LECCIONES DE TALLER LITERARIO Compendio de Orlando Ramírez
Casas (ORCASAS)
El escritor y blogero Orlando Ramírez Casas(ORCASAS) ha sido
un acucioso observador de la realidad y
de la cultura popular. Dentro de sus muchas inquietudes está la escritura y en
la búsqueda de la apropiación de técnicas literarias anduvo por varios talleres
literarios de la ciudad, extrayendo lo mejor de ellos.
De su discurso, extraemos algunas frases de su experiencia
como tallerista:
"Pecar es transgredir alguna norma, y en este párrafo ya he
usado dos lugares comunes o clichés de los que los talleres literarios prohíben
terminantemente a sus talleristas. Se reconocen porque están entre comillas y
con letra cursiva, dos cosas que prohíben juntar a los escritores del idioma
los académicos de la lengua."
"... pero cada día admiro
más la vocación del maestro de taller porque considero difícil, supremamente difícil y
desgastante, la tarea de leer continuamente textos de aprendices y hacerles
crítica y señalarles sus errores."
"La lectura y la escritura tienen niveles. Aprender a leer y
escribir está en el primer nivel que lo saca a uno de la categoría de
analfabeta. Luego viene lo de aprender a redactar, que se requiere para
escribir cartas, memorandos, informes, y cosas de estudio o de trabajo. Sin
importar los logros dentro de su profesión como decir másteres, doctorados, y
especializaciones, a este nivel llega la mayoría de las personas en el
transcurso de su vida. Hay un nivel que requiere escribir bien, y muy bien, que
es el de los periodistas y reporteros. La palabra es una herramienta de su
oficio. Pero hay un nivel que podemos identificar con el rótulo de “escritura
literaria”. Va más allá de la simple redacción."
"El primer requisito es que a uno le guste la tarea, que le
nazca. Es un talento que se trae en la sangre el del “llamado de la escritura”.
"Si uno nació con el virus de la escritura, o si le picó el
virus en el camino, creo que un siguiente ingrediente, indispensable, es ser un
buen lector. Parece mentira, pero hay personas que quieren escribir
literariamente… y no leen. Las conozco. Así no se puede."
"El lector debe volverse, pues, selectivo con su tiempo y
reservarlo sólo para aquellas lecturas que le sean de utilidad en su propósito.
No todo sirve a todos. Para el profesor Francisco Maturana debe ser primordial
leer todo lo que se haya escrito sobre fútbol. Es parte de su objetivo y de su
vocación. Pero, para mí, ¿Qué sentido tiene que ocupe mi tiempo en eso? Mi
interés se dirige hacia otro horizonte. Hay que ser, pues, selectivo. En mi
caso, estoy en este momento leyendo libros de historia sobre Medellín y
Antioquia. Tiempo me falta para eso. No puedo ocupar mis horas en otros temas.
Descarto, entonces, la lectura de los best sellers de semáforo."
"En el oficio de escribir está, claro, la disciplina.
Escribir le debe gustar tanto a uno que no sea un estorbo en las tareas sino un
placer dedicar varias horas al día a escribir. Como el nadador, como el
ciclista, como el violinista, dedicar varias horas del día a la tarea. Uno no
puede querer ser escritor si actúa como atleta “trotadorcito de domingo”. Tiene
que escribir todos los días."
"Pero viene, entonces, la parte final explícita en tu
pregunta: “¿Cuál es el papel de los talleres literarios?”. Desde Homero, todos
los escritores recorrieron el camino solos y sin ayuda. Fue dispendioso, con
seguridad. Los talleres literarios ayudan a acortar el camino. Allí le
recomiendan a uno los autores y los libros que verdaderamente vale la pena
leer. Allí ejercita uno, por el método de aprender oyendo, la crítica literaria
y la elaboración de reseñas. Allí ejercita uno el análisis de textos y la
reflexión. Esta es, pues, una herramienta muy útil e indispensable para el buen
escribir. Aprende también allí a desarrollar la creatividad literaria, no sólo
en el ingenio de la creación de imágenes metafóricas, sino en los temas y en la
forma de presentarlos. Allí lo bajan a uno de la nube cuando le da por inventar
novelas de ciencia ficción con invasiones al planeta Schreks en cohetes de
proyección galacticoespacial. Hay locos a los que les da por ese tema. Y,
finalmente, allí le lapidan a uno los textos inmisericordemente una y otra vez,
haciéndole ver los errores que comete, hasta que el texto admita lectura
pública y tenga posibilidades de ser aceptado por una crítica imparcial. Como
le dicen a uno en los talleres, “si lo que usted quería era escuchar elogios,
debió ir a leerle sus escritos a la abuelita”.
