DECÁLOGO DE LA MICROCUENTÍSTICA
Marco Aurelio Chavezmaya
1.- Abreviarás con el sudor de tu mente. (La vastedad y la
cortedad dependen de tus latidos. Extensión que no da vida, mata.)
2.- Santificarás largamente las fiestas de la brevedad.
3.- Tu vida, el sueño, la realidad, tu tiempo. Escarbarás en
ellos con las uñas, con los huesos, con los ojos, con los testículos, hasta extraer un diamante
envuelto en sangre. Arrópalo, límpialo, amamántalo: es el inicio de un cuento; es el rostro de su final.
4.- No robarás historias ajenas en vano (eso quiere decir
que si vas a robar la historia de otro, tu deber principalísimo es escribir una pequeña obra maestra,
para que los ingenuos crean que fue
aquél quien robó primero).
5.- No fornicarás con el espejo. La vanidad es una pésima
costumbre si crees que has escrito una pequeña obra maestra.
6.- Que nadie te haga sentir mal por el tamaño. Ya lo dijo
aquél (y si no lo dijo, no importa): “A mis brevedades voy, / de mis brevedades vengo, / porque para
andar conmigo / me bastan mis
minicuentos.”
7.- Respetarás a tus padres (literarios), pero no usarás sus
corbatas ni sus trajes, a menos que consigas una cita de amor con la loca de la casa.
8.- Si piensas que tu oficio es beber océanos, tragar
lumbre, masticar vidrio, increpar a Dios por su fastuosa desmemoria, amar a todas las mujeres y sorber los
sesos vivos de las criaturas más extrañas del mundo, inscríbete entonces en el Taller de Cuentagotas.
9.- No matarás la historia en aras de la pirotecnia. No
matarás a los personajes buscando el oropel. No matarás a nadie. El brillo, como la perfección, no
existe. A lo único que puedes aspirar en este
valle de lágrimas es el decoro.
10.- Por eso honrarás las sencillas palabras, las palabras
justas.
(11.- Y sobre todo no olvidarás que los decálogos son
catálogos del Diablo.)
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