Tutorial de escritura: trucos y
consejos para nuevos autores
BÁRBARA
SOARES
Quien sueña
con escribir un libro siempre tiene una tormenta inicial: ¿seré capaz? ¿Tendré
la vena artística que me permita escribir algo interesante? En la mayoría de
las ocasiones idealizamos al escritor como alguien que ha nacido con un talento
peculiar y que combina las palabras sin esfuerzo. Sin embargo, si bien es
cierto que los genios existen, también es verdad que escribir es un arte que se
perfecciona, como todos los demás. En la literatura, como en las restantes
ramas artísticas, existen algunas técnicas e indicaciones que pueden ayudarnos
a estructurar nuestras ideas y a transformarlas en el producto final. Este
tutorial presenta algunas de ella, centrándose en el género de ficción y en la
novela en particular.
Comienzo: inspiración y
esquematización
Todo lo que
pasa a nuestro alrededor puede servirnos de inspiración para escribir. Si
miramos con atención las estanterías que nos rodean, podemos ver que la mayoría
de temas literarios son repetidos: historias de amor, personajes fantásticos,
crímenes y espionaje, entre otros. Por eso, nuestra visión sobre el tema del
libro es más importante que el propio tema en sí. El escritor y filósofo
francés Jean-Paul Sartre decía que “no se es escritor por haber escogido contar
ciertas cosas, sino por la forma en la que las contamos”. La clave de un buen
libro no está tanto en el tema en sí, sino en la tensión, en el ritmo y en la
intensidad de los personajes que lo caracterizan. Para el lector no solo es
importante encontrar personajes interesantes, sino también sentir que el ritmo
y la tensión crecen a medida que la trama avanza. Es la intensidad de la
situación la que hace que el lector quiera pasar a la siguiente página. Y bien,
después de todo ¿cómo comenzamos?
El primer
paso es esquematizar nuestras ideas, esto es, plasmar en papel los principales
acontecimientos y personajes que imaginamos para nuestra trama. Las primeras
páginas de cualquier libro son extremadamente importantes, ya que tienen el
poder de cautivar o de hacer perder el interés al lector o al editor. Si
seguimos la estructura de una trama clásica, podemos organizarla de acuerdo a
las siguientes etapas:
1. Inicio
con un punto de equilibrio: aquí se presenta al personaje principal, a quien le
debe ocurrir algo y sin el que la historia del libro no podría avanzar.
2. Entramos
así en la fase del conflicto, es decir, algo que pasa y viene a perturbar la
vida del protagonista; como ejemplo, podría ser un viaje, una muerte, una
tempestad, un atraco, o la simple aparición de alguien. Puede ser un acontecimiento
completamente casual o incluso hasta desencadenado por el propio protagonista,
siempre que tenga consecuencias sobre su comportamiento.
3. El
conflicto desencadena la acción, es decir, obliga a nuestro protagonista a
reaccionar ante la situación en la que se ve inmerso.
4. Sin
embargo, solo esto no es suficiente para alimentar todo libro, así que se hace
necesario que a la acción le sigan el giro
y la complicación: no basta con que el protagonista reaccione a un único
conflicto inicial, es necesario continuar introduciendo giros en su vida, ya
que es esto lo que permite que la acción avance. Estas etapas crean sorpresa y
curiosidad en el lector, al tiempo que obligan a hacer un cambio de rumbo en la
historia.
5. La trama
debe complicarse con el devenir de los acontecimiento, dando origen al clímax.
6. Todo esto
desembocará en la resolución, que corresponde al final de la historia. El final
debe ser coherente y consecuente, es decir, por un lado no debemos introducir
cuestiones o personajes a los que no se les haya hecho referencia anteriormente
a lo largo de la trama y, por otro lado, tiene que ser consecuente con la
promesa implícita que hicimos al comienzo del libro.
El pasaje
entre cada una de estas frases debe representar un ponto de inflexión en la
historia. Actualmente, la mayoría de las novelas empiezan directamente con un
conflicto.
Describir: escenarios y personajes
Al escribir,
siempre hay que tener en cuenta que al lector le gusta aprender algo con la
obra. Ese aprendizaje no está solo ligado al tema, sino también a la forma en
que describimos los escenarios y a los personajes de nuestra trama. Por
ejemplo, si tuviera que escribir una novela histórica que tiene lugar durante
el siglo XIX en París, al lector le va a gustar saber cómo se vivía en ese
lugar en aquella época. El objetivo es crear imágenes mentales en el lector,
transportándolo al mundo que estamos retratando. No basta con decir dónde
transcurre la acción, es necesario describir los lugares haciendo uso de los
cinco sentidos: hay que intentar reproducir los sonidos de las calles, el olor
y el sabor de la comida, o los detalles de las ropas y del mobiliario de la
época.
En lo que
respecta a los personajes, el escritor debe aprender a ser un actor, es decir,
a encarnar las vivencias y los sentimientos de sus personajes. Podemos
describirlos de diferentes formas, pero no debemos nunca dejarnos llevar por
los estereotipo y por lo obvio. Hay que llevar a los personajes al
psicoanalista, explorar sus miedos e inseguridades y encontrar las motivaciones
de su comportamiento. Existe un truco que puede ayudar a que la acción resulte
más interesante y que se conoce como “show, don’t tell”. ¿Qué significa esto?
que hay una diferencia entre “mostrar” y “decir”, y que siempre debemos optar
por la primera opción. Por ejemplo, para describir a un personaje puedo decir
simplemente: “José es un hombre valiente”; sin embargo, si decido que José
salve a alguien de un edificio en llamas, estoy mostrando, de una forma mucho
más interesante, que José es un hombre valiente, en lugar de escribirlo
directamente.
Samuel
Johnson, uno de los grandes escritores ingleses del XVIII afirmaba que “un
escritor dedica la mayor parte del tiempo a leer, para después escribir; una
persona consulta la mitad de una biblioteca para hacer un solo libro”. La
investigación es una herramienta importante para la descripción de escenarios y
en la creación de personajes. Buscar en obras del mismo género, en internet, en
documentales o a través de entrevistas y visitas al terreno, ayuda a crear un
ambiente más realista y detallado en nuestra trama.
Reescribir y finalizar
La
reescritura es la fase final del proceso creativo. Algunos autores prefieren
dejar reposar sus textos durante algún tiempo antes de volver a hacer cambios,
y la distancia temporal puede, de hecho, ayudarnos a mejorar la calidad de
nuestro texto. Aquí no se trata de modificar el tema del libro o de transformar
por completo su estructura, sino más bien de realizar adaptaciones, incluir
nuevos detalles, revisar la gramática o enriquecer el vocabulario. Para terminar
la obra aun quedan dos pasos:
1. La
redacción de la sinopsis que, en el fondo, ya es un trabajo de marketing pues
corresponde al texto que debe ser enviado a las editoriales. La sinopsis debe
ser sencilla y directa, contando lo esencial y de manera objetiva. Debe estar
tan bien escrita como el libro y transmitir lo que hace a nuestra historia
diferente y única con respecto a las demás.
2. La
confirmación del título del libro, que normalmente se hace en conjunto con el
editor, ya que el título es el primer contacto que hay entre el libro y sus
lectores.
Después de
terminar el libro, existe todo un trabajo de marketing y relaciones públicas
que se hace necesario para garantizar su publicación. La segunda parte de este
tutorial de escritura muestra algunas sugerencias sobre el proceso de edición,
distribución y publicidad.
