10 consejos para meter un cuento en un concurso
Alberto Chimal
Tomado de: http://www.lashistorias.com.mx/index.php/archivo/10-consejos-para-meter-un-cuento-en-un-concurso/
En Ask.fm me preguntaron mi opinión sobre el Premio de Cuento Fantástico Amparo Dávