Consejos
para escribir novelas
Juan
Terranova
Lo
primero es aprender a estar solo. No se puede escribir una novela si
uno siempre está rodeado de gente, y menos aún si esa gente habla
todo el tiempo. Hay escritores que saben cómo estar solos antes de
empezar a escribir, antes de llegar a la edad adulta. Eso es cómodo
porque aprender de grande el arte de estar solo es muy difícil.
Leer
es una de las mejores formas de estar solo que conozco. La otra es
escribir.
Al
mismo tiempo, la soledad no solo es la gente y la falta de gente. Es
un estado bastante mental. Cuando escribís nadie, repito, nadie, va
a hacer lo que vos no hagás.
La
concentración y la prolijidad son importantes pero no
imprescindibles. Si me das a elegir entre concentración y
prolijidad, elijo prolijidad porque nunca me costó concentrarme y
siempre me costó ser prolijo. Ser prolijo se aprende rápido cuando
metés la pata seguido.
La
concentración implica concentrar cosas, sintetizarlas, ser
ejecutivo, ir para delante.
Y
no des excusas. No sirven. Nadie las escucha.
Otra
cosa básica. Hay que tratar de no salir de casa, no salir del
escritorio o de la mesa donde estás escribiendo. Se dice que Balzac
escribía atado a la pata de la cama o encerrado. Ahora bien, si
necesitás salir, hacé que valga la pena.
Hay
que leer todo. Cervantes leía “hasta los papeles rotos de la
calle” y él escribió la mejor novela de todas, el principio y el
final del género.
Hay
que terminar lo que se empieza. Antes no se sabe si es bueno, si es
malo, si se va a publicar o si hay que tirarlo.
También
hay que resignarse a ser medianamente pobre.
Otra
cosa que sirve es robar. Pero hay que robar bien. Si están dando
Alien, el octavo pasajero ahora mismo en la televisión, lo mejor que
podrías hacer es empezar a transcribir los diálogos y todo lo que
ves en la pantalla.
Para
escribir buenos diálogos tenés que escuchar y recordar cómo se
peleaban tus viejos, cómo argumentaban, cómo se mentían, cómo se
reconciliaban.
Algo
útil es escribir muchos mails a tus amigos contándoles cosas de tu
novela, presentándoles los personajes, qué dicen, qué hacen, de
qué viven, pero lo que no sirve es que hables de ellos. Los
novelistas no hablan. Cuanto más escribas y menos hables, mejor.
Hay
que tener siempre muy presente que el arte de la novela es íntimo y
universal al mismo tiempo. Lo que narrás te tiene que importar a
vos. Te tiene que importar a vos y a tus amigos. La palabra clave es
“comunidad”.
Un
teclado que no tiene restos de semen y comida no es el teclado de un
novelista. Puede ser el teclado de un gran escritor, de un eximio
poeta, pero no es el teclado de un novelista.
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