mano que, bien organizado, va a serte muy útil como semillero.
Y mientras te pones a escribir y las desarrollas, seguro que se te ocurren más.
Ya lo sabes, la próxima vez que te suceda y te encuentres
bloqueado, pon en prueba alguna de estas ideas. Verás que alguna te funciona y
podrás salir del estancamiento creativo. Pero aprende a darte tiempo, conoce tu
proceso de escritura. Así también sabrás qué te funciona mejor a la hora de
superar un bloqueo.
Otra manera de superar el bloqueo es unirte a nuestra
comunidad de escritores para recibir todas las semanas en tu correo ideas
inspiradoras. Deja abajo tu correo. No podrás parar de escribir.
Que no cunda el pánico
No te obsesiones con el problema. Cuanto más te agobies
intentando encontrar ideas, mayor será el bloqueo. Deja de darle vueltas porque
¡no es tan grave! Has tenido ideas antes y volverás a tener ideas en el futuro.
¿Que estos días no tienes ninguna? Bueno, no pasa nada.
De hecho, te diré un secreto: en realidad sí que tienes
ideas. Siempre. Tu cabeza está llena de ideas, lo que pasa es que hoy, por el
motivo que sea, no aciertas a verlas o las deshechas enseguida pensando que son
basura. El problema del bloqueo no está en tu imaginación, sino en otro lugar.
En el siguiente punto veremos dónde localizarlo.
Analiza el origen del
problema
La mejor forma de solucionar un problema de creatividad es
localizar el origen y atacarlo desde la raíz. De hecho, puede que sea la única
forma.
Según Mark McGuinness (profesional que se dedica al coaching
creativo), cada bloqueo tiene sus peculiaridades, con sus diferentes
soluciones. Si queréis echarle un vistazo al artículo que ha escrito sobre el
tema, está en inglés pero es muy interesante: 7 Types of Creative Block (and
What to Do About Them).
Personalmente, creo que un bloqueo creativo puede tener
diferentes causas y cada persona es un mundo, pero las más habituales pueden
ser las siguientes:
1. Estrés o problemas
personales. Es muy difícil ser creativo bajo estas circunstancias. Si, por
lo que sea, estamos atravesando una etapa complicada a nivel personal o con
mucho estrés por el trabajo, es probable que sintamos que la escritura no fluye
bien.
Lo mejor que podemos hacer en estos casos es tomárnoslo con
calma. No hace falta que dejes de escribir, pero no te presiones. Si te
apetece, escribe un ratito por escribir, por desahogarte un poco. Y si no, no
pasa nada. Son rachas. Ya pasará. Es más importante que centres tu energía en
solucionar los focos de la ansiedad para poder seguir hacia adelante.
2. Inseguridades y
miedos. Otro motivo bastante frecuente para el bloqueo creativo es que
empecemos a sentir dudas sobre nuestras ideas y lo que escribimos. Todo nos
parece malo, mediocre, inservible, nos sentimos mal con nuestra escritura y
nuestras ideas. Al final lo único que conseguimos es no escribir nada.
Este fue uno de mis problemas en el pasado, así que lo
conozco bien, y sé que es difícil porque la única solución para vencer al miedo
está dentro de nosotros mismos. Hay que darse cuenta de que todos esos
fantasmas interiores que nos acechan al escribir no son más que eso: fantasmas.
¡Ignóralos!
Al respecto de este tema de los miedos y los pensamientos
negativos, el especialista en productividad Alfonso Alcántara escribió en su
blog un artículo muy interesante sobre la metáfora del autobús: todos somos
conductores de nuestro propio autobús y llevamos sentados en la parte de atrás
a nuestros miedos. Si tenéis un ratito, os recomiendo echarle un vistazo: La
inútil lucha diaria contra los pensamientos negativos.
3. Autoexigencia
extrema. Nada de lo que hacemos nos parece lo suficientemente bueno, nos
obsesionamos con querer hacerlo mejor, con una idea más brillante y, de nuevo,
lo único que logramos es no escribir nada en absoluto.
El origen de este problema es el mismo que el anterior. Esa
exigencia, ese perfeccionismo extremo, es otro de los pasajeros del autobús del
que nos habla Alfonso Alcántara en su blog. La solución es similar: deja de obsesionarte
con ello, deja de escuchar a esa voz interior que te da la lata.
Disfruta de la escritura, intenta hacerlo lo mejor que
puedas, reconoce tus puntos fuertes (que los tienes) e intenta fortalecer tus
puntos débiles, pero sin obsesionarte. No tienes que ganar el Nobel de
Literatura (al menos no por ahora) ni tienes que demostrarle nada a nadie. Lo
único que tienes que hacer es ¡divertirte escribiendo!
3. Cansancio: si,
por el motivo que sea, no descansas bien y tu cuerpo no está como tiene que estar,
tu cerebro tampoco podrá ser tan productivo como tú le pides que sea. Dormir
las horas necesarias y unos hábitos de vida saludables son la mejor receta para
una vida creativa. Así de simple, y así de complicado.
4. Agotamiento
mental. Nuestros cerebros son maravillosos, capaces de cosas que a veces
nos sorprenden a nosotros mismos, pero también tienen sus límites. Después de
una etapa muy productiva (como, por ejemplo, tras escribir una novela o al
terminar un período de estudio muy intenso) es posible que esté agotado y no
tenga ganas de producir más ideas.
¡Deja que descanse! Es una buena temporada para alimentar al
cerebro y dejar que repose: leer, ver películas, pasear, visitar sitios nuevos,
aportarle estímulos diferentes… Así se irá recuperando y, antes de que nos
demos cuenta, estará a tope de nuevo.