"Los talleres literarios, como todo, también están dirigidos
a aprendices de distintos niveles. Hay unos muy simples, y otros más avanzados.
Allí uno puede permanecer todo el tiempo que quiera, sin límite de años. Pero
uno tiene que evolucionar. Si un escrito de hoy queda como un escrito de hace
cinco años, uno perdió el año. No puede, entonces, decir que tiene cinco años
de experiencia en el taller, porque sólo tiene uno repetido cinco veces. Quien
no evoluciona, se estanca."
"Un día llegué a la conclusión de que yo no podía ser el
eterno tallerista, y tomé la decisión de retirarme. Creo que uno debe retirarse
a tiempo. Sentí que ya podía graduarme de escritor. Pero el más connotado
director de taller que hemos tenido, el escritor Manuel Mejía Vallejo, dijo que
“uno nunca se gradúa de escritor, ese es un aprendizaje de todos los días hasta
la muerte”. Sabía por qué lo decía."
Comparto con ustedes mi respuesta a un amigo que me preguntó sobre el asunto de los talleres, y anexo la lista de los 50 puntos que recogí en mis observaciones al paso por los distintos talleres a los que asistí. Como ven, el temario da para un pregrado, un posgrado, y una maestría.
Hagamos entonces un recorrido a través de los cincuenta puntos
que propone ORCASAS, que son:
1.1 Humildad
1.2 Orientación
1.3 Lecturas modelo y técnicas de
trabajo
1.4 Cursos de lectura rápida
1.5 Literatura vs. redacción
1.6 Talento
1.7 Experiencia de vida
1.8 Lectura clásica
1.9 Estilo propio
1.10 Apego a la
Academia
1.11 Disciplina. Escribir todos los días
1.12 Autocorrección
y revisión. Buscar la palabra precisa
1.13 Acepte
críticas desfavorables. Son más útiles
que las favorables.
1.14 El texto
debe defenderse por sí solo
1.15 Corrector de
estilo, de gramática, de redacción, de puntuación
1.16 Recoger
material de trabajo
1.17 Dar crédito
a lo ajeno
1.18 Ejercitarse
1.19 Vencer la
página en blanco
1.20 Historia que
contar
1.21 Credibilidad
1.22 Conocimiento
del tema
1.23 Buscar el
alma
1.24 Mostrar
hechos
1.25 Filosofía o
mensaje
1.26 Ambiente
apropiado
1.27 Planeación
de la obra
1.28 Semblanza
del personaje
1.29 Descripción
del entorno o atmósfera
1.30 Diálogos
1.31 Monólogos
1.32 Música y
ritmo
1.33 Ponerse a
tono con el tiempo
1.34 Tropos,
licencias o recursos literarios:
1.35 La metáfora
1.36 Transpolación
1.37 Amarres
1.38 Título
1.39 Primera
frase
1.40 Primera
página
1.41 Primer
capítulo
1.42 Captar la
atención
1.43 Sostenerla,
conmover
1.44 Cierre
apropiado o final eficaz
1.45 Primero
alimentar la obra de datos, volverla frondosa
1.46 Después
podar, eliminar lo superfluo
1.47 Tomar
distancia, dejar reposar, antes de volver a revisar
1.48 Hasta tener
algo bueno para mostrar, que aguante lectura pública
1.49 Una vez
puesto el trabajo a consideración del público, deja de ser suyo. Despréndase de
él como de un hijo que pone casa aparte
1.50 Ayuda
editorial y de mercadeo
Quien quiera profundizar más sobre la actividad literaria de
este amigo, todo un personaje de la cultura popular, puede navegar en su blog:
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