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Varios autores nos relatan acerca de cómo nacen sus historias
Tomado
de:
1 García Márquez explica así cuál fue el punto de partida de algunos de sus relatos cortos:
Una imagen visual. En otros escritores, creo, un libro nace de una idea, de un concepto. Yo siempre parto de una imagen. La siesta del martes, que considero mi mejor cuento, surgió de la visión de una mujer y una niña vestidas de negro y con un paraguas negro, caminando bajo un sol ardiente en un pueblo desierto. La hojarasca es un viejo que lleva a su nieto a un entierro. El punto de partida de El coronel no tiene quién le escriba es la imagen de un hombre esperando una lancha en el mercado de Barranquilla. La esperaba con una especie de silenciosa zozobra. Años después yo me encontré en Paris esperando una carta, quizás un giro, con la misma angustia, y me identifiqué con el recuerdo de aquel hombre.
2 Basándose
en un recuerdo de su infancia, Toni Morrison elaboró The
Bluest Eye.
Comencé a escribir ese libro como un cuento corto basado en una conversación que tuve con una amiga cuando era pequeña. Hablábamos sobre la existencia de Dios; ella decía que no existía y yo decía que si. Ella me explicó por qué no: había rezado cada noche durante dos años para tener ojos azules y no los tuvo, así que Él no existía. Recuerdo que la miré, la imaginé con ojos azules y pensé que seria espantoso que respondieran a esa plegaria. Ella me parecía hermosa. Comencé a escribir sobre la niña que quería los ojos azules y el horror de que se cumpliera ese deseo; también sobre toda la cuestión de la belleza física, y el dolor de ese anhelo de ser otra persona, que pese a ser devastador, formaba parte de todas las mujeres que eran periféricas en las vidas de otros.
Comencé a escribir ese libro como un cuento corto basado en una conversación que tuve con una amiga cuando era pequeña. Hablábamos sobre la existencia de Dios; ella decía que no existía y yo decía que si. Ella me explicó por qué no: había rezado cada noche durante dos años para tener ojos azules y no los tuvo, así que Él no existía. Recuerdo que la miré, la imaginé con ojos azules y pensé que seria espantoso que respondieran a esa plegaria. Ella me parecía hermosa. Comencé a escribir sobre la niña que quería los ojos azules y el horror de que se cumpliera ese deseo; también sobre toda la cuestión de la belleza física, y el dolor de ese anhelo de ser otra persona, que pese a ser devastador, formaba parte de todas las mujeres que eran periféricas en las vidas de otros.
3 La
casa de los espíritus,
de Isabel Allende, también fue escrita para salvar del olvido una
parte de su pasado:
En
enero de 1981 desperté una mañana con una idea extravagante. Pensé
que si ponía por escrito lo que deseaba rescatar del olvido, podría
reconstruir el mundo perdido, resucitar a los muertos, reunir a los
dispersos, aprisionar para siempre los recuerdos y hacerlos míos. Ya
nadie me los podría quitar. Compré papel y me senté a contar una
historia. cuando coloqué la primera hoja en la máquina, no
sabia cómo realizar la tarea, pero sabia lo que debía
escribir.(...) Deseaba hablar del sufrimiento de mi pueblo y de otros
pueblos de ese atormentado continente, para que la verdad tocara el
corazón de mis lectores.
4 A
veces, una idea se desarrolla partiendo de una sola palabra, este es
el caso de El
Zahir,
inolvidable relato de Jorge Luis Borges:
El
Zahir versa sobre...una inolvidable moneda de veinte céntimos )...)
Escribí aquello partiendo de la palabra "inolvidable",
simplemente, porque leí en alguna parte: "Deberías oír cantar
a fulano de tal, es algo inolvidable". Y entonces pensé, ¿qué
ocurriría si existiese algo realmente inolvidable? (...) Y me dije:
muy bien, supongamos que haya algo inolvidable de verdad, algo que no
se pueda olvidar ni tan siquiera una décima de segundo. Y así, a
continuación me inventé la historia. Pero salió por entero de la
palabra "inolvidable".