Relájate y diviértete
Al igual que el cuerpo ha de estar descansado y sano, una
actitud alegre y optimista ayuda a que la creatividad fluya mejor. La buena
noticia es que esa actitud se basa en hábitos, se puede entrenar. Empieza por
sonreír, ahora mismo. Fíjate en cuál es la expresión de tu cara y cámbiala
hacia una sonrisa. Sonríe todo lo que puedas a lo largo del día, hasta que
acabes haciéndolo sin darte cuenta.
Intenta relajarte, dedica tiempo a aficiones distintas a la
escritura (si no tienes ninguna, ¡ya te puedes poner a buscar! Porque cuando
llegue el momento en que te dediques profesionalmente a escribir, vas a
necesitar una vía de escape). La mejor forma de no obsesionarse con escribir
cuando estamos bloqueados es desconectar, hacer otras cosas que nos distraigan.
Lee en lugar de
escribir
Si hagas lo que hagas no puedes escribir o estás bajo una
situación estresante, dedica el tiempo de la escritura a leer. Lee mucho más de
lo habitual, todo lo que puedas. Lee, por supuesto, a autores que suelan darte
ganas de escribir cuando los lees.
Yo, en esas temporadas en las que me cuesta más escribir,
suelo recurrir a los cuatro autores que más me estimulan: Bradbury, García
Márquez, Murakami y Auster. ¿Cuáles son los vuestros?
Prueba la escritura
terapéutica
Hay una forma de escritura automática que puede ayudar en
determinadas circunstancias, y es echarse a escribir para desahogarse.
Escritura automática de la de verdad, no con la finalidad de escribir historias
sino de soltar lo que nos esté atenazando por dentro: pueden ser miedos,
rabias, odios, cansancios, enfados, frustraciones… Lo que sea.
Empieza a escribir las primeras palabras que se te ocurran,
lo que te esté quemando por dentro. Ponlo todo sobre el papel sin preocuparte
lo más mínimo por el estilo o la calidad literaria. De hecho, lo mejor que
puedes hacer en cuanto termines de escribirlo es leerlo, analizarlo para
intentar comprender mejor qué se cuece dentro de esa cabecita tuya, y luego
destruir el papel. Quémalo como acto simbólico y haz borrón y cuenta nueva.
Escribe una entrada
en tu blog
¿Que no tienes blog? ¡Pues a hacer uno ya! Es lo mejor para
esos días o semanas en que la escritura no fluye bien: escribir una entrada que
no sea una historia de ficción, hablando de cualquier tema.
Puede ser un post sobre el bloqueo creativo, sobre la
situación política en las Maldivas o sobre lo mucho que te gustan las palabras
esdrújulas. Da igual. El caso es escribir una entrada de al menos quinientas
palabras para demostrarle a tu cerebro que todavía puedes escribir y que es
mejor que se deje de tonterías.
No sobrevalores las
ideas
En general, solemos darle demasiada importancia a las ideas,
mucha más de la que tienen en realidad. Esta es una buena lección que he ido
aprendiendo poco a poco a base de escuchar y observar: las ideas no son tan
importantes. Hay cientos de libros basados en la misma idea, y son distintos.
No te obsesiones con las ideas. Prueba a escribir cualquier cosa, aunque te
parezca una tontería.
Si estás en una etapa en la que te parece que no tienes
ideas, prueba a practicar técnicas literarias, a fortalecer tus puntos débiles.
Pueden ser la puntuación, las descripciones, los diálogos… Lo que sea.
Aprovecha y practica.
Sal de tu zona de
confort
Si hay un estilo o un género en el que te sientas cómodo y
suelas escribir siempre, intenta salir de ahí. Prueba cosas nuevas: escribe
algo fantástico, o un relato de detectives, o algo para niños… No sé. Algo que
se diferencie mucho de lo que sueles hacer.
Si lo haces, tu cerebro podría decir: “uy, no me gusta esto,
no me siento cómodo. Vale, vale, me dejo de tonterías. Yo vuelvo a comportarme
como siempre si tú vuelves a nuestro estilo habitual”, o bien puede que se
estimule ante la perspectiva de algo nuevo y las ideas surjan como antes.
Cualquiera de las dos opciones nos vale.
Utiliza un disparador
creativo
Otra forma de poner en marcha la escritura cuando no se nos
ocurre nada, es emplear disparadores creativos y lanzarnos a escribir lo
primero que se nos ocurra. Por ejemplo, prueba a coger una serie de palabras al
azar y escribir un texto que las contenga todas. O bien un disparador de
primeras líneas y continúa escribiendo a partir de ahí.
Por si ayuda, aquí os dejo un par de ejemplos de la app de ideas
para Escribir:
Cinco palabras:
Armario, retrato, beso, venganza, miedo.
Pacto, nostalgia, autobús, jardinero, prisa.
Poder, pájaro, soledad, armadura, hereje.
Infamia, cadáver, montaña, curiosidad, tejado.
Primeras líneas:
Recordó su advertencia y ocultó las pruebas…
Recibió un extraño paquete el día de la boda…
El pirata escuchó un aullido…
Al actor le sorprendió el mensaje…
1. Deja de lado el
síndrome de “no soy un escritor”. Todos tienen potencial para ser
escritores. Decirte eso no es más que una excusa vacía. Invierte la energía.
Puedes ser un escritor. Dite a ti mismo: “Soy sumamente capaz de escribir”.
2. No esperes las
palabras perfectas. Si cada oración debe estar perfecta entonces
continuarás teniendo miedo. El sudor puede salir, pero las palabras no. Empieza
a redactar palabras en una hoja. Una vez que empiezas puedes regresar y revisar
lo que tienes. Pero hasta que empieces nunca sabrás hacia dónde puedes ir.
Si escribes para entregarlo en un plazo corto, es aún más
crítico que dejes ir la noción de que todo sea perfecto. Un amigo escritor me
ofreció una analogía que dice que escribir es como limpiar un cuarto sucio: la
única manera en que se limpia el desorden es comenzando con una esquina a la
vez.
3. Háblate a ti
mismo-en fuerte. Es menos estresante para la mayoría de la gente hablar con
un amigo con una cerveza que escribir una propuesta (aunque el contenido de una
conversación sea sobre la propuesta en sí).
En una conversación es generalmente aceptado que nos
detengamos para corregirnos y seguir hablando. Permítete esa misma libertad en
tu proceso de escritura. Si eso es difícil de hacer, háblate en fuerte para
hacer que los pensamientos fluyan.
4. Mueve palabras,
oraciones y párrafos alrededor de la página como piezas de rompecabezas. La
belleza de escribir en una computadora es que puedes mover palabras y grupos de
palabras sin esfuerzo. La idea de que las palabras serán vistas por una
audiencia exactamente a medida que fluyen en la página, puede ser paralizante.
Si estás sobresaturado por la cantidad de ideas rebotando en
tu cabeza, anótalas una por una, en un esquema organizacional o como notas.
Luego lentamente puedes trabajar por medio de esa lista quitando conceptos y
poniéndolos en oraciones o párrafos sin preocuparte que olvidarás algo crítico.
5. Cristaliza tu
punto en pocas palabras. Cuando te sientas a escribir un pitch de negocios,
una gran propuesta o un discurso, asegúrate de que hayas hecho tu investigación
y que sabes precisamente lo que quieres comunicar.
Si te resistes a escribir puede ser una señal de que estás
confundido sobre lo que quieres decir. Pon la idea principal de lo que estás
tratando de decir en una frase corta o larga y tendrás una mejor oportunidad de
componer una pieza organizada.
6. Deshazte del
internet. Muchas personas inteligentes pasan mucho tiempo todos los días
tratando de atraer tu atención en el internet. Son muy buenos haciéndolo.
Elimina esas distracciones al desconectarte y abriendo un documento que te
permita escribir. Un amigo escritor recomienda usar la aplicación Freedom al
tratar de escribir. Cuando la instalas, bloquea todas las conexiones a internet
por un tiempo determinado.
También tener una rutina física asociada con escribir ayuda
a algunas personas a comenzar. Tal vez hay un lugar donde te puedes sentar que
asocies con la escritura. Tal vez escribes mejor a cierta hora del día o
necesitas un vaso grande de agua fría cuando redactas.
7. No te quedes con
la idea que debes comenzar por el principio. Sólo porque lo llaman
introducción no quiere decir que debes empezar por ahí. Si sabes lo que quieres
como párrafo de en medio, comienza por ahí. Escribe la porción que sepas y
continúa.
8. Ponte fechas
límite. Aunque no necesites escribir para cierta fecha, póntela y atente a
ella. Una amiga con la que hablé me dijo que ella tiene compañeros y familia
que están al pendiente para asegurarse de que cumpla con sus fechas.
Cómo superar el
bloqueo al escribir: detecta tu punto débil
Debes saber, oh querido lector, que todo esto son males que
aquejan a escritores de todo tiempo y condición.
Y debes saber también que todo esto tiene solución…
tan solo con identificar a qué tipo de bloqueo te enfrentas,
ya das el primer paso
Estos son los tres tipos básicos de bloqueo al escribir y
algunas de sus variantes.
Suelen estar asociados a la personalidad del autor. ¿Te
identificas con alguno?
Tipo de bloqueo #1:
el clásico síndrome del escritor atascado
Descripción: comienzas un texto y lo abandonas en algún
punto (suele ser un poco antes de llegar a la mitad).
Sencillamente, no sabes cómo continuar. Se te han acabado
las ideas o te has metido en un embrollo del cual no sabes salir.
Tipología: esto puede darse porque eres una persona algo
caótica.
Te dejas llevar muy a menudo por las emociones, muchas veces
para arrepentirte después.
Cuando tienes buenas ideas no puedes evitar precipitarte y
hacer algo con ellas.
Bullen en tu cabeza pero te cuesta transmitirlas de forma
ordenada y coherente a un texto.
Solución: un buen remedio para desbloquearte puede ser planificar
lo que vas a escribir.
Siéntate, respira hondo y haz un resumen de tu relato,
novela, ensayo, artículo o lo que sea.
Después agrúpalos: por partes, por capítulos, por conceptos…
En pocas palabras: ten claro antes de escribir lo que
quieres transmitir.
Variante: el síndrome de la página en blanco.
Sucede cuando no logras ni siquiera comenzar o bien el
bloqueo al escribir te asalta muy pronto, tras la primera frase o párrafo.
Para poner remedio a esto, estimula tu creatividad:
Toma muchas notas en esa libreta que todo escritor debe
llevar siempre encima
Presta especial atención a aquello que te conmueve, por
insignificante que te parezca.
Tu mente está gritando que ahí está el germen de una idea.
Agrupa y asocia ideas sueltas para crear algo nuevo con esta
mezcla.
Mira este divertido y a la vez interesante vídeo para saber
cómo opera nuestro cerebro y estimular la creatividad.
Tipo de bloqueo #2:
la búsqueda de la perfección produce monstruos
Descripción: te plantas delante de la pantalla (o la hoja en
blanco) y esperas a que surja la idea perfecta, la frase ideal, el personaje
maravilloso, la trama sin fisuras…
Para el año 2046 conseguirás terminar ese relato de dos
páginas… y no te convencerá del todo.
Eso sí, de vez en cuando atisbas algo semejante a la
perfección y te sientes más o menos bien… pero deseas la euforia.
Tipología: poco que decir. Eres el Perfeccionista.
Raras veces encuentras algo bien hecho o hecho a tu gusto.
No es malo, siempre y cuando no traslades tus exigencias de
perfección a los demás, porque los demás tenemos derecho a ser humanos
imperfectos.
Si eres jefe y te comportas así, que Dios guarde a tus
subordinados.
La búsqueda de la perfección no es negativa en sí misma…
pero sí cuando es llevada al extremo.
Solución: intenta encaminar tu perfeccionismo hacia la
exigencia razonable y tu intransigencia hacia la tolerancia.
Buscar la perfección es lícito, encontrarla es una utopía
Puedes ser buen escritor si añades un puñado de imperfección
a tu creatividad: te hará más humano, no menos virtuoso al escribir.
Está muy bien que escribas de manera cerebral y racional,
pero tus textos mejorarán mucho con una pizca de visceralidad.
Variantes del perfeccionista:
El obsesivo: escribes con bastante fluidez hasta cierto
punto, vuelves atrás y comienzas a revisarlo todo con lupa, buscando tener un
texto acabado antes de terminarlo.
El texto se eterniza y terminas por agobiarte.
Eres un trabajador eficiente e incansable, aunque
incompleto, y te retrasas cuando debes entregar algo a tiempo.
Cuando sientas deseos de volver hacia atrás, reprímete y
piensa en esto: te hartarás de corregir y perfeccionar en la fase de revisión
¿para qué adelantar acontecimientos?
Corregir es precisamente tu fuerte ¡guarda lo mejor para el
final!
El inseguro: te interrumpes a cada paso para documentarte.
Ser coherente y preciso con lo que quieres decir es bueno
para la mayoría de textos, pero no tanto cuando ese afán perfeccionista coarta
el proceso creativo.
Haz un trabajo de investigación antes de ponerte a escribir
y toma notas cuando no estés seguro de algo.
En la fase de revisión, repasa esos apuntes.
Tipo de bloqueo #3:
el bloqueo del impulsivo
Descripción: sientes de repente el impulso de escribir,
adelantas un buen trecho antes de darte cuenta del sinsentido que estás
escribiendo.
Lo detestas y repudias, borras todo lo escrito y te enfadas
contigo mismo.
Pero no tardarás en sentir otro impulso y lanzarte de nuevo…
para repetir el ciclo.
Tipología: eres una persona impulsiva, caótica y visceral.
También muy creativa y, seguramente, hiperactiva; un culo
inquieto, vaya.
Tal vez tienes tendencia a la bipolaridad: pasas de estados
creativos muy profundos y activos a otros de inactividad y apatía.
Solución: utiliza esa impulsividad para lanzarte a
planificar antes de escribir.
Es decir, toma apuntes de las ideas que te han venido de
repente, no las tomes como el texto definitivo a desarrollar.
Después estructura en partes, capítulos o conceptos. Y una
vez tengas el esquema de lo que quieres contar…
¡desenfrénate! ¡no le hagas demasiado caso a tus planes!
Solo consúltalos cuando te bloquees
Escribe por impulso y recapacita cuando te descontroles.
Recuerda el spot de aquella marca de neumáticos: “la
potencia sin control no sirve de nada”.
Variantes del impulsivo:
El ansioso: tienes arrebatos de pasión y momentos de euforia
creativa.
Te lanzas a escribir como un poseso, a menudo entras en una
especie de trance.
Pero a medida que avanzas te vas diluyendo, apagando, te
deprimes hasta abandonar.
Date cuenta de que
no escribes ningún sinsentido: eres un creador variable, que
pasa por diferentes estadios en su creatividad
No destruyas tus textos, seguro que gustan a alguien; sólo
falta que te gusten a ti.
Déjalos reposar unos días y ármate de paciencia.
El exagerado: te agotas mentalmente en una sesión, presa de
un apasionado frenesí.
Te obsesionas, te cuesta desconectar, incluso dormir.
Cuando, por fin, decides descansar, no puedes retomar el
hilo de nuevo hasta caer en otro trance.
La solución pasa por el mismo punto que la de tu tipo
básico:
utiliza ese estado para la PLANIFICACIÓN, no para la
creación
Podrás acometer tu texto de forma ordenada y tus frenéticas
sesiones serán mucho más productivas.
También puede serte útil planificar un horario para ponerte
a escribir, con una hora tope.
Mira este interesante artículo sobre la gestión del tiempo.
Conclusión:
No hay mejores o peores formas de encarar la escritura.
Cada uno trabaja según su propia personalidad, con sus
rasgos positivos y negativos.
Potenciar unos y contrarrestar los otros conociendo cuáles
son, identificando puntos fuertes y débiles, es tarea que sólo precisa un
requisito:
VOLUNTAD DE HACERLO
Algunos consejos
comunes a todo escritor:
Escribe según eres y serás auténtico, serás tú mismo.
Escribe con el corazón, escribe desde las tripas poniendo
toda la pasión a lo que haces.
Es la mejor forma de encontrar tu propio estilo.
Asimila e interioriza las técnicas narrativas.
Y después corrige con la cabeza.
No es necesario escribir en el orden lógico tal y cómo va a
desarrollarse tu libro, relato o artículo.
Escribe partes aisladas si así te lo pide el cuerpo… de
hecho, si escribes novela de ficción te recomiendo escribir primero el final.
Luego ya lo ordenarás. ¿Sabes cuándo?
¡Premio! ¡En la fase de revisión!
Si te atascas y no encuentras el camino ni siquiera con tus
notas y tu planificación, vuelve atrás en tu texto ya desarrollado y tira de un
hilo: una palabra, frase o idea e intenta continuar desde allí.
Si no da resultado, deja reposar lo escrito en un cajón por
unos pocos días.
Mientras tanto, pasea, realiza alguna actividad cultural o
relacionada con lo que estás escribiendo.
Cuidado si escribes novela negra, no vayas a “eliminar” a
alguien.
