Consejos de estilo de Schopenhauer
Recopilados por JAVIER MELENDEZ MARTIN
¿Cómo atrapar a los lectores y mantenerlos seducidos hasta
la última palabra? Schopenhauer lo hizo con un estilo limpio y provocador que
le hizo popular. «Vende pensamientos, no palabras», escribió hace siglo y
medio, y parece que se dirige a nosotros.
La frase pertenece al ensayo Sobre escritura y estilo*,
donde deja consejos para escribir con claridad y elegancia, orientados a
escritores, redactores de revistas y periodistas de la época, a los que hubiera
querido fustigar con una vara.
1. Comunicar un
pensamiento
El principio
fundamental de la estilística es comunicar un pensamiento por vez, no dos.
Schopenhauer.
No dos, ni tres, ni cuatro… Un texto, un pensamiento. La
primera regla parece obvia, sin embargo, recordemos a aquella periodista que
mezcló sus impresiones sobre la muerte de Nelson Mandela y la decoración de una
habitación de bebé en una misma entrada en su blog personal. Aunque es posible
que Schopenhauer hubiera sonreído condescendiente: consideraba la ingenuidad
del escritor como un valor, no como un demérito. Hablaremos de esto más
adelante, aquí diremos que Schopenhauer tomaba la escritura como un diálogo, no
como un monólogo. Cuando uno habla a otra persona intenta expresar de manera clara
qué quiere, no mezcla temas. Si uno hace esto último recibe una queja: «Estás
hablando de cosas distintas».
Claro que los lectores de las publicaciones digitales pueden
quejarse en el cuadrito de comentarios…
2. Planificar como un
arquitecto
Pocos escriben como
construye un arquitecto. La mayor parte escribe como se juega al dominó,
esperando que casualmente una pieza se adapte a otra. Schopenhauer.
El filósofo considera que las buenas ideas no llegan por
azar, saliendo a escribir como se sale de caza. Prefiere seguir un orden:
Pensar.
Estructurar el texto.
Escribir.
Es posible que en nuestro tiempo hubiera utilizado técnicas
como el mapa mental.
Para Schopenhauer, escribir por escribir cansa al lector y
le hace perder tiempo. «Rellenadores de cuartillas» llama a quiénes escriben
así. Sin duda el lector de prensa del siglo XIX tenía más paciencia que el
lector digital; además, este puede abandonar con un click un artículo
farragoso.
3. Un título
lapidario
El título deberá ser
expresivo, corto, lacónico y, en lo posible, resumir el contenido en una sola
palabra. Schopenhauer.
El filósofo advierte que los títulos largos ahuyentan a los
lectores porque estos no tienen claro el contenido ni que el autor sepa de qué
habla. Por otro lado, desprecia los títulos que llevan a engaño a los lectores.
Es posible que Schopenhauer hubiera tenido amor y odio con
el SEO. El título breve y conciso no casa bien con el título original en la
web.
4. Temas conocidos
No importa si el tema
es conocido por todos. La forma de tratarlo, el modo de concebirlo es lo que le
confiera valor. El mérito será mayor cuanto más conocido sea el tema.
Schopenhauer.
El filósofo desdeña a los escritores que solo hablan de
novedades, de las noticias, de los sucesos y lo que está de moda. Considera que
estos escritores carecen de originalidad.
5. Lo ingenuo es lo
original
Arriesgarse a escribir
como se piensa conduce a ideas propias. Schopenhauer.
Schopenhauer prefiere el pensamiento original, aunque
ingenuo, y expresado de manera sencilla, a los textos de un autor consagrado
que habla con artificio sobre trabajos ajenos.
«La ingenuidad es auténtica», dice el filósofo, que invita
al autor a escribir sobre uno mismo, las propias tristezas y deseos o los
pensamientos pasajeros. (Los modernos llaman a esto «personal storytelling»).
6. No utilizar un
torrente de palabras
Vende pensamientos, no
palabras. Schopenhauer
El filósofo considera que una idea debe ser expresada de
manera simple. Pone un ejemplo: si tienes que comunicar el fallecimiento de una
persona, no empleas palabras rebuscadas ni das rodeos innecesarios para adornar
la comunicación.
Para el alemán, demasiadas palabras esconden las ideas, si
las hay, o ayudan al periodista o redactor de revista a hacer creer al lector
de que está leyendo algo importante.
7. Evita el lenguaje
gastado y vacío
Desecha las frases
banales, locuciones gastadas, expresiones a la moda, palabras oscuras o
indefinidas. Schopenhauer.
Para el filósofo, la naturalidad no equivale a vulgaridad.
Utilizar expresiones de moda o clichés no acerca la idea, sino que le resta
valor.
El ensayo Sobre escritura y estilo, cuya lectura completa es
muy recomendable, puede resumirse en la frase: «Utilizar palabras ordinarias
para decir cosas extraordinarias».
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