20 preguntas a Luis Miguel Rivas
Por 25 secretos literarios
Tomado de:
1. ¿Escribir sobre lo público o lo
privado?
Escribir
sobre todo lo que le nazca escribir al que escribe. La literatura nace de lo
subjetivo, de lo privado, de la visión personal de las cosas. Narrar asuntos
públicos o privados o íntimos (cada quien de acuerdo al estilo, al gusto o a la
necesidad), después de haberlos pasado por el filtro de la mirada personal.
2. ¿Escribir de día o de noche?
Cuando
escribo estoy en la hora del día en que transcurre lo que estoy escribiendo. Si
el personaje está esperando a una chica en la esquina de una gran ciudad a las
dos de la mañana, mi habitación es una gran ciudad y son las dos de la mañana.
Escribir a la hora en que se tengan ganas de hacerlo. A mí me gusta escribir
mis cosas íntimas en la mañana y las crónicas y cuentos en la tarde, pero pocas
veces escribo con las condiciones ideales de tiempo y espacio.
3. ¿Cuál es la obra literaria más
sobrevalorada?
No me siento
con autoridad para hacer juicios de ese tipo. Solo sé que hay obras de culto
que a mí no me han parecido tan tan tan, como Los detectives salvajes, de
Roberto Bolaño. Sé que el problema puede ser mío y no de la obra, igual son
solo juicios que a la hora de la verdad no tienen importancia.
4. ¿Y la injustificadamente olvidada?
No la
recuerdo, sinceramente.
5. ¿La obra maestra que nunca ha
leído y quizá ha dicho que sí?
He empezado
dos veces La montaña mágica de Thomas Mann y en ambas ocasiones he llegado
hasta la mitad. Lo curioso es que no me ha aburrido sino que pasan cosas en mi
vida y tengo que alejarme intempestivamente de ese mamotreto que exige
dedicación casi completa.
6. ¿Cuál es el secreto literario
mejor guardado?
No es un
libro. Tal vez es solo una palabra que cuando uno la escriba ya quede tranquilo
para toda la vida. Alguien la debe conocer y no la dice porque se acabaría el
negocio editorial.
7. ¿Hace daño el culto al escritor?
A mí
personalmente me han hecho más daño los escritores cultos.
8. ¿Cómo reaccionaría si descubriera
miles de copias piratas de sus libros en el mercado negro?
Me alegraría
mucho de que mis libros se hubieran popularizado de tal manera y estuvieran
llegando a públicos que, de otra manera, no tendrían acceso a ellos. Le
propondría a la editorial buscar estrategias para publicar libros a precios
asequibles para la gente y propondría ese intento en el que yo también estaría
dispuesto a perder si la estrategia no da resultado.
9. ¿El Estado debe pagar para que los
escritores escriban?
Una función
fundamental del Estado debe ser la formación de ciudadanos conscientes. No se
trata de pagar para que los escritores escriban, sino de generar condiciones
para que tanto ellos como las personas dedicadas a los oficios artísticos
desarrollen adecuadamente una labor esencial para las sociedades.
10. ¿La “escritura creativa” puede
aprenderse en un taller?
La técnica
se puede aprender en un taller, también las estrategias para que cada persona
corra los velos que ocultan sus posibilidades expresivas. Pero el universo
individual, la comunicación con el propio inconsciente, el acceso directo a las
fuentes de la creatividad, son un asunto íntimo para el que no hay reglas ni
normas. A ese espacio se entra abriendo la vereda. Los talleres son la
carretera pavimentada que acaba donde empieza la vereda.
11. ¿Qué es un best-seller?
Es un libro
que se vende mucho, se lee poco y del cual pronto veremos la película.
12. ¿Qué hábito envidia de otro
escritor?
El hábito
que tenía Ernest Hemingway de ir todos los días al bar Floridita a tomar mojito
hasta que se le parara el ombligo, cuando un mojito en el Floridita no valía
las millonadas que vale hoy solo porque Hemingway se los tomaba allí.
13. ¿Qué eslogan propondría para una
campaña nacional de lectura?
“Leer
enloquece. Y no leer emboba”.
“El que lee
por obligación se aburre sin necesidad”.
14. ¿Si fuera libro cuál sería?
Bartleby el
escribiente, de Herman Melville. Aunque preferiría no serlo.
15. ¿Cuál fue el primer libro que
robó o debió haber robado?
Nunca he
robado libros, por pura cobardía. No sé si olvidarse de devolver un libro hasta que deja de existir el dueño valga como
robo. De una circunstancia de ese tipo conservo el Asno de oro de Lucio
Apuleyo.
16. ¿Raya los libros?
Rayo algunos
libros que son muy personales y a los que siempre vuelvo, pero rayo muy poco y
muy pocos. Sin embargo, me producen tierna simpatía las personas que escriben
al margen de las hojas de los libros: “¡Igual a cómo pienso yo!”, y cosas por el estilo.
17. ¿Con qué cliché literario se (le)
identifica?
En este
momento con el cliché del escritor que contesta preguntas para una revista, con
tono espontáneo y actitud desparpajada. Nada más cliché que el escritor
espontáneo. Yo siempre preparo muy bien mi espontaneidad.
18. Si estuviera en su poder ser obedecido
como gobernante, ¿qué regla le impondría a los ciudadanos?
Que no
obedecieran en absoluto. Sería inflexible en hacer cumplir esa ley: –¡Cuántas
veces les he dicho que no me obedezcan!
19. ¿Qué muerte célebre, de algún
personaje real o de ficción, le gustaría tener?
A menudo, en
los momentos más inesperados, me cae de sopetón la sospecha de que soy
inmortal. Debo cotejar esa intuición antes de pensar en la respuesta que me
piden.
20. Si este es su último aliento,
¿cuáles son sus últimas palabras?
“No se
vayan, ya regresamos”.
.....
Luis Miguel
Rivas (Colombia, 1969)
Estudió
comunicación social y periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Guionista de publicidad y director de productos televisivos. Colabora para las
revistas colombianas El Malpensante y Soho, el diario Universo Centro, de
Medellín, y escribe en el blog Tareas no hechas del periódico El Espectador.
Libros
publicados: Los amigos míos se viven muriendo (Fondo Editorial Eafit, 2007),
Hoy no quiero metáforas (Fondo editorial Otraparte, en proceso de edición).
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