SUPERAR EL BLOQUEO
Nos sentamos con toda la ilusión frente a la pantalla de la
computadora en blanco (o frente a la hoja de papel, si es más tradicional) y,
por más que nos esforzamos no sale nada, las tres frases que logramos escribir
nos parecen malísimas, fáciles, sin sentido, borramos y empezamos de nuevo
incapaces de escribir ni una sola palabra.
¿Le suena de algo? ¿Alguna vez ha sentido la angustia frente
a la página en blanco? ¿Arranca a escribir con impulso, pero luego de unos
párrafos se encalla y no sabe cómo seguir? ¿Es usted de los que escriben sólo
cuando les ha pasado algo importante, algo grave, y en caso contrario no
produce nada? ¿Cree que no es creativo o que le falta imaginación?
El bloqueo del escritor se asocia mayormente con la
escritura del primer proyecto, pero es algo que le puede suceder también a
escritores experimentados: Franz Kafka, Gustave Flaubert y Thomas Mann entre
ellos.
Una de las principales causas del bloqueo es un exceso de
perfeccionismo, que nos lleva a escribir y corregir al mismo tiempo, lo que
paraliza el avance de la escritura. Otra causa es la idea, errónea pero muy
extendida, de que un buen escritor no necesita borradores. Lo que sucede es que
confundimos el proceso creativo de la escritura con el resultado: la novela.
Pero la escritura no es un producto, es un proceso. Antes de teclear una sola
palabra, el escritor lleva horas, días y hasta semanas escribiendo dentro de su
cabeza; imaginando, pensando, incubando el texto. Se empieza a escribir mucho
antes de la fase propiamente dicha de redacción del primer borrador y se sigue
escribiendo mucho después, en las revisiones.
Si sucede que su crítico interior no deja trabajar tranquila
a su musa, aquí tiene algunas técnicas para superar el bloqueo:
1. Tómese su tiempo
Escribir una novela no es una carrera. Nadie le está
cronometrando, por lo que puede trabajar a su propio ritmo y disfrutar mientras
lo hace. Sí, ya sé que es un poco obvio, pero usted se sorprenderá de cuánta
gente ven la escritura de una novela como una especie de prueba.
Paradójicamente, cuanto menos se preocupe por llegar a la
final, más pronto llegaremos. ¿Por qué? Debido a que no se verá afectado por el
bloqueo del escritor en el camino.
Si uno se fija objetivos diarios posibles de conseguir y se
concentra en lograrlos, lo más probable es que su musa interior prospere. Si le
toma doce meses producir su obra maestra, eso es genial. Si le lleva doce años,
eso es genial también. Mientras le divierta escribir a lo largo del camino,
¿quién lleva la cuenta de los días? Sin notarlo cada paso que damos nos acerca
a la meta.
2. Manténgase
enfocado
El hecho de que la escritura de una novela signifique
producir varios cientos de páginas de prosa es suficiente por sí mismo para
generar un caso grave de bloqueo, por la inmensidad del trabajo que queda por
delante. Y es precisamente por eso que no hay que pensar en escribir ficción en
esos términos. La escritura de varios cientos de páginas de prosa, da miedo,
pero escribir sólo una o dos páginas (o incluso uno o dos párrafos) nos parece
bastante asequible. Así que céntrese en lo que le gustaría lograr hoy (el
pequeño paso siguiente en su plan de avance) e ignore los miles de pasos que
vienen después. Usted se sorprenderá de lo rápido que las páginas se van
acumulando de ésta forma.
3. Escriba en el
entorno adecuado
Escribir ficción exige concentración. Si no puede liberarse
de las distracciones en casa, encuentre otro lugar tranquilo para trabajar (el
parque, la biblioteca, el coche, donde sea). La comodidad es importante, por
supuesto, es difícil concentrarse si el cuerpo no está relajado.
La interrupciones son las principales enemigas de la
concentración, por eso es tan importante aislarse del mundo exterior para
conectar con el interior.
4. Debe planear qué
decir de antemano
Los principiantes sufren la gran tentación de saltarse la
fase de planificación del proceso de escritura de la novela a una velocidad
vertiginosa para llegar a la parte emocionante: escribir un primer borrador.
Gran error.
El bloqueo del escritor a menudo nos asalta cuando se trata
de hacer dos cosas a la vez, la planificación de lo que decir y trabajar en
cómo lo dice. La planificación es en gran medida una actividad del hemisferio
izquierdo, llevada a cabo por su crítico interno, mientras que la redacción de
la novela es un proceso artístico, del lado derecho del cerebro. La mitad izquierda
del cerebro es la parte lógica y la derecha es la parte creativa, intuitiva.
Como usted sabe, no trabajan bien juntos, se deben ir alternando.
Zambullirse directamente en el primer borrador sin
planificación significa que usted tendrá que planificar (crear la estructura y
la lógica general del relato) en el momento mismo de escribir. Pero si usted ya
tiene los detalles más importantes elaborados antes de escribir, sólo tiene que
preocuparse de la propia escritura.
5. No escriba su
novela en orden cronológico
Este es un consejo personal. Si su planificación es lo
suficientemente detallada, usted tendrá una idea bastante buena de lo que
ocurre en cada capítulo. En qué punto se encuentra al iniciar una escena y a
que punto debe llegar al concluirla. Eso significa que es libre de abordar la
escritura en orden que desee.
Si el capítulo 3 está amenazando con un caso grave de
bloqueo del escritor, salte sin remordimiento a la emocionante escena de la
persecución del capítulo 30. Otro día podrá volver al capítulo 3, cuando se
sienta más en ese estado de ánimo.
