El rechazo no es un final, sino un nuevo principio: un decálogo con algunos de los rechazos más célebres de la historia de la literatura.
Tomado
del libro de Nerea Riesco “COACHING PARA ESCRIBIR UN BESTSELLER” pags
156-157 ALBA editorial, 2019
Quizá hasta ahora te habías mantenido en
zona segura, cómodo y calentito, ideando mundos y personajes que mostrabas a
gente de confianza, recibiendo de ellos muestras de que lo que escribes es
maravilloso. Pero llegó el momento de salir a respirar un poco de realidad.
Para ello has de mentalizarte: el que no arriesga no gana y el único que puede
recibir un sí por respuesta es el que se expone.
Fundamental es tener claro que el libro de
los gustos está en blanco; afortunadamente. El mundo sería muy aburrido si a
todos nos cautivase lo mismo. Valorar una creación literaria no es tan sencillo
como certificar quién atraviesa antes la meta en una carrera de sacos. Los
profesionales del mundo editorial, a los que vas a exponer tu obra, tendrán sus
propios gustos, se verán influenciados por las corrientes de moda del momento,
harán valoraciones comerciales… incluso puede que lean tu obra en un mal día y
que simplemente recorriendo con sus ojos un par de párrafos decidan que no les
interesa. Así que no permitas que recibir una carta de rechazo por parte de un
agente o una editorial te empuje a pensar que tu obra es mala. Y, por si no me
crees, por si piensas que te digo esto simplemente para animarte, he
confeccionado un decálogo con algunos de los rechazos más célebres de la
historia de la literatura. Los he colocado en orden alfabético, para que uno no
destaque sobre otro.
Agatha Christie, la reina del
misterio. Seguramente muchos hemos disfrutado de sus novelas y las hemos
analizado para aprender a dosificar la información y mantener el vilo a los
lectores. Pues bien, la realidad es que estuvo más de cuatro años enviando sus
escritos a diversas editoriales sin conseguir que nadie se interesase por su
primera novela. En la actualidad es una de las escritoras más leída de la
historia, generando ventas de más de dos mil millones de dólares.
Dan Brown. Amado y odiado a la vez, no era un
novato cuando intentó encontrar editor para uno de los libros más vendidos de
la historia: El código Da Vinci, de hecho, tenía tres novelas publicadas ya:
Fortaleza digital, Ángeles y demonios y La conspiración. Sin embargo, tuvo que
enfrentarse a la lectura de una carta de rechazo que rezaba así: «Lo sentimos,
pero este libro está mal escrito». Pese a ello, ha vendido más de ochenta
millones de copias.
Franz Kafka, publicó pocas cosas
en vida, apenas unos relatos cortos. Nadie se interesó por su obra y, quizá por
eso, le pidió a su amigo y albacea Max Brod que destruyera todos sus
manuscritos tras su muerte. Por fortuna para sus muchos lectores, Brod no le
hizo ni caso, lo cual nos permite disfrutar de ellos en la actualidad.
Gabriel García Márquez. Es de sobra conocida la anécdota
del rechazo de Cien años de soledad por parte del visionario editor Carlos
Barral, aunque, como bien explica el propio Barral en una carta a Goytisolo
publicada en 1979 en el diario El País, el editor nunca llegó a leer la obra de
Gabo. Al parecer lo que sucedió fue que el nobel colombiano le envió un
telegrama proponiéndole su lectura, pero estaba de vacaciones y no le contestó
a tiempo.31
George Orwell. Su caso también resulta jocoso. Al
parecer envió el manuscrito de Rebelión en la granja a la prestigiosa editorial
Faber & Faber. Pasado un tiempo, recibió una carta del director, T. S.
Eliot (ganador del Premio Nobel de Literatura en 1948), indicándole que no
consideraban que estuviese utilizando el punto de vista adecuado para criticar
la situación política del momento, y que no encontraban razonable la
inteligencia que los cerdos demostraban en la novela, así como su capacidad
para dirigir una granja.
J. K. Rowling. Célebre es también su caso. La
primera entrega de su archiconocida saga del niño mago fue rechazada doce veces
antes de que la editorial Bloomsbury se fijara en ella. La saga al completo
lleva más de veinte años batiendo récords de ventas, lo que ha supuesto que la
autora figure, año tras año, en la lista Forbes de los escritores mejor pagados
del mundo. Otra curiosidad, su verdadero nombre es Joanne. La editorial le
sugirió que, en la portada del libro, figurasen sus iniciales para ocultar su
sexo, ya que consideraban que los niños no tendrían interés en leer fantasía
escrita por una mujer.
James Patterson es otro de los habituales en la
lista Forbes de autores mejor pagados del mundo. Sin embargo, su primera obra
fue rechazada por una docena de editoriales.
Jorge Luis Borges. En su caso el
rechazo vino por parte de las editoriales extranjeras, que consideraron su obra
intraducible.
Stephen King. Se cuenta que su novela Carrie fue
rechazada cientos de veces antes de que se decidiera a tirarla a la basura. Fue
su esposa Tabitha quien le animó a que continuara intentándolo. No es de
extrañar que la dedicatoria de la novela diga así: «Para Tabby, que me metió en
esto y luego me ayudó a salir».
Vladímir Nabókov. Su esposa Vera
también fue determinante en este caso a la hora de salvar de la «quema», o el
olvido, el manuscrito de Lolita, tras ser rechazado en siete ocasiones, tal y
como cuenta la Premio Pulitzer Stacy Schiff en la biografía sobre Vera
Nabokov32. Al parecer las editoriales de Estados Unidos e Inglaterra
consideraron la obra una aberración. Una de las notas recomendaba que la novela
fuese enterrada bajo una piedra por mil años. Fue un sello parisino de
literatura erótica el único que se atrevió a publicarla y… el resto es
historia.
Te recomiendo que leas el primer relato de
Bukowksi en el que ahonda en este tema: Secuelas de una larguísima nota de
rechazo.
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