5 Otras
veces la historia nace del desarrollo de una frase; después de leer
un ensayo de Flannery O'Connor, donde se hablaba de la escritura como
descubrimiento, Raymond Carver decidió adoptar ese sistema: escribir
un relato partiendo de una frase. así cuenta su primera experiencia:
(...)
Al fin tomé asiento y me puse a escribir una historia muy bonita, de
la que su primera frase me dio la pauta a seguir. durante días y más
días pensé mucho en esa frase: "Él pasaba la aspiradora
cuando sonó el teléfono". Sabía que la historia estaba allí,
que de esas palabras brotaba su esencia. Sentí hasta los huesos que
a partir de ese comienzo podría crecer, hacerse cuento, si le
dedicaba el tiempo necesario. Después de la primera frase, de esa
primera frase escrita de buena mañana, brotaron otra s frases para
para complementarla. Puedo decir que hice el relato como si
escribiese un poema: una línea; y otra debajo; y otra más.
Maravillosamente pronto vi la historia y supe que era mía, la única
por la que había esperado ponerme a escribir.
6 En
muchas ocasiones, las historias llegan por casualidad, como si
llamasen a una puerta equivocada. Es un asunto ajeno al escritor lo
que provoca el germen de la historia. Para Paul Aster el tema del
azar es una de las constantes de su obra, precisamente porque el azar
ha sido uno de los motores más importantes de su vida. El azar fue
lo que le dio la idea para su novela La
ciudad de cristal:
Un
año después de la ruptura de mi primer matrimonio, me mudé a un
apartamento en Brooklyn. Fue a comienzos de 1980 y yo estaba
trabajando en El
libro de la memoria (...)
Un día, un par de meses después de mudarme, sonó el teléfono y
del otro lado de la línea alguien me preguntó si hablaba con la
agencia Pinkerton. Le dije que no, que se había equivocado y colgué
el auricular. Seguramente habría olvidado ese incidente, de no ser
porque al día siguiente llamó otra persona y me hizo la misma
pregunta: "¿Hablo con la agencia Pinkerton?" Otra vez dije
que no, le expliqué que se había equivocado de número y colgué.
Pero un instante después comencé a preguntarme qué habría
ocurrido si hubiera dicho que sí ¡Habría podido hacerme pasar por
agente de la Pinkerton? Y en caso afirmativo, ¿hasta donde habría
podido llevar el engaño?
La idea del libro surgió de esas llamadas telefónicas, pero pasó más de un año hasta que empecé a escribirlo.
La idea del libro surgió de esas llamadas telefónicas, pero pasó más de un año hasta que empecé a escribirlo.
7 ¿Cuál
fue el origen de Lolita?, le preguntó un periodista a Vladimir
Nabokov, y ésta fue la respuesta:
Nació
hace mucho tiempo, debe haber sido en 1939, en París; el primer
latido de Lolita m atravesó en 1939 o quizá a principios de 1940,
en momentos en que me hallaba postrado por un feroz ataque de
neuralgia intercostal, que es una enfermedad muy dolorosa...algo así
como una punzada fabulosa del costado de Adán.
Según recuerdo, el primer estremecimiento de inspiración en cierto modo lo provocó de manera un tanto misteriosa un relato de un periódico, creo que del Paris-Soir, acerca de un mono del zoológico de París, al cual, después de diez meses de haber sido adiestrado con halagos por los científicos, produjo el primer dibujo al carbón trazado por un animal, y ese esbozo, reproducido por el periódico, mostraba los barrotes de la jaula de la pobre criatura.
Según recuerdo, el primer estremecimiento de inspiración en cierto modo lo provocó de manera un tanto misteriosa un relato de un periódico, creo que del Paris-Soir, acerca de un mono del zoológico de París, al cual, después de diez meses de haber sido adiestrado con halagos por los científicos, produjo el primer dibujo al carbón trazado por un animal, y ese esbozo, reproducido por el periódico, mostraba los barrotes de la jaula de la pobre criatura.
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