6. Prepárese hoy para
el mañana
Si se realiza una tarea manual (la colocación de algunos
estantes, por ejemplo) es mucho más fácil empezar el día con todas las
herramientas perfectamente a la mano y los muebles fuera del camino. Y es lo
mismo con la escritura de ficción. Si usted se sienta a escribir sin haber
planeado de antemano qué capítulo o escena va a trabajar, no puede esperar
lograr mucho. Pero si el día antes ha planeado con precisión qué escena para
enfrentar y tal vez incluso escribió la frase inicial (para actuar como un
trampolín hacia el trabajo del día siguiente), deberá tener una sesión de
trabajo muy productiva.
7. Saque el capítulo
de paseo
Así como los velocistas tienen que prepararse mentalmente
para la carrera, visualizándola en su mente antes de que hayan dado la orden de
salida, los novelistas no podemos esperar a escribir bien si tenemos la mente
en otras cosas. Por lo tanto, antes de escribir el borrador de un capítulo, es importante
poner todas las otras preocupaciones un lado y concentrarse en cambio en el
capítulo que va a escribir.
Para esto es útil dar un paseo antes de escribir,
desconectar, dejar el teclado tranquilo y empezar a ir armando el capítulo
mentalmente, imaginándolo como si fuera una película mental. Si otros
pensamientos luchan por su atención, aléjelos suavemente. Concéntrese en la
ficción, como en imágenes, sonidos, sensaciones, olores; luego podrá ponerle
palabras. Y la gran ventaja de caminar es que cuando, se siente a escribir, no
sólo estará preparado mentalmente, también físicamente.
8. Trabajo significa trabajo
Lo siento, no se puede ser menos directo en esto. Si se
sienta a escribir, pero no puede empezar, pruebe con un poco más de
determinación. Haga lo que haga, no se siente a esperar que la inspiración se
presente sola, eso simplemente no ocurre. El bloqueo es un abusador, pero
tiende a dejarle en paz a la primera señal de resistencia.
Las primeras frases del día son a menudo son las más
difíciles de escribir (esto se debe a que la musa se despierta tarde y el
crítico está siempre dispuesto a agarrar la pluma). Una vez que tenga las
primeras frases en su haber, la musa se interesará en lo que está haciendo y le
quitará la silla al crítico. Sin que ni usted se dé cuenta verá como magia y
las palabras empiezan a fluir.
9. Escriba tan mal
como quiera
Escribir un primer borrador de una novela es exactamente
eso, sólo un primer borrador, algo que probablemente va a terminar en la
papelera de reciclaje. Muchos escritores dicen que tienen que revisar sus
borradores 5, 10, 15 veces antes de que estén satisfechos.
Y así, el hecho de que usted no deba preocuparse demasiado
por la calidad del primer borrador le sacará toda la presión de encima. Usted
sólo tendrá que llenar las páginas con palabras, con la materia prima que más
tarde puede pulirse.
Aceptar de antemano que lo que escribe como un primer
borrador va a tener un montón de correcciones y ediciones durante la etapa de
revisión le dará la libertad de escribir de forma desinhibida.
10. Haga algo
diferente
Si usted está cansado de escribir el primer borrador de su
novela, trate de revisar uno de los capítulos que ya han redactado. Incluso si usted
sigue todas las sugerencias anteriores, todavía habrá mañanas en las que
simplemente no puede hacer frente a otra página en blanco, no importa lo mucho
que esté “en contacto” con su musa. Esto tiene solución: Mire hacia una página
que ya han rellenado con palabras. Hacer algún tipo de trabajo en su novela es
mejor que no hacer ningún trabajo en absoluto. Sólo asegúrese de que al día
siguiente volverá a la redacción, incluso si es para redactar un párrafo o dos.
Prolongar los “paréntesis” de la escritura a menudo significa abandonar el
proyecto.
11. Intente escribir
otra cosa
Si llega al punto en que no puede hacer frente a redactar un
primer borrador o revisar los borradores anteriores (todos tenemos días así),
tómese un día o dos de descanso de su proyecto principal. Tome su registro de
ideas y póngase a desarrollar un mini cuento, un tema para una próxima novela,
un personaje que aún no tiene historia, pero que le pareció terriblemente
interesante.
Mientras casi todos los días no se conviertan en días de
descanso, todo irá bien. Después de todo, hay más en la escritura creativa que
su primera novela. Y le garantizo que estará ansioso por volver a su historia
en poco tiempo, con nuevos bríos.
12. No se olvide de
divertirse
No olvide nunca que nadie le obliga a escribir una novela.
Si quisiera, podría dejarla ahora mismo e ir armar rompecabezas o a jugar al
golf o a la playstation. Pero no va a dejar de escribir, porque la escritura es
algo que quiere con pasión.
No estoy diciendo que siempre será fácil resistirse a
abandonar, pero si se concentra en el placer que da podrá seguir adelante. Lo
que debe tener claro es que escribir ficción nunca debe convertirse en una
tarea auto impuesta, que con el tiempo mutará en castigo. Acérquese siempre a
la escritura con una mentalidad positiva, llena de espíritu creativo, y el
bloqueo del escritor le dejará en paz.
En esta página tuvieron una idea similar e hicieron una
integración de muchas páginas que tocan el tema. Cuando tengas un poco más de
tiempo, vale la pena ponerse a revisarlo, puede servir, y si no sirve, al menos
entretiene mientras sigues bloqueado:
Decía Picasso que “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.
Y es cierto. La inspiración no viene por sí sola, de repente, para regalarte un guion completo, bien estructurado, con sus puntos de giro y su clímax.
Como mucho, la inspiración te dará una escena sugerente, una imagen, un personaje con un conflicto… pero vas a tener que trabajar mucho para ir tirando del hilo hasta acabar consiguiendo un guion completo.
Pero… ¿Por qué esperar a que la inspiración venga? ¿Por qué no ir a buscarla?
Te presento quince recursos que puedes utilizar para encontrar ideas sobre las que escribir.
Aunque el texto está dirigido específicamente a guionistas, no hace falta decir que sirve también para cualquier otro tipo de escritor.
1. Medios de comunicación (I).
Que muchos guiones de cine y televisión han nacido a partir de un hecho publicado por los medios de comunicación es evidente: asesinatos que han impactado en la sociedad, robos espectaculares, ejemplos de superación personal, etc.
Pero tomar un crimen famoso y convertirlo en guion sería una adaptación de un hecho de la vida real, no un guion original.
Para que sea un guion original, una historia enteramente tuya, debes tomar ese material que te proporcionan los medios de comunicación como inspiración, como punto de partida de una historia que acabará no pareciéndose en nada a aquello que leíste en el periódico o viste en televisión.
Es lo que pasa cuando tienes noticia de un crimen que te llama la atención y empiezas a divagar sobre él, buscando sospechosos entre las personas relacionadas con el caso que aparecen en los medios de comunicación, imaginando situaciones, divagando sobre las relaciones entre la víctima y la gente que habla sobre el asunto…
Y acabas montándote tu propia película (nunca mejor dicho).
2. Medios de comunicación (II).
Otra forma de encontrar la inspiración en los medios de comunicación puede ser quedarse con una frase o una imagen que nos guste y dejar volar nuestra imaginación a partir de ella:
El guionista Robert Towne contaba en una entrevista que la idea para escribir el guion de “Chinatown”, dirigida por Roman Polansky en 1974, le surgió cuando leyó el titular de un artículo en un periódico de California que decía: “O llevamos el agua a Los Ángeles, o llevamos Los Ángeles al agua”. El artículo versaba sobre los problemas de sequía de la ciudad de Los Ángeles.
Los que hayáis visto “Chinatown” sabéis que la trama principal trata sobre un asesinato que intenta resolver el protagonista, Jake Gittes (Jack Nicholson), pero el ambiente de fondo de toda la historia y el punto de partida de la misma se basan en la carencia de agua en Los Ángeles y éste es el asunto que motiva a varios de sus personajes.
3. Escuchar a la gente que te rodea.
Una frase escuchada al azar mientras hacemos cola en la panadería, una conversación en el autobús, esa expresión que siempre utiliza tu abuela cuando la haces exasperar… pueden ser la semilla de un guion si te dejas llevar por ella.
El célebre escritor y guionista colombiano Gabriel García Márquez tuvo la idea para escribir el cuento (que luego se convertiría en serie de televisión) “Me alquilo para soñar” cuando oyó a un hombre decir: “Me gustaría trabajar mientras duermo”.
4. Observar a la gente que te rodea.
Todo el mundo tiene algo interesante y digno de ser contado, hasta la persona más aburrida.
Puede que la cajera del supermercado que te atiende habitualmente no te inspire, de buenas a primeras, una historia de super héroes o de espías de la Segunda Guerra Mundial pero… si la observas con mente abierta y espíritu soñador, es posible que su forma de hablar, la mirada con la que te fulmina cuando le entregas un billete de 50 euros para pagar un paquete de chicles y el gesto de ”me voy a callar porque si no la lío” con el que los coge pueden ser perfectos para un personaje que se te estaba resistiendo.
5. Transformar el mundo cotidiano.
Supongamos que sigues en el supermercado, esperando tu turno para pagar a la misma cajera del punto anterior…
Delante de ti hay una señora mayor que se empeña en abonar la cantidad exacta buscando todas las monedas de uno y dos céntimos de su monedero mientras la cajera suspira impaciente porque los clientes se están acumulando…
Bueno, no te enerves, no hagas como el resto de los clientes que están empezando subirse por las paredes.
Relájate. Eres un escritor y puedes trabajar en cualquier sitio. Ponte a pensar en la que puede ser la primera escena de tu próximo guion:
Imagina que la puerta del supermercado se abre dando paso a un grupo de alienígenas verdes que vienen a invadir la tierra y han creído que el super de tu barrio es la sede de la ONU.
¿Cómo crees que reaccionaría la cajera? ¿Y la señora mayor? ¿Y el guardia de seguridad?
¿Y si, en vez de extraterrestres, los que han irrumpido en el super son una banda de ladrones que acaba de robar un banco y se han visto obligados a refugiarse de la policía que los persigue? ¿Cómo seguiría la historia?
6. Foros y redes sociales.
Es la versión internauta de los dos puntos anteriores.
Si saber escuchar y observar a la gente que te rodea puede ser una buena fuente de inspiración, navegar por las redes sociales y foros de internet con espíritu creativo puede darte muchas ideas para contar historias, hacer personajes creíbles, crear escenas originales.
Utilizar el vocabulario y las expresiones que usan algunos usuarios de foros o redes sociales puede funcionar muy bien para mejorar tus diálogos y la forma en que se expresan tus personajes.
7. Obras literarias y audiovisuales.
No se trata de que adaptes una novela o escribas una nueva versión de tu película favorita sino de que te inspires en ellas.
A veces nos encontramos con personajes secundarios e incluso menores (de esos que solo tienen una o dos escenas en una película) que están tan bien hechos que uno siente que tienen una historia detrás que puede ser tan interesante o más que la del protagonista.
¿Por qué no poner a trabajar a la imaginación pensando en lo que haría el personaje después de su única escena, o qué tipo de casa tendrá, con quien la compartirá, que clase de relación tendrá con esa persona?
8. Algo sobre lo que sepas mucho.
Todo el mundo sabe mucho sobre algún tema o le interesa investigar sobre él:
Puede ser la Guerra de los Cien Años, la física cuántica, el turismo, la cocina vegetariana, los trabajos manuales… o cualquier otra cosa que se te ocurra.
Puedes escoger el universo de ese tema sobre el que sabes tanto y situar en él cualquiera de las 36 situaciones dramáticas que existen.
9. Ciencia
El mundo de la ciencia es apasionante y los descubrimientos en este campo son cada vez más impresionantes.
