ANTOLOGIA DE DECALOGOS LITERARIOS

"Los Diez Mandamientos, considerados útiles reglas morales para vivir en sociedad, tienen un excelente uso literario. El escritor, al contar sus historias, debería hacer que sus personajes violen constantemente estos mandamientos, en conjunto o por partes. Mientras alguien robe, mate, mienta, fornique, blasfeme o desee a la mujer del prójimo tendremos un conflicto y en consecuencia una historia que contar. Por el contrario, si sus personajes se portan bien, no sucederá nada: todo será aburridísimo."
Fernando Ampuero


Uno de los más interesantes y que recoge más sabiduría, tiene un solo postulado. Se lo leí a Alejandro Quintana y dice:

"Porque en realidad ya se ha contado todo; lo novedoso es contarlo de forma interesante".

Es muy común que los escritores, cuando gozan de cierto reconocimiento, decidan organizar sus ideas en forma de recomendaciones que suelen enumerar en listas, generalmente en forma de decálogos, muy a manera de configurar una suerte de "Tablas de la Ley"o de "Diez Mandamientos" , en los que pontifican,-con razón o sin ella, en concordancia con su prestigio y sabiduría o apenas haciendo gala de una vana pretensión un tanto ególatra- sobre sus verdades decantadas acerca del oficio de escribir.

Unos condensan verdaderas sentencias, otras son apenas esbozos que naufragan en su propia babosería; unos son un compendio de ingenio, otros verdaderos destellos de humor, mientras algunos apenas sí resbalan como peligroso chascarrillo en el reino del lugar común.

De todas maneras, en esta página recopilamos algunos de ellos, como elemento para el análisis y estudio de los interesados en el ejercicio de escribir. Muy recomendado para aprendices y aficionados, para lectores desprevenidos, para alumnos de talleres literarios y para todos los que se deleitan del bello arte de la Literatura.

Al final citamos los más ingeniosos, clásicos, reconocidos o polémicos.

Lo que comenzó como un divertimento, pasó a ser una disciplina que permite enriquecer la teoría de la creación literaria, en la voz de los maestros. La idea original parte de la página www.emiliorestrepo.blogspot.com
Comentarios y aportes, favor remitirlos a emiliorestrepo@gmail.com

miércoles, 18 de marzo de 2015

Patricia Highsmith y sus consejos para escribir historias de misterio


Patricia Highsmith y sus consejos para escribir historias de misterio

Nacida como Mary Patricia Plangman en Texas, Estados Unidos, en 1921, Patricia Highsmith fallecería al otro lado del océano, en Suiza, 74 años después. Sus padres estuvieron casados durante dos años y su mamá decidió divorciarse cinco meses antes de su nacimiento: durante su infancia se mudaron una y otra vez en Nueva York, y Higsmith conoció a su padre recién a los 12. La escritora tomó el apellido del segundo marido de su mamá.

"Supongo que fue a los 21", respondió cuando le preguntaron cuándo comenzó a escribir seriamente: redactaba guiones y con eso pagaba, apenas, las cuentas. En cuanto a su primera novela, quedó inconclusa a los 22. "Nunca la terminé. Llegué a tipear unas 300 páginas. Me había ido a México para escribir pero me quedé sin dinero y tuve que volver. Era más bien gótica, sobre un chico pobre adoptado en una casa de ricos, una casa en la que vivía mucha gente y había una joya escondida, algo así; era una historia mala, por eso nunca la terminé", contó a la BBC. En efecto, en diciembre de 1943 Highsmith hizo su primer intento por cruzar a México por el puente de Laredo, pero tuvo que volver porque tenía demasiados libros en sus valijas. Mandó algunos de vuelta a Nueva York, aunque su máquina de escribir fue retenida en la frontera.

Extraños en un tren, su opera prima, aparecería recién en 1950. Alfred Hitchcock la llevó al cine con guion de Raymond Chandler: nada mal para empezar.

https://serescritor.com/patricia-highsmith-literatura-en-13-mandamientos/


Literatura en 13 mandamientos

Esta es una lista arbitraria de mandamientos de Highsmith. A diferencia de los del Reino de Dios, cada lector podrá hacer la suya. Y no es literal.

