Decálogo para ser un escritor de éxito Revista Literaria loslobosdeomaña.es
1- Olvídate del estilo y aprende a promocionarte.
Reconócelo, tú no eres James Joyce, así que antes de escribir tu novela
definitiva sobre la decadencia de los valores en Occidente, ensaya delante del
espejo las posturas que adoptarás el día de la presentación. De cómo te sientes
a la mesa y de cómo sonrías a la incisiva periodista del oligopolio informativo
dependerá el índice de ventas de tu libro. Un par de frases pomposas pueden
ayudarte: "La literatura es la voz de la verdad" o "Escribir es
hacer el amor con un lector perfecto".
2- Cultiva tus amistades. Un delegado del gobierno,
un secretario de Estado, una decrépita cupletista, un hortera televisivo, un
escritor "independiente" como Juan Goytisolo pueden echarte una mano.
Pídeles que te prologuen tu libro o invítales a tus presentaciones. Nadie
escribe bien hasta que lo convierten en una deidad grecorromana. Cuida también
a tus enemigos, mímalos. Destapa un oscuro pasado franquista, afirma que no
sabe hacer la o con un canuto, abre la polémica sobre temas de "rabiosa
actualidad": inmigración, el fin de la historia, las nuevas tecnologías...
3- Sé cercano. Que no parezca que vives encerrado en
tu torre de marfil. Los intelectuales ya no están de moda. Lo mejor que puedes
hacer es ir de persona normal, de persona accesible que escribe. Procura soltar
alguna incongruencia cultural, como que te gustan ciertos subproductos
televisivos o las novelas de Antonio Gala o Corín Tellado. Cualquier cosa para
no parecer pedante.
4- Crea tu marca de fábrica. Los tatuajes, los
piercings y las trepanaciones se llevan mucho entre los más jóvenes, pero no te
olvides del foulard, las gabardinas negras, los sombreros de ala ancha, los
puros de importación y las guayaberas. Que parezca que has vivido en París con
veinte años y no olvidas nunca tus años locos en Londres. Si tienes una
biografía interesante o conociste a Hemingway, no olvides que una anécdota
divertida hace más que una metáfora brillante.
5- Afirma que la novela ha muerto. Con gran cinismo
deberás decir que la poesía ha muerto, si eres poeta; que el ensayo ha muerto,
si eres ensayista; o que la novela ha muerto y resucita siempre al tercer día.
Di que las cosas están muy mal, que vivimos en un mundo degradado por la
banalidad, el ultraliberalismo y "Gran hermano". Vaticina un
apocalipsis antropológico para el mes que viene.
6- Desdeña los premios. Los premios son para quienes
los otorgan, nunca lo olvides. Desprécialos. Nada mejor como mostrarse
indiferente por la gloria literaria o cultivar un desgastado aire de malditismo
para que los lectores más impresionables te lean. Si los aceptas, bueno, es
porque te lo merecías. No pasa nada por doblar las rodillas. Afila tu cinismo.
7- El gran chollo. Si quieres que te oigan, puedes
utilizar la palabra "globalización". Si te preguntan sobre las
intenciones de tu novela, di que es una reacción contra la globalización. Si no
puedes presumir de haber corrido delante de los grises, di que estuviste en
Seattle protestando, aunque, claro, allí estaban los violentos que impiden
cualquier lucha eficaz contra el sistema.
8- Ser de izquierdas aún vende. Aprovéchate de las
minorías oprimidas, de los más débiles para que se admiren de tu altruismo. Sé,
no obstante, escéptico, que se note que desde la caída del Muro de Berlín es
mundo ya no es igual y estás desorientado. No lo olvides, puedes dar lecciones
de historia sin tener puñetera idea de quién era Marx. No leas los manifiestos,
limítate a firmarlos.
9- Condena a todo el mundo Demoniza el nacionalismo,
la relajación de las costumbres, Internet, la monarquía, las drogas. Los
redactores jefe adoran este tipo de asuntos y te darán cancha en su sección. Si
no eres un escritor comprometido, di que tú vas a lo tuyo, que te encanta
perderte con tu velero y acabas de descubrir el Mediterráneo. Afirma que no
empleas el ordenador y que aún usas la vieja olivetti que te regaló tu padre. O
todo lo contrario, sugiere que la tecnología está bien "si se emplea con
inteligencia". ¿Quién va a poner a prueba tu inteligencia?
10- Escribe el libro de una maldita vez. Ánimo, ya
sabemos que es lo más difícil, pero ¿sabías que un escritor escribe libros?
¿Has probado a tres meses de retiro en una cabaña en los Ancares leoneses?
Cultiva la soledad y toma prestadas algunas ideas de aquellos a los que nunca
podrás alcanzar: Kafka, Sterne, Conrad, Faulkner... Uno de ellos será tu
escuela, pero que no se te note. Ten siempre una cita célebre en la recámara. O
invéntatela: la mayoría de los periodistas siguen creyendo que en "El
gatopardo" se dice: "Es preciso que todo cambie para que todo siga
igual".
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