Indaga en revistas científicas, en webs de biología, astronomía, física… y usa toda esa información para crear una trama principal o el telón de fondo que le dé interés y color a tu guion.
Por ejemplo: si buscas imágenes de medusas (sí, de medusas, has leído bien) en internet descubrirás que (además de ser esos bichos que producen urticaria si te tropiezas con uno de ellos en la playa) existen medusas de muchas clases y colores y son realmente bonitas.
Son llamativas y visuales, lo que las hace perfectas para un guion ya que nuestra historia se va a contar mediante imágenes.
¿Podrían ser estos animales el telón de fondo de una historia de espionaje protagonizada por un biólogo marino que ha descubierto la forma de curar determinada enfermedad con cierta sustancia que se encuentra en el organismo de las medusas?
10. Temas controvertidos.
Hay temas de debate que provocan una fuerte respuesta emocional en las personas y son sujeto de enfrentamiento entre grupos sociales:
El aborto, las corridas de toros, el terrorismo islamista, la inmigración masiva, la necesidad de vacunarse o no para prevenir ciertas enfermedades, el calentamiento global, etc.
Son temas polémicos que provocan conflicto y por lo tanto son susceptibles de convertirse en una buena historia.
Pueden ser actuales o pasados, políticos, sociales, personales, morales, religiosos, éticos…
Elige uno de ellos y crea personajes que tengan puntos de vista opuestos sobre el tema. Busca después una excusa para mantener a esos personajes juntos durante el tiempo que dura tu historia y tendrás un guion.
11. Situaciones humanas conflictivas.
Problemas o situaciones que pueden sucederle a cualquiera y que tienen un conflicto en sí mismos:
Amor no correspondido, acoso laboral o escolar, embarazo adolescente, la pérdida del puesto de trabajo a los cincuenta años, una enfermedad grave del protagonista o de alguien muy cercano a él, la muerte de un hijo o un ser muy querido…
No es difícil pensar en alguien que se encuentra en una de estas situaciones e ir creando una historia a partir de ella.
12. Historia
Si te gusta la historia seguro que tienes tus épocas, sucesos o guerras favoritos:
La Revolución Rusa, la Primera Guerra Mundial, la burbuja especulativa de los tulipanes en los Países Bajos en el siglo XVII…
Lee, busca, indaga y seguro que encontrarás algún personaje histórico sobre cuya vida escribir… o puedes usar esa época o suceso que te atraen para situar en ellos a personajes de tu invención.
13. Un personaje y su opuesto.
Imagina un personaje y luego piensa en otro que sea lo más opuesto y antitético posible al primero.
Enciérralos juntos en una habitación y tira la llave a la basura. ¿Qué podría pasar?
Seguro que se te ocurrirán un montón de conflictos que pueden suceder entre ellos y ya sabes: si tienes un conflicto tienes un drama (una historia que se puede narrar mediante personajes y sus acciones).
Lo de la habitación no es literal, claro.
Se trata de que busques una excusa para obligarlos a convivir a pesar de sus diferencias incompatibles:
Pueden compartir oficina porque trabajan en la misma empresa, es posible que estén obligados a convivir por razones familiares o económicas, quizás viajaban en el mismo tren y este se ha quedado detenido en medio de una llanura nevada y aislada a causa del temporal…
14. Escritura automática.
La escritura automática es un buen recurso cuando estás bloqueado. Consiste en ponerse a escribir sin pensar, sin buscar lógica a lo que se escribe, saltando de un tema a otro si así te viene a la cabeza.
No importa si sólo se te ocurren tonterías, no te juzgues a ti mismo ni a lo que escribes. Sólo escribe, escribe y escribe sin parar durante diez o quince minutos.
Después, relee lo que has escrito y seguramente encontrarás algún personaje interesante, una escena que te gustaría desarrollar, una posible trama…
Si es tu día de suerte, puede que hayas empezado escribiendo incoherencias y hayas terminado creando un relato interesante el cual, si se le hacen las correcciones necesarias, se puede convertir en la sinopsis de tu próximo guion.
15. La pintura o la fotografía.
Supongamos que los catorce recursos anteriores no te han servido de nada y sigues bloqueado ante el folio/pantalla en blanco.
No pasa nada, todavía te queda una oportunidad de escribir algo decente hoy: relájate y dedícate a disfrutar de las artes plásticas.
Busca blogs de fotografía, webs de museos o galerías de arte y escoge una imagen que te atraiga. Obsérvala sin prisa y deja que tu imaginación se ponga en marcha:
¿Cómo crees que se sentía la persona o personas de la imagen cuando estaban siendo retratadas? ¿Cómo llegaron hasta ahí? ¿Qué clase de vida tendrían? Si fueran uno de tus personajes ¿a dónde irían después de la sesión de fotografía o pintura? ¿Con quién?
Los hermanos Coen escribieron el guion de “El hombre que nunca estuvo allí” (The man who wasn’t there) a partir de una fotografía. Se trataba de la típica foto de fin de curso de un grupo de niños en los años 50.
A los Coen les hizo gracia el corte de pelo de los chicos y empezaron a bromear sobre el peluquero que les había hecho tal faena a los críos. Bromeando, bromeando, crearon al protagonista de su guion.
Y tú ¿has utilizado alguno de estos recursos para encontrar ideas para escribir? ¿Tienes tus propios “trucos” para vencer al bloqueo?
Si tienes un guion escrito y necesita una revisión, puede que quieras un análisis de guion que te ayude a mejorarlo.
Si tienes una idea y quieres convertirla en guion con la ayuda de alguien que te dé una visión desde fuera, puedes pedir un análisis de proyecto o una asesoría personalizada.
Escribe a info@cineseriesytecnicasdeguion.com para solicitar información y tarifas.