1. Un secreto para el éxito. No hay fórmulas mágicas ni secretos, salvo la individualidad y la personalidad. Solo al individuo le corresponde expresar lo que le diferencia de los demás. Es “la apertura de espíritu”, pero no es nada místico. Es una especie de libertad, de libertad organizada.

2. Objetivo: la diversión. La primera persona a la que deberías complacer es a ti mismo. Si eres capaz de divertirte escribiéndolo, divertirás a los editores y a los lectores.

3. Planificación, la justa. Un argumento nunca debe ser rígido ni estar terminado. Tengo que pensar en mi propio entretenimiento y a mí me gustan las sorpresas. Si sé todo lo que va a pasar, escribirlo no será tan divertido. Es más importante que los personajes se muevan y tomen decisiones como personas de carne y hueso, que se les dé la oportunidad de deliberar, de elegir, de volverse atrás, de tomar otras decisiones, como en la vida real. Los argumentos rígidos, aunque perfectos, pueden hacer que los personajes parezcan autómatas.

4. Así empieza todo. Los gérmenes de una idea pueden ser pequeños o grandes, sencillos o complejos, fragmentarios o completos, quietos o móviles. Yo los reconozco gracias a cierta excitación que siento enseguida, la misma que produce una sola línea de un poema. El mundo está lleno de ideas germinales y si no las tienes es por fatiga física o mental. Entonces hay que viajar, pasear, el cerebro exige vacaciones. A veces nos rodean personas que no nos convienen.

5. Claves para una buena atmósferaSe consigue poniendo en marcha los cinco sentidos.

6. El diálogo, con moderación. Tres líneas de prosa son suficientes para transmitir lo esencial de una conversación. El diálogo es dramático y debe usarse con moderación.

7. Sin trucos. Los trucos proporcionan un entretenimiento endeble y no divertirán al lector inteligente. Son ideas ingeniosas que no tienen nada que ver con la literatura.
8. No hablar con escritores. No se me ocurre nada peor o más peligroso que comentar mi trabajo con otro escritor. Los escritores nadan unos junto a otros en la misma profundidad, dispuestos a hincar los dientes en el mismo plancton que flota a la deriva. Me llevo mucho mejor con los pintores.

9. Cuidado con el amor. Las personas que nos atraen o de las que estamos enamorados son como una especie de caucho que nos aísla de la chispa de la inspiración.

10. El lugar de las dificultades. Están en la mente del escritor, no en el papel.

11. El dinero. El escritor hará bien en tener otro trabajo.

12. Sin juicios morales. Las personas creativas no hacen juicios morales. Hay tiempo para ello después, en lo que crearán, pero el arte no tiene nada que ver con la moral, los convencionalismos ni los sermones.

13. El arte de escribir. Lo que hace difícil escribir sobre el arte de escribir es la imposibilidad de establecer reglas.

Es decir, y después de todo esto: que nadie se haga ilusiones.


