Se sugiere leer estas entrevistas al maestro Jaime Jaramillo Escobar, en donde habla de su proceso creativo:
“No debe confundirse
redactar con escribir. Aprender a redactar es fácil. La mayoría de las personas
pueden hacerlo. Para eso existen normas, a las que algunos llaman técnica.
Escribir es más difícil y sólo está al alcance de una minoría. Porque, mientras
redactar sólo requiere una gramática y el conocimiento de lo que se desea
expresar, escribir es creación y por lo tanto requiere inventiva, imaginación,
fantasía, originalidad, elocuencia y genialidad en algún grado” (t. 1, p. 40,
88 libro)
“Quien se sienta a
escribir es porque tiene algo qué decir. Mientras no se tenga algo para decir
no hay por qué empezar. El famoso cuento de la hoja en blanco todas las mañanas
a primera hora sólo ha producido literatura babosa y polucionante. El que necesita
una hoja blanca frente a los ojos para empezar a pensar, no es pensador.
Primero piense, y después de que haya pensado, vuelva a pensar sobre lo
escrito. Reflexionar. Ése es el secreto” (t. 1, p. 43 94 libro)
“El estilo sirve hasta
para disimular la falta de ideas. Al comienzo no importa mucho lo que se
escriba, sino cómo se escribe. El escritor, como cualquier otro artista, y al
igual que la Naturaleza, procede por ensayos. No se llega a tener un estilo
antes de haberse formado una personalidad. La edad para tener personalidad
depende de cada quién. Algunos no la adquieren nunca. El escritor sin
personalidad no existe, pues carecería de autoridad, de poder de convicción,
sería débil y amorfo, sin magnetismo y sin atracción. (t. 1, p. 41, 91 libro)
“El buen escritor se
impone, no titubea” (t. 1, p. 203)
“Algunos prosistas se
apartan bruscamente de la poesía. Consiguen una prosa áspera, mecánica, sin
gracia. No hay buena prosa sin el auxilio de la poesía. Es más: la mayor parte
de la peor ‘poesía’ que se ha escrito está en verso” (t. 1, p. 5, 19 libro)
“Un poeta es mejor
mientras más sentidos tenga. Por lo común se tienen cinco y sobran dos. Pero el
poeta no se contenta con cinco. Desarrolla el sexto sentido (de orientación,
debido a la magnetita), así como los otros sentidos: el de observación, el sentido
común, el sin sentido y el sentido de la realidad. También el de la irrealidad,
y el de la poesía, y el del absurdo, y el de percepción extrasensorial, y el
mágico y el de los sueños. Y el de la velocidad tanto como el de la quietud. Es
decir, que está conectado con el Universo como una neurona por muchos puntos de
contacto que le transmiten información de proceso y de intercambio” (t. 1, p.
16, 40 libro)
TOMA DE APUNTES A PARTIR DE LA LECTURA DEL MANUAL
La poesía como canto y expresión auténtica: Jaramillo define
la poesía como un "canto" que surge de la fuerza expresiva, donde todas
las palabras, arbitrariedades y caprichos tienen cabida si transmiten
autenticidad y emoción. La poesía no se limita a formas rígidas, sino que busca
una voz propia que conecte con el lector.
Diferencia entre redactar y escribir: Redactar es un acto
técnico que sigue normas y puede ser aprendido por muchos, mientras que
escribir poesía requiere una sensibilidad especial, reservada para una minoría.
La poesía no se aprende solo con técnica, sino con una percepción profunda y
un trabajo constante.
La importancia de la sensibilidad poética: El poeta debe
cultivar una mirada mística y sensible, no necesariamente religiosa, que
le permita captar el misterio y la belleza del mundo. Esta sensibilidad
es la base de la creación poética y se desarrolla a través de la introspección
y el ocio.
El tiempo como el mejor taller de poesía: Jaramillo enfatiza
que el tiempo, la experiencia y la autocrítica son esenciales
para perfeccionar el oficio poético. La práctica constante y la lectura
rigurosa de los propios textos son fundamentales para mejorar.
La poesía como revelación frente a la censura: El poeta debe
escribir sobre temas prohibidos o restringidos por la sociedad (amor, muerte,
política, infancia) con claridad y contundencia, desafiando las convenciones. La
poesía no oculta, sino que descubre verdades.
La autenticidad sobre la forma: Aunque la métrica y la rima
son herramientas útiles, Jaramillo prioriza el contenido y la voz propia sobre
las estructuras formales. Un poema debe tener algo que decir y generar un
efecto emocional en el lector.
El poeta como un ser diferente: Ser poeta implica una
vocación que surge de un "dolor en las costillas", una sensación de
ser distinto a los demás. Este aislamiento y conexión con la propia
sensibilidad lleva al poeta a crear mundos únicos.
La influencia de la prosa y la publicidad: Jaramillo destaca
que la prosa y la publicidad enseñan al poeta precisión, claridad y la
capacidad de captar la atención del lector. Estas disciplinas ayudan a
estructurar temas y a comunicar con efectividad.
La lectura crítica y autocrítica: Para escribir un buen
poema, es crucial leer los propios textos con ojo crítico, como si fueran de
un adversario. Esto permite pulir el estilo y garantizar que el poema sea
interesante y bien redactado.
El efecto emocional como objetivo: El propósito de la poesía
es transmitir sentimientos que resuenen en el lector, creando una
conexión profunda. El poeta debe buscar un impacto emocional, más allá de
las formas o las reglas establecidas.
Estas ideas reflejan el enfoque práctico, irónico y
profundamente humano de Jaramillo hacia la poesía, basado en su experiencia
como coordinador de talleres y su trayectoria como poeta nadaísta. Aunque el
libro no ofrece un "método" tradicional, su riqueza radica en su
capacidad para inspirar autenticidad y reflexión en el proceso creativo.
Decálogo poético de Jaime Jaramillo Escobar (X-504)
1.La poesía no se enseña, se descubre.
2.El acto poético no obedece a fórmulas académicas. Es una
forma de ver el mundo con intensidad y asombro. No hay reglas absolutas.
3.Escribe con libertad absoluta. No le rindas culto a ninguna norma gramatical, métrica o ideológica. La única autoridad válida es tu voz interior.
4.El poeta no es un decorador del lenguaje.La poesía no es para embellecer lo obvio ni maquillar lo que ya está muerto. El poeta debe inquietar, provocar, incomodar.
5.La poesía está en todas partes. No solo en los temas elevados o “trascendentes”. Un retrete, una conversación callejera o un olor vulgar pueden ser materia poética si el poeta sabe mirar.
6.El poema no se escribe: se pesca.El poeta es como un cazador de imágenes que atrapa lo invisible del mundo. La inspiración llega si estás atento, abierto, despierto.
7.No temas lo incorrecto, lo sucio o lo marginal. La moral
convencional es enemiga de la poesía. Usa cualquier palabra, cualquier imagen,
sin miedo al escándalo.
8.Desconfía del prestigio literario. El poeta auténtico no
busca premios, diplomas ni elogios. La poesía no es una carrera de
reconocimiento, sino de intensidad vital.
9.Haz de la poesía un arte peligroso. El poema debe ser un acto
de resistencia, de insurrección contra lo establecido. La poesía debe desafiar,
incluso arriesgar la vida del poeta.
10. Lee, pero no imites. Conoce a los grandes poetas, pero no los
copies. Inspírate en ellos para descubrir tu propia voz, no para repetir
fórmulas ajenas.
RECOMENDACIONES DEL MAESTRO:
La poesía es acción, no ornamento. No sirve de nada escribir
versos bonitos si no transforman tu percepción o la de quien los lee. Un poema
debe ser una explosión.
La poesía es canto y expresión auténtica: La poesía no es
solo escritura, sino un acto de fuerza expresiva que surge de una mirada
poética única, capaz de transformar cualquier palabra o capricho en materia
poética.
El tiempo es el mejor taller: La práctica poética se
perfecciona con el tiempo, a través de la lectura crítica y autocrítica
rigurosa, como si el poema fuera escrito por el peor enemigo.
Escribir no es solo redactar: Redactar sigue normas técnicas
accesibles a muchos, pero escribir poesía requiere una voz propia, sensibilidad
y un dolor íntimo que distingue al poeta.
La autenticidad es clave: El poeta debe decir algo propio,
con una voz que, aunque nutrida por otros, resuene como única y genuina.
Evitar las prohibiciones rígidas: Aunque Jaramillo enumera
restricciones (no escribir sobre amor, muerte o política), estas son irónicas;
el poeta debe explorar libremente, desafiando las censuras sociales.
La poesía exige sacrificio: Ser poeta implica un camino de
soledad, ocio y sensibilidad, donde el poeta se aparta de la masa para crear
mundos de fantasía.
Aprender de la prosa y la publicidad: La precisión, claridad
y capacidad de enganchar al lector, propias de la publicidad, y la estructura
de la prosa enriquecen la poesía.
El poema debe impactar al lector: Un poema debe ser
interesante, bien redactado y capaz de conectar con el lector, llevándolo a un
"lugar encantado".
La libertad es esencial: El poeta debe resistir los poderes
que limitan la libertad de expresión, ya que el pensamiento libre es enemigo de
las estructuras dominantes.
La ironía como herramienta: Con un tono lúcido e irónico, el
poeta no debe tomarse demasiado en serio, reconociendo que “no está en pleno
uso de sus facultades normales”.
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