El primer
paso es tener una excelente sinopsis del libro. La sinopsis resume nuestro
libro contando los puntos cruciales de la historia; debe ser corta, objetiva y
directa, con un máximo de 10 líneas. Para hacer la sinopsis os podéis guiar por
una cuestión fundamental: ¿qué debería tener mi libro en la contraportada para
que se venda? Las frases deben de ser cortas e impactantes, de forma que capten
el interés del editor y, en una fase posterior, del lector. Si es vuestro
primer libro, o nunca antes habéis hecho una sinopsis, os aconsejamos que veáis
algunas sinopsis de otros libros y películas para haceros una idea. La sinopsis
nos dice qué es lo que hace única y diferente nuestra historia. Por ejemplo, si
mi libro es policiaco, en estas pocas líneas tengo que explicar en qué es diferente mi historia policiaca de
todas las demás que ya se han publicado antes. Pero cuidado con la forma en que
lo hacemos: nada de frases hechas ni autopromocionales del tipo “este libro es
una obra de arte” o “será el próximo Nobel de la literatura”.
Con la
sinopsis terminada, y una breve carta de presentación, hay que comenzar a
contactar con las editoriales. Para ello, lo mejor que podemos hacer es
preparar una preselección de las editoriales que mejor encajan con el género de
vuestro libro, en vez de enviarlo a todas editoriales que se conozcan. Esta
preselección es importante, pues no solo nos ahorra tiempo a la hora de hacer
el envío sino que además aumenta nuestras posibilidades de publicación al
definir claramente nuestro objetivo. Pero ¿Qué hay que enviar exactamente? ¿el
libro en su totalidad? ¿apenas las primeras 20 o 30 líneas? ¿y cómo se hace?.
Lo que os
aconsejamos es contactar directamente con las editoriales y enviarles solo lo
que nos pidan. Cada editorial tiene una forma diferente de trabajar y, mientras
que unas solo quieren el manuscrito después de haber visto la sinopsis, otras
prefieren que ésta venga acompañada del primer capítulo del libro, algunas de
ellas prefieren recibir los originales impresos por correo postal y otras se
inclinan por el email. Además de esto, al contactar directamente con la
editorial, desde ese mismo momento ya se estará estableciendo una relación
personal que os permitirá seguir el proceso de análisis de vuestro libro de una
manera mucho más cercana. No os cortéis a la hora de llamar y preguntar con
quién debéis hablar para enviar el libro; preguntad qué tenéis que mandar y
cómo. Siempre es mejor tener un nombre, un número de teléfono o un email
personal, que enviar vuestros manuscritos a un contacto genérico y después
quedar a la espera de una respuesta tipo sin saber exactamente con quién tratar
de nuestro tema.
Al mismo
tiempo, empezad a trabajar en vuestra propia imagen personal como autores.
Intentad fomentar el interés por vuestro
trabajo y usad y abusad de las herramientas que nos ofrece internet para
lograrlo (blogs, páginas de Facebook, cuentas de Twitter y demás). Todo esto
ayuda, no solo a promocionar vuestro trabajo sino también a crear una mayor
proximidad con la comunidad de lectores. Por otro lado, será también
extremadamente útil tras la publicación, cuando es necesario hacer un mayor
esfuerzo de marketing constante para que nuestro libro destaque entre en resto
una vez que ha llegado a las estanterías. Finalmente, siempre existe la
posibilidad de recorrer las plataformas gratuitas de publicación online como
Bubok. Independientemente del camino que decidáis escoger, no os olvidéis de
que cualquiera de ellos requiere esfuerzos de marketing y publicación
constantes en el circuito de la distribución, con o sin apoyo de un agente
editorial.
Todos los autores famosos comenzaron siendo
desconocidos, así que no tengáis miedo de arriesgar y no desistáis a la primera
negativa. Que no os asusten las críticas, aceptadlas de una forma constructiva,
intentad mejorar vuestro trabajo, escribid sin descanso y sed persistentes. A
fin de cuentas, como Gustave Flaubert decía, “el talento es paciencia
infinita”.
Tomado de:
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