MÁS DE SU COSECHA

Las buenas narraciones se hacen solo con las emociones del escritor”
Aunque un libro de suspense esté totalmente calculado, habrá escenas, descripciones —un perro atropellado, la sensación de que alguien te sigue por una calle oscura— que probablemente el escritor habrá experimentado en persona. El libro es siempre mejor si contiene experiencias como estas, de primera mano, realmente sentidas”.
"Todos construimos un caparazón para protegernos de los golpes emocionales y lo vestimos de decoro, corrección, juicio moral, ceguera o indiferencia adquirida, nos cuenta. ¿Cómo si no ser un granjero entero si coges cariño al animal que debes sacrificar? ¿Cómo ser psicólogo si te pueden contagiar la depresión? ¿O un geriatra efectivo entre ancianos que avanzan hacia la muerte? Para ser escritor se necesita, sin embargo, un grosor bastante más ligero en el caparazón: fino como para captar, sentir, comprender y trasladar las emociones, y sin morir en el intento. “Los escritores tienen un caparazón protector muy pequeño y durante toda la vida tratan de desprenderse de él, ya que los diversos golpes e impresiones que recibirán son el material que necesitan para crear. Esta receptividad es el ideal del artista”. Se llama empatía.
Muchos escritores principiantes creen que sus colegas ya consagrados deben tener alguna fórmula mágica para alcanzar el éxito. El presente libro conseguirá, sobre todo, que se desvanezca esta idea. No hay ningún secreto para alcanzar el éxito escribiendo, salvo la individualidad o, si se prefiere, la personalidad”.
Me gusta que la primera frase contenga algo que se mueva y dé la impresión de acción, en vez de ser una frase como, por ejemplo, ‘La luz de la luna yacía quieta y líquida sobre la pálida playa’”.
Un argumento nunca ha de ser una cosa rígida que se encuentra en la mente del escritor cuando este empieza a trabajar. Yo llevo esta idea un poco más lejos y creo que un argumento ni siquiera debe estar terminado. Tengo que pensar en mi propio entretenimiento y la verdad es que a mí me gustan las sorpresas”.
Los trucos pueden inventarlos muchas personas que ni escriben ni desean escribir. Son sencillamente ideas ingeniosas que por sí mismas no tienen nada que ver con la literatura, ni siquiera con la buena prosa narrativa”.
Si el escritor de suspense va a escribir sobre asesinos y víctimas, sobre gente que se encuentra en el vórtice de este terrible torbellino de acontecimientos, debe hacer algo más que describir la brutalidad y la sangre. Procurará iluminar un poco la mente de los personajes. En otras palabras, sus personajes inventados tienen que parecer reales”.
"Un verdadero escritor se distingue del falso porque seguiría escribiendo en una isla desierta aunque no hubiera lectores."
Escribir es una forma de organizar la vida. Y la necesidad de hacerlo sigue presente aunque no se tenga público”.

Y otros:

Sobre la rutina de escritura

"Si estoy trabajando en una novela, trato de escribir ocho páginas por día. Algo parecido con los cuentos, a veces con los cuentos se pueden hacer diez. Intento atender los asuntos aburridos durante la mañana -trámites, compras, cosas así-, y trabajar entre cuatro y cinco horas por día. Siempre escribo en la máquina de escribir. Comienzo por alguna acción, no por el principio, y me muevo hacia delante y hacia atrás en mi propio pensamiento. Los personajes vienen después. Tengo un cuaderno siempre conmigo y ahí tomo notas mientras estoy escribiendo". 

 

 

Sobre la crítica

"Prefiero las críticas que son más bien malas. Por ejemplo, en una dijeron que yo era algo despreocupada con respecto a mis personajes menores. Bueno, al menos es más interesante que ser alabada. Y me pongo a pensar en cómo hacerlo mejor la próxima vez".

   Good afternoon, 1978

 

 

Sobre el vínculo con las editoriales

"Por una razón y otra he tenido que cambiar de editoriales. Me han rechazado libros y no están todos en el mismo sello, es un poco difícil encontrarlos. No es fácil encontrar editores... Da la impresión de que he estado exigiendo grandes adelantos, pero la verdad es que nunca hice eso en mi vida. Y no es bueno tener varios editores, se pierde cierta lealtad de parte de ellos".

The British Library

 

 

 

Sobre la moral y la escritura

"Puedo pensar sólo en una ligera cercanía entre el criminal y el artista, desde que un escritor imaginativo es muy libre; tiene que olvidar su propia moral, su sentido moral personal, especialmente si escribe sobre criminales. Debe sentir que todo es posible. (...) El asesinato para mí es algo misterioso. Creo que no lo comprendo del todo. (...) Y ese es el motivo por el cual escribo tanto al respecto: estoy interesada en la culpa".

Armchair Detective, 1981 

 

 

Highsmith y su cuaderno de notas.

 

 

Sobre la soledad y la escritura

"Nunca lamenté no tener hermanos ni hermanas. Incluso ahora, y aunque me gusten mucho las personas, estoy feliz de vivir sola. El asunto principal es que no puedo trabajar si hay alguien más en la casa, así que si viviese con alguien tendría que resignar mi trabajo, o si no de alguna manera levantar una pequeña habitación en el patio y trabajar ahí".

 

 

 

Sobre el vínculo con escritoras y escritores

"No me inclino por hablar de mi trabajo antes de que esté terminado –pienso que es algo muy peligroso de hacer– y después, cuando el libro ya está terminado, ¿para qué hablar de él? Para mí, otra persona que escribe no representa un desafío intelectual. Prefiero mucho más hablar con pintores o escultores, fotógrafos; ellos tienen un modo distinto de ver la vida".

Entrevista con Naim Attalah, 1993

 

 

 

Sobre la música

"Escucho música todos los días, claro. De todo tipo", dijo en esta entrevista radial en la que además queda a cargo de la musicalización. Y de paso respondió que a una isla desierta se llevaría Moby Dick, de Herman Melville.



SOBRE EL LIBRO "SUSPENSE"

https://cosmoversus.com/suspense-como-se-escribe-una-novela-de-intriga-patricia-highsmith-1980-resena/

Consejo seleccionado 1

Los consejos que más me han llamado la atención son bien pocos. Uno de ellos es la primera línea o párrafo a la hora de comenzar la narración. Si metes la pata, si en esa primera impresión en la frase o en el párrafo no cuentas algo muy pero que muy interesante, es posible que el lector cierre el libro. No hay que limitarse a describir cómo el sol se inclinaba tras la montaña, o cómo la lluvia empapaba los cristales. Nada más cutre que eso. Y aún hoy en día se sigue haciendo.

Recuerdo hace unos años que, acudiendo a un evento literario, se celebró durante su programa de actividades un taller de escritura donde se mencionaba este consejo. Me hubiera gustado saber que estos consejos ya corrían por el mundo antes de que las personas que impartían el taller casi no habían nacido (literalmente); y que hubieran mencionado las fuentes de estas pautas. Aunque no lo hubieran extraído de Patricia Highsmith. En aquel momento creí que eran unos sabios, pero ahora sé que toda aquella información es más antigua que la polka. No es por desmerecerlos, pero daba la sensación de que todo era trabajo suyo.

Consejo seleccionado 2

Otro de los consejos es que los personajes malvados sean simpáticos. Creo que en esto Patricia es una figura. Además, lo ejemplifica con los personajes de Extraños en un tren6, concretamente con Bruno, el instigador de los crímenes. Resulta tan excéntrico, maniático y problemático, pero al tiempo encantador y culto, que es imposible no sentir algo benigno hacia él. Creo que esto nos ha pasado multitud de veces, y es un secreto a voces que los malos también pueden ser queridos por el público, aunque sepamos que no lo merecen. Ya lo afirma Patricia en el libro: “Lo único que puedo sugerir es que al héroe-asesino se le den tantas cualidades agradables como sea posible (…), puede que estas cualidades sean divertidas en contraste con sus rasgos criminales u homicidas.”

Fotograma de Extraños en un tren (1950), obra maestra de Highsmith y Hitchcock. Fuente: El Correo

Todo está dicho

A lo largo del texto de Suspense podemos comprobar la gran cultura que tenía Patricia Highsmith respecto a literatura. Lectora empedernida de Grahamm Greene y Henry James, se mantenía al día respecto a las novelas de su tiempo (al parecer no leía a sus colegas, sin embargo), y raro es el capítulo en que no mencione algunas máximas de otros autores. Me ha llamado especial atención la de Anthony Boucher7, después de afirmar que “En la ficción, no siempre es necesario responder a preguntas lógicas”:

“Una y otra vez se le ocurre a alguien, y siempre como una idea nueva y sorprendente”.

Anthony Boucher

Aquí la autora nombra a Boucher refiriéndose a que no siempre es necesario explicar todo en un suceso ficticio, ni siquiera darle una explicación que lo justifique. Con todo esto, tanto Highsmith como Boucher quieren dar a entender que ya todo está escrito y dicho, y que a menudo vienen muchos adanistas a intentar decirnos que han descubierto el fuego. Sí, el infierno mundo está lleno de bienintencionados literarios, pero lo que no saben es que el mundo es más antiguo que ellos. Ella misma cayó en este error cuando cuenta que “Este fue mi ¡Eureka! a los 17 años: que todas las artes eran una sola. Me di cuenta de ello y llegué a pensar que había descubierto algo nuevo, pero pronto averigüé que ya lo habían dicho miles de años antes.”

