DECÁLOGO PERSONAL de Orlando Mejía Rivera
NOTA: El médico colombiano Orlando Mejía Rivera es un destacado escritor de novelas, cuentos y ensayos. Aquí se recopila un decálogo y frases suyas que resumen su forma de entender la creación literaria. Muy recomendado.
En la presentación de la novela en Bogotá, en la Feria internacional del libro del año 2008, leí un decálogo personal de lo que para mí es esta novela y también las otras que he escrito, que te comparto aquí y que no he publicado todavía.
En la presentación de la novela en Bogotá, en la Feria internacional del libro del año 2008, leí un decálogo personal de lo que para mí es esta novela y también las otras que he escrito, que te comparto aquí y que no he publicado todavía.
1- Las voces narrativas de las novelas se benefician
de la edad y la experiencia del autor. Creo que el mejor estado para madurar
como novelista es aquel donde uno comienza a ser un paseante cuidadoso y lento
que va por el andén del mundo de la vida, con ánimo de comprender a los otros
para poder comprenderse a sí mismo.
2- Como los gatos o como los koanes de la filosofía Zen, las novelas logran cuajar cuando no se intenta atraparlas por la cola o por el pescuezo.
3- Cada nueva novela es un camino desconocido, y todas las técnicas aprendidas deben ser vueltas a olvidar, porque ningún escritor se baña por segunda vez en el mismo río de tinta.
4- El tiempo de la escritura no es el tiempo de Cronos, sino el de Kairos. Por eso nada significan las frases: "la escribí rápido" o "la escribí con lentitud".
5- Intento que mis novelas sean el lecho donde la imaginación haga un Ménage à trois con la narrativa y la medicina.
6- Todo es novelable, porque todo está vivo. Si sabemos escuchar y mirar, una piedra es también el corazón agitado de un águila.
7- Un solo lector te salva. Mil críticos no te matan.
8- Las novelas son un fin en sí mismas. Como medios de otros propósitos o formatos se hacen indignas y se envilecen.
9- Escribir novelas es el arte de resistir, persistir, insistir y tener los ojos abiertos. La novela es el único género literario que es capaz de atrapar fragmentos móviles de la vida entre los cristales opacos de la escritura.
10- Mis novelas son los papeles escritos por un náufrago que arrojó las botellas al mar y espera que alguien los recoja en las remotas playas del reino de los muertos o, tal vez, del lejano reino de los vivos. ¿Acaso estamos seguros de las coordenadas simbólicas de nuestra morada? ¿Serán las novelas los puentes que unen a los dos mundos?
Otras frases
“Nunca creí en la actividad literaria entendida como
una especie de acto espontáneo nacido de la "inspiración". Como decía
Hemingway, recordando a su maestro Faulkner: la inspiración representa el 10%
de la escritura y el 90% es "transpiración". Es decir, arduo y
concienzudo trabajo intelectual. Me molesta esa tendencia en escritores de mi
generación y, en especial, en las nuevas generaciones, que no solo leen poco,
sino que se ufanan de su ignorancia ante la cultura literaria. Algunos se
atreven, incluso, a decir que no leen para no ser influidos por otros en la
elaboración de su propia obra. Quien piensa así no tienen ni idea de la
historia de la literatura universal.”
“Un escritor es, primero que todo, un buen lector. De
hecho, escribir es leer de otra manera y organizar de nuevo los materiales de
las pocas metáforas literarias que han existido siempre. Recuerdo con
frecuencia a Borges cuando refiere que la literatura son cuatro o cinco
metáforas que se han contado, de infinitas maneras, desde los comienzos de la
especie humana. Por ello, hay que conocer muy bien las formas como otros han
descrito las temáticas inagotables: la muerte, el amor, la traición, la
desesperanza, la ensoñación, etcétera. En relación con la "frivolidad y lo
provincial", pienso que se confunde a la "levedad" (que es una
categoría estética fundamental en la escritura que se opone a la
"pesadez" como lo analizó de manera brillante Italo Calvino) con lo "chabacano".
“
“Lo "provinciano" no es un asunto
geográfico, sino mental. Los escritores más "provincianos" de
Colombia los he conocido en Bogotá, pues algunos de ellos todavía creen en la
arcaica división de "centros" y "periferias". Con la
globalización del conocimiento virtual, ya no existen esas barreras
decimonónicas, que estaban sustentadas en que la información y los
conocimientos llegaban en diferentes tiempos a las ciudades y a las aldeas. Hoy
tu puedes vivir en un pueblito con carreteras destapadas y conseguir por Amazon
la última novela de Coetzee un año antes de que la traduzcan al español y solo
dos o tres años después un escritor bogotano la encontrará en una librería del
Andino. ¿Entonces, de cuál periferia y de qué provincialismo estamos hablando?”
“Las "minificciones" son un género literario
autónomo, que requiere un proceso especial de escritura, como un tipo
particular de lector. A mí me han fascinado siempre como lector y también como
escritor de ellas.”
“Como ya te mencioné, la medicina está presente en
todo lo que escribo, incluyendo el ensayo, la novela, las minificciones, y los
cuentos. De igual manera, lo literario está mezclado también con mis libros de
historia de la medicina o de divulgación científica. En mi caso, cada línea que
he escrito, de cualquier género, la he hecho en mi condición indivisible de
"especialista en universales". Quisiera llegar a ser, como una meta
utópica, un auténtico enciclopedista de la imaginación. Sin embargo, soy
consciente de la sonrisa irónica de la muerte, que nos acecha al lado de
nuestras ensoñaciones. Günter Grass, a los 72 años, en el discurso de la
entrega de su Nobel, en 1999, dijo en un texto que tituló
"Continuará..." que: "Un escritor es alguien que escribe contra
el tiempo que pasa". Eso somos todos los escritores, ni más ni menos, e
independiente de si somos exitosos y reconocidos, o fracasados y desconocidos.
Los escritores somos los hijos rebeldes que el Dios Cronos no alcanzó a
devorar.”
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