Sobre cómo mejorar tu creatividad y tu historia: consejos a escritores primerizos
Lucía
Herguedas Verdía
Tomado
de:
Este artículo es una colaboración de , filóloga, correctora, escritora, grafóloga y morfopsicóloga.
Como correctora literaria muchas veces me han preguntado acerca de cómo mejorar una historia, cómo darle forma. Me he encontrado con gente que tenía muchas ideas en la cabeza pero no sabía qué hacer con ellas. Pero que nadie se preocupe, yo también tengo mi faceta como escritora, y también me he enfrentado al mismo problema multitud de veces.
Pero si también intentas mejorar tu imaginación, quieres escribir algo original o diferente, quizás este artículo podría interesarte. Aunque pueda parecer mentira, hay ejercicios para mejorar la creatividad.
Ante todo, no seas negativo. No te cortes a ti mismo diciéndote que no tienes nada de imaginación, que tu creatividad es muy mala, que no naciste con buena capacidad para escribir historias increíbles. La creatividad y la imaginación se aprenden, lo más importante es trabajar en ellas y ser constante, y tener la mente abierta y ganas de probarse a sí mismo.
¿Cómo darle forma a mi historia?
Tiempo, paciencia y papel.
1. Empieza por anotar los detalles, sea una escena, un personaje, un lugar, aunque sean cosas que en principio te parezcan inconexas o no sepas cómo unir (ten los papeles ordenados y numerados).
2. Deja pasar el tiempo que haga falta mientras se te ocurren más ideas, y vete apuntándolas.
3. Cuando tengas el argumento más o menos claro, haz un esquema en papel. Con frases breves y contundentes anota lo principal de cada acción y escena por orden cronológico. Rodéalas con un rectángulo como si fuera una cajita, y debajo puedes apuntar los detalles de cada escena por si tienes miedo de olvidarlos (y así te ayudará a evitar inconexiones a la hora de escribir la historia). Puede que a medida que vayas trabajando se te ocurran otros posibles desenlaces, otras escenas nuevas que añadir o quieres eliminar alguna que no te convenza. ¡Hazlo! Da igual si ya estás escribiendo el texto o no, siempre hay tiempo de hacer todos los cambios que quieras.
4. Haz una lista de personajes, con sus nombres, sus características físicas y de personalidad, e incluso una pequeña biografía (en el texto no tienes por qué dar todos los detalles a la vez, sino ir presentándolos poco a poco, eso dará más intriga).
5. Plantéate desde qué punto de vista quieres contar el argumento: primera, segunda o tercera persona, si desde un sólo personaje o varios. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes.
6. Reflexiona cómo vas a usar la línea temporal: argumento lineal (orden cronológico), o saltos en el tiempo (ya sea hacia atrás o hacia delante).
7. Cuando te sientas preparado, ponte a escribir. Establece una rutina, preferentemente a la misma hora y en el mismo sitio. Recomiendo que sea de noche, cuando hay más silencio y nadie te va a molestar. Pero recuerda que si un día no te sientes con ganas de continuar el trabajo, no lo hagas. Estas cosas hay que hacerlas con pasión y concentración, y si estás cansado o no te apetece, no te concentrarás bien.
8. De vez en cuando repasa lo que has escrito, pero no te obsesiones mucho, la corrección la harás cuando esté acabado el texto. Y no te olvides consultar tus papeles de apuntes para asegurarte de que no te has olvidado ningún detalle o has mezclado cosas.
9. Lee todo con calma, si es posible en voz alta, porque así te darás cuenta del efecto de la puntuación. Fíjate en los párrafos, sangrías, comas y puntos y en los guiones de diálogo.
10. Deja pasar un par de semanas sin tocar la historia ni darle vueltas en tu cabeza, y vuelve a leerla por segunda vez. Así lo harás con más objetividad.
11. Pide opinión a alguien de confianza y a alguien que lea mucho o tenga conocimientos de escritura, ya que te dará consejos de estilo o de argumento (o errores de inconexión de la historia) que tal vez tú hayas pasado por alto.
¿Cómo mejorar mi creatividad e imaginación?
Hay una serie de ejercicios, muy sencillos y que pueden parecerte tontos, pero efectivos:
1. Coge un objeto cotidiano cualquiera y búscale otras utilidades. Puede que al principio estés bloqueado, pero con el tiempo aprenderás a abrir la mente. Prueba varios días seguidos o incluso el mismo día con varias horas de diferencia, usando el mismo objeto de partida, y verás que cada vez se te ocurrirán más cosas y distintas a las anteriores.
2. Haz dos columnas en paralelo de palabras inconexas, y luego une de forma aleatoria la primera columna con la segunda. Tal vez la pareja de palabras te inspire.
3. Escribe frases y luego substituye las palabras por otras aleatorias.
4. Mezcla ideas, objetos, personas y lugares que hayas visto en la calle, o en una película.
5. Los sueños pueden ser fuente de inspiración.
6. Siempre recomiendo llevar consigo una pequeña libreta con bolígrafo, e ir apuntando las cosas que ves u oyes que te llaman la atención. Puede que en el futuro te sirvan para usarlos en tu historia. Repasa la libreta de vez en cuando, mezcla distintas ideas o cámbialas, pero no deseches nada.
7. Tormenta de ideas: ponte a escribir sin pensar, lo primero que se te ocurra aunque no tenga sentido, déjate llevar. Con el tiempo agilizará tu mente.
8. Lee mucho, fíjate en cómo están escritas las frases, cómo se presentan a los personajes. Imagina que reescribes una novela desde otros puntos de vista, o imagina otro final.
En fin, todo requiere tiempo, paciencia y trabajo. Mente abierta, autocrítica y observar lo que te rodea.
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