Criminales en potencia

Si os soy sincero, este libro ha resultado muy esclarecedor en muchos aspectos. Como escritor doy fe de lo útil que es leer estas palabras y testimonios de una autora que ha llevado al límite la psicología de personajes realmente especiales, que ha entrado en la mente del criminal que, posiblemente, todos llevamos dentro. Porque para Patricia Highsmith todos somos criminales si la situación lo requiere. Pero la riqueza en la personalidad de sus personajes es lo que ha llevado a la cima a su autora.

Patricia Highsmith escribiendo. Fuente: El Mundo

Yaddo

Dentro de mi ilimitada ignorancia, he descubierto algo más en este libro: Yaddo8, la comunidad de artistas para trabajar en un entorno saludable, libre de interrupciones. Allí permaneció un tiempo Patricia, en 1948, donde pudo codearse con muchos otros artistas. Interesante además este artículo donde habla de aquella estancia.

Ripley

No quiero terminar este bloque sin mencionar a Mister Ripley, el personaje highsmithiano tantas veces llevado al cine9 y que le costó cinco novelas en dos décadas. El rey del engaño y el crimen, posiblemente, un joven con un talento inaudito para meterse en líos y salir de ellos. De él también da cuenta en Suspense. Y finalizo este repaso avisando de que el capítulo 10 es un resumen a modo de ejemplo general de su novela La celda de cristal. Lo destaco porque desvela toda la novela. Si no la habéis leído, podéis saltar este capítulo hasta que lo hagáis.

Homenaje

Ahora sí. Este es un listado de frases que me han llamado la atención y considero que pueden servir para muchas cosas: entender a la autora y aprender un poco de ella. Reflexionar nunca está de más. Vuelvo a insistir: este libro es una pequeña joya, otro legado más de una mujer fascinante que sufrió un rechazo mediático, por decirlo así, a causa de sus ideas y su forma de vida. En sus palabras, traducidas por Jordi Beltrán para esta edición, vais a encontrar una sinceridad cordial, lejos de esa imagen deformada que tanto daño le hizo. 2021 es el año de Patricia Highsmith, cuando se cumple el siglo de su nacimiento. ¡Qué mejor homenaje que recordarla de una forma tan amena y profunda!

Máximas de Patricia Highsmith

❖Pero esto es lo que hace que la profesión de escritor sea animada y apasionante: la constante posibilidad de fracasar.

▪Tal vez, para un escritor, la suerte consista en que se le haga una buena publicidad en el momento más indicado.

❖ Nuestro arte consiste en captar la atención del lector contándole algo divertido o que merezca la pena que se le dediquen unos cuantos minutos o unas cuantas horas.

▪ Son los acontecimientos inesperados y a menudo sin importancia los que pueden inspirar al escritor.

❖ No hay ningún secreto para alcanzar el éxito escribiendo, salvo la individualidad o, si se prefiere, la personalidad.

▪ Al escribir un libro, a la primera persona a la que deberías complacer es a ti mismo.

❖ Recomiendo a los escritores que lleven una libreta para tomar apuntes. Durante los periodos estériles conviene que el escritor hojee estas libretas. (…) Quizás dos ideas se combinarán la una con la otra (…).

▪ El arte en esencia no tiene nada que ver con la moral, los convencionalismos y los sermones.

❖ Es sorprendente ver cuán a menudo una frase anotada en una libreta conduce inmediatamente a otra frase.

▪ Los escritores que deseen escribir libros parecidos a los míos se encuentran con un problema extra: cómo hacer que el héroe sea simpático o, al menos, que sea razonablemente simpático.

❖ La pasión del público por la justicia me resulta aburrida y artificial, porque ni a la vida ni a la naturaleza les importa que se haga o no justicia.

▪ Sentir orgullo por el propio trabajo es esencial, y si uno permite interrupciones y acepta invitaciones, su orgullo se va empañando poco a poco.

