ANTOLOGIA DE DECALOGOS LITERARIOS

"Los Diez Mandamientos, considerados útiles reglas morales para vivir en sociedad, tienen un excelente uso literario. El escritor, al contar sus historias, debería hacer que sus personajes violen constantemente estos mandamientos, en conjunto o por partes. Mientras alguien robe, mate, mienta, fornique, blasfeme o desee a la mujer del prójimo tendremos un conflicto y en consecuencia una historia que contar. Por el contrario, si sus personajes se portan bien, no sucederá nada: todo será aburridísimo."
Fernando Ampuero


Uno de los más interesantes y que recoge más sabiduría, tiene un solo postulado. Se lo leí a Alejandro Quintana y dice:

"Porque en realidad ya se ha contado todo; lo novedoso es contarlo de forma interesante".

Es muy común que los escritores, cuando gozan de cierto reconocimiento, decidan organizar sus ideas en forma de recomendaciones que suelen enumerar en listas, generalmente en forma de decálogos, muy a manera de configurar una suerte de "Tablas de la Ley"o de "Diez Mandamientos" , en los que pontifican,-con razón o sin ella, en concordancia con su prestigio y sabiduría o apenas haciendo gala de una vana pretensión un tanto ególatra- sobre sus verdades decantadas acerca del oficio de escribir.

Unos condensan verdaderas sentencias, otras son apenas esbozos que naufragan en su propia babosería; unos son un compendio de ingenio, otros verdaderos destellos de humor, mientras algunos apenas sí resbalan como peligroso chascarrillo en el reino del lugar común.

De todas maneras, en esta página recopilamos algunos de ellos, como elemento para el análisis y estudio de los interesados en el ejercicio de escribir. Muy recomendado para aprendices y aficionados, para lectores desprevenidos, para alumnos de talleres literarios y para todos los que se deleitan del bello arte de la Literatura.

Al final citamos los más ingeniosos, clásicos, reconocidos o polémicos.

Lo que comenzó como un divertimento, pasó a ser una disciplina que permite enriquecer la teoría de la creación literaria, en la voz de los maestros. La idea original parte de la página www.emiliorestrepo.blogspot.com
Comentarios y aportes, favor remitirlos a emiliorestrepo@gmail.com

domingo, 27 de mayo de 2018

DECÁLOGO PERSONAL de Orlando Mejía Rivera


DECÁLOGO PERSONAL de Orlando Mejía Rivera

NOTA: El médico colombiano Orlando Mejía Rivera es un destacado escritor de novelas, cuentos y ensayos. Aquí se recopila un decálogo y frases suyas que resumen su forma de entender la creación literaria. Muy recomendado.

En la presentación de la novela en Bogotá, en la Feria internacional del libro del año 2008, leí un decálogo personal de lo que para mí es esta novela y también las otras que he escrito, que te comparto aquí y que no he publicado todavía.

1- Las voces narrativas de las novelas se benefician de la edad y la experiencia del autor. Creo que el mejor estado para madurar como novelista es aquel donde uno comienza a ser un paseante cuidadoso y lento que va por el andén del mundo de la vida, con ánimo de comprender a los otros para poder comprenderse a sí mismo.

2- Como los gatos o como los koanes de la filosofía Zen, las novelas logran cuajar cuando no se intenta atraparlas por la cola o por el pescuezo.

3- Cada nueva novela es un camino desconocido, y todas las técnicas aprendidas deben ser vueltas a olvidar, porque ningún escritor se baña por segunda vez en el mismo río de tinta.

4- El tiempo de la escritura no es el tiempo de Cronos, sino el de Kairos. Por eso nada significan las frases: "la escribí rápido" o "la escribí con lentitud".

5- Intento que mis novelas sean el lecho donde la imaginación haga un Ménage à trois con la narrativa y la medicina.

6- Todo es novelable, porque todo está vivo. Si sabemos escuchar y mirar, una piedra es también el corazón agitado de un águila.

7- Un solo lector te salva. Mil críticos no te matan.

8- Las novelas son un fin en sí mismas. Como medios de otros propósitos o formatos se hacen indignas y se envilecen.

9- Escribir novelas es el arte de resistir, persistir, insistir y tener los ojos abiertos. La novela es el único género literario que es capaz de atrapar fragmentos móviles de la vida entre los cristales opacos de la escritura.

10- Mis novelas son los papeles escritos por un náufrago que arrojó las botellas al mar y espera que alguien los recoja en las remotas playas del reino de los muertos o, tal vez, del lejano reino de los vivos. ¿Acaso estamos seguros de las coordenadas simbólicas de nuestra morada? ¿Serán las novelas los puentes que unen a los dos mundos?

Otras frases



“Nunca creí en la actividad literaria entendida como una especie de acto espontáneo nacido de la "inspiración". Como decía Hemingway, recordando a su maestro Faulkner: la inspiración representa el 10% de la escritura y el 90% es "transpiración". Es decir, arduo y concienzudo trabajo intelectual. Me molesta esa tendencia en escritores de mi generación y, en especial, en las nuevas generaciones, que no solo leen poco, sino que se ufanan de su ignorancia ante la cultura literaria. Algunos se atreven, incluso, a decir que no leen para no ser influidos por otros en la elaboración de su propia obra. Quien piensa así no tienen ni idea de la historia de la literatura universal.”

“Un escritor es, primero que todo, un buen lector. De hecho, escribir es leer de otra manera y organizar de nuevo los materiales de las pocas metáforas literarias que han existido siempre. Recuerdo con frecuencia a Borges cuando refiere que la literatura son cuatro o cinco metáforas que se han contado, de infinitas maneras, desde los comienzos de la especie humana. Por ello, hay que conocer muy bien las formas como otros han descrito las temáticas inagotables: la muerte, el amor, la traición, la desesperanza, la ensoñación, etcétera. En relación con la "frivolidad y lo provincial", pienso que se confunde a la "levedad" (que es una categoría estética fundamental en la escritura que se opone a la "pesadez" como lo analizó de manera brillante Italo Calvino) con lo "chabacano". “

“Lo "provinciano" no es un asunto geográfico, sino mental. Los escritores más "provincianos" de Colombia los he conocido en Bogotá, pues algunos de ellos todavía creen en la arcaica división de "centros" y "periferias". Con la globalización del conocimiento virtual, ya no existen esas barreras decimonónicas, que estaban sustentadas en que la información y los conocimientos llegaban en diferentes tiempos a las ciudades y a las aldeas. Hoy tu puedes vivir en un pueblito con carreteras destapadas y conseguir por Amazon la última novela de Coetzee un año antes de que la traduzcan al español y solo dos o tres años después un escritor bogotano la encontrará en una librería del Andino. ¿Entonces, de cuál periferia y de qué provincialismo estamos hablando?”

“Las "minificciones" son un género literario autónomo, que requiere un proceso especial de escritura, como un tipo particular de lector. A mí me han fascinado siempre como lector y también como escritor de ellas.”

“Como ya te mencioné, la medicina está presente en todo lo que escribo, incluyendo el ensayo, la novela, las minificciones, y los cuentos. De igual manera, lo literario está mezclado también con mis libros de historia de la medicina o de divulgación científica. En mi caso, cada línea que he escrito, de cualquier género, la he hecho en mi condición indivisible de "especialista en universales". Quisiera llegar a ser, como una meta utópica, un auténtico enciclopedista de la imaginación. Sin embargo, soy consciente de la sonrisa irónica de la muerte, que nos acecha al lado de nuestras ensoñaciones. Günter Grass, a los 72 años, en el discurso de la entrega de su Nobel, en 1999, dijo en un texto que tituló "Continuará..." que: "Un escritor es alguien que escribe contra el tiempo que pasa". Eso somos todos los escritores, ni más ni menos, e independiente de si somos exitosos y reconocidos, o fracasados y desconocidos. Los escritores somos los hijos rebeldes que el Dios Cronos no alcanzó a devorar.”



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