EL DECÁLOGO LITERARIO DE ETGAR KERET,
EN SUS PROPIAS PALABRAS
Por: LINDA
LASKY Tomado de: https://www.enlacejudio.com/2017/05/11/el-decalogo-literario-de-etgar-keret-en-sus-propias-palabras/
Enlace Judío
México – El pasado martes 2 de mayo de 2017 en el auditorio de la librería
Gandi de Miguel Ángel de Quevedo, se presentó el libro titulado “Tuberías” del
escritor israelí Etkar Keret.
El escritor
Etkar Keret nació en Israel en 1967, en la ciudad de Ramat Gan. Entre su obra
se encuentran colecciones de cuentos cortos, guiones para televisión y cine;
además, está considerado como uno de los máximos exponentes de la narrativa
moderna israelí por su amplio empleo del lenguaje coloquial con el que teje historias
donde la vida cotidiana, el humor negro y el surrealismo conviven con lo
grotesco e incluso lo pueril.
Como
escritor goza de inmensa popularidad, especialmente entre el público
adolescente, ávido lector de sus obras.
Para Keret
la literatura es una herramienta más para comprender al mundo. Durante la
concurrida presentación de su libro, el prolífico escritor ennumeró un
“décalogo” para todo aquel que quiera navegar en el mar de las letras.
1. Asegúrate de que te lo estás
pasando bien
A los
escritores les encanta presumir de lo duro que es el proceso creativo. Están
mintiendo. No quieren admitir que se ganan la vida pasándolo bien. Escribir es
una manera de vivir otra vida. Muchas vidas. Las de incontables personas que
nunca serás pero que son completamente tú. Cada vez que te sientes y te
enfrentes a una página en blanco, da las gracias. Es divertido. Elegante.
Chulo. Y no dejes que nadie te diga lo contrario.
2. Ama a tus personajes
Para que un
personaje sea real, tiene que existir al menos una persona en este mundo que
sea capaz de entenderlo, les guste o no lo que haga y diga el personaje. Eres
el padre y la madre de los personajes que creas. Si tú no los quieres, nadie lo
hará.
3. No le debas nada a nadie
En la vida
real, si no te comportas puedes acabar en la cárcel o en un psiquiátrico, pero
en la literatura, todo vale. Si hay un personaje en tu historia que te atrae,
bésalo. Si hay una alfombra que odias, métele fuego. Cuando se trata de
escribir, puedes destruir planetas enteros y erradicar civilizaciones a golpe
de teclado. Aún así tu vecina mayor no te va a retirar el saludo.
4. Empieza siempre desde la mitad
El principio
es como el borde chamuscado que se ha
quedado en el molde de una tarta. Quizá lo necesitas pero no es realmente
comestible.
5. Intenta no saber el final
La
curiosidad es una fuerza poderosa. No te dejes arrastrar por ella. Cuando vayas
a escribir un relato o un capítulo, toma el control de la situación y de las
motivaciones de los personajes, pero déjate sorprender siempre por los giros de
la trama.
6. No hagas algo porque «siempre ha
sido así»
Párrafos,
comillas, personajes que siempre estarán incluso cuando pases de página. Todo
eso son convenciones que están a tu servicio. Si no te sirven, olvídate de eso.
El hecho de que cada libro tenga unas reglas no quiere decir que tengan que
servir para tu libro.
7. Escribe con tu estilo
Si intentas
escribir como Nabokov, siempre habrá por lo menos una persona —cuyo nombre es
Vladimir y apellido es Nabokov— que lo hará mejor que tú. Pero cuándo se trata
de escribir como tú sabes, siempre serás el campeón del mundo.
8. Asegúrate de que estás solo en la
habitación cuando escribes
Aunque
escribir en cafeterías suene romántico, tener a gente a tu alrededor te
distraerá, aunque no te des cuenta. Cuando no hay nadie a tu alrededor, puedes
hablar contigo mismo y tocarte la nariz. Y meterse el dedo en la nariz es una
misión menos natural cuando hay gente mirando.
9. Deja que te animen las personas a
las que le gusta lo que escribes
E intenta
ignorar a los demás. Simplemente, cualquier cosa que escribas no es para ellos.
No importa. Hay un montón de escritores en el mundo. Si buscan lo suficiente,
encontrarán a uno que cumpla con sus
expectativas.
10. Oye a todos pero no escuches a
nadie (excepto a mí)
Escribir es
uno de los territorios más privados del mundo. De la misma forma que nadie
puede enseñarte a hacer café, tampoco nadie te puede enseñar a escribir. Si
alguien te da un consejo que suene bien y funcione mejor, úsalo. Si te dan un
consejo que suene bien pero que no funciona, no pierdas ni un segundo. A lo
mejor le sirve a otro.
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