❖ El escritor debe sentirse integrado en el libro mientras lo esté escribiendo.

▪ Escribir es una forma de organizar la experiencia y la vida misma, y la necesidad de hacerlo sigue estando presente aunque no se tenga público.

❖ Hay principiantes capaces de llenar 200 páginas en un abrir y cerrar de ojos, pero muchas veces el editor hace el trabajo que ellos deberían haber hecho, señalando incongruencias y actos que no se ajustan al carácter de quien los realiza. Escribir así refleja tanto pereza como falta de sensibilidad.

▪ Los escritores deberían aprovechar todas las oportunidades de aprender cosas sobre las profesiones de otras personas.

❖ La propia prosa no debe considerarse sagrada. [Respecto a cambiar o eliminar párrafos]

▪ Los escritores jóvenes deberían hacer algo nuevo, no por la novedad en sí, sino porque su imaginación es fresca y libre.

❖ La intuición no es algo que se encuentra en los libros de psicología; la tienen todas las personas creativas.

▪ La moral y el comportamiento social cambian con el paso de los decenios, pero los guionistas de cine y televisión siguen aprovechando las obras de Henry James porque James siempre contaba una buena historia.

“No soy una escritora de crimen y misterio porque ni el suspense ni el misterio me interesan. Pero me fascina el desarrollo de un criminal accidental, algo que todos somos potencialmente. Sus motivaciones y reacciones me subyugan. De hecho, una persona normal me empieza a interesar cuando adquiere conciencia de sus instintos. Ése es el motor de todas mis novelas.”

Patricia Highsmith (contraportada de Suspense).

MAS SOBRE "SUSPENSE"

Sus… pense. Cómo se escribe una novela de misterio, escrito en 1983 y publicado por Círculo de Tiza, ha pasado a ser en la actualidad el decálogo perfecto para escritores principiantes (o no tanto) que quieran entrar de lleno en el género negro. "Nuestro arte consiste en captar la atención del lector contándole algo divertido o que merezca la pena que se le dediquen unos cuantos minutos o unas cuantas horas", avanza la autora, que saltó a la fama en 1950 con la mítica novela Extraños en un tren.


1. El germen de una idea

Para la autora de Pequeños cuentos misóginosLa celda de cristalEl cuchillo o Mar de fondo, el origen de una novela de intriga puede estar en cualquier hecho cotidiano del que podemos ser testigos. Por ejemplo, ver cómo un señor de aspecto respetable entra en una verdulería y se apropia indebidamente de una pera. O puede estar en una secuencia de acción pensada inesperadamente, como la de esos dos desconocidos que se encuentran en un tren y planean el crimen perfecto para deshacerse de sus respectivos enemigos. Highsmith pertenece evidentemente a este segundo grupo.

2. El comienzo de la narración

El ambiente externo que rodea físicamente al escritor es fundamental para el buen desarrollo de la novela y para alcanzar un pulso narrativo adecuado. Por eso, Highsmith, que odiaba el ruido porque le daba miedo, comenzó a escribir una de sus más inquietantes historias, Mar de fondo, cuando unos chiquillos se colaron por la escalera de incendios de su modesto primer piso en Manhattan y husmearon en sus cajas de libros aún sin desembalar. Los quinceañeros se enzarzaron después en una batalla campal allí al lado. La maestra del suspense, airada y con el corazón que se le salía por la boca, esperó a que los críos se marcharan porque no era capaz de llamarles la atención. Poco tiempo después, este suceso le sirvió de inspiración para su relato Los bárbaros, la historia de un arquitecto agobiado por el ruido que forman todos los fines de semanas grupos de jóvenes bajo su ventana mientras juegan al fútbol.



3. El encanto del relato breve de suspense

A diferencia de las posibilidades de la novela de intriga, Highsmith ensalza el poder del relato porque el más tenue de los hechos cotidianos puede conformar la historia perfecta. Tanto es así que puede tener una sola escena y transcurrir en unos cinco minutos. Qué pasa, por ejemplo, cuando la lluvia borra unas importantes huellas dactilares de una copa de cóctel dejada abandonada en la terraza. Pongan la imaginación a funcionar.

4. La maduración de una historia

A Highsmith las historias largas le tardaban en madurar de seis semanas a tres años entre el germen de la narración y la preparación detallada del argumento. Para ello, "la idea tiene que ampliarse con personajes, con un marco, con un ambiente", cuenta en su libro de consejos impagables. Y añade que es fundamental “vivir” con los personajes antes de comenzar a escribir una sola línea, para que la historia no parezca impostada, para que todo huela a verdadero. Para “espesar” el argumento, como lo denomina la reina incuestionable del suspense, es imprescindible "crearle complicaciones al héroe o quizás a sus enemigos". En este momento concreto, los acontecimientos inesperados surten un efecto ideal en la trama.

5. ¿Dónde colocar el clímax?

Ese momento determinante de cualquier historia de suspense (o momentos) que determina el desarrollo final de una trama es fundamental, aunque Highsmith no está segura de que todas las novelas deban contar con él de manera obligatoria. La creadora de El talento de Mr. Ripley aconseja al escritor principiante que trace un bosquejo del libro capítulo por capítulo para evitar divagaciones indeseadas y del mismo modo le ayude a ver cómo avanza la narración por los derroteros adecuados.

Highsmith, en un viaje en tren a Zurich en 1987.
Highsmith, en un viaje en tren a Zurich en 1987.
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6. El ritmo adecuado

Ello dependerá mucho del carácter del autor y lo mejor, según Highsmith, es no pensar demasiado en él. Lo que también puede llamarse “estilo” debe ser algo “natural y espontáneo”. Aconseja que el escritor distribuya los acontecimientos del relato de la forma más entretenida posible y el ritmo adecuado de la prosa surgirá por sí solo, ya sea “lento, rápido o mitad y mitad”.

7. La sorpresa como arpón de enganche, pero sin excederse

Highsmith vislumbraba hasta tres cuartas partes de lo que iba a ser su futura novela, incluso veía el final de la historia, pero no la que se ubica en la tercera cuarta parte, que dejaba al albur de acontecimientos diversos porque lo veía “borroso”. Sabe que su forma de escribir volvería loco a un lector “lógico”, pero cree que es ahí cuando surge la actuación “ilógica” de un personaje que quiebra el ritmo "lógico" de la trama. Pero advierte a los aventajados alumnos: “Limitarse a sorprender y conmocionar al lector, sobre todo a expensas de la lógica, es un truco barato”. Y aconseja que se estire al máximo la credulidad del lector, su sentido de la lógica, pero sin romperla. He aquí el misterio para escribir algo “nuevo, sorprendente y entretenido”.

8. La trascendencia de la primera página

Highsmith alerta de la importancia de que estas primeras 30 líneas puedan servir al lector para entrar de lleno en la novela completa o, por el contrario abandonarla sin compasión. A ella le gustan personalmente que las primeras frases de sus novelas contengan algo de acción, que lleven la esencia concentrada de lo que puede ser el resto del libro.

La gran reina de la literatura de suspense.
La gran reina de la literatura de suspense.
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9. Sortear las dificultades

Cualquier escritor puede encontrarse con ellas. “Uno se siente atrapado, con las manos atadas, el cerebro amordazado, los personajes paralizados, la historia moribunda antes de quedar terminada”, describe Highsmith. La reina del suspense cree que se resuelve con una simple pregunta: “¿Qué quiero que suceda?”. Basta a continuación con disponerlo todo para que lo deseado por el escritor pueda ocurrir finalmente.

10. La sensación de gozo

Highsmith no quería dejar pasar por alto algo que ella considera fundamental tanto para el escritor como para la historia que cuenta: gozar. La individualidad que reina en el placer de la escritura no puede describirse con palabras y se hace muy difícil transmitirlo a otra persona. Por tanto, experimenten en primera persona este placer… si se atreven.




Tomado de:


(Sus…pense. Cómo se escribe una novela de misterio.Patricia Highsmith. Círculo de Tiza. Madrid, 2015. 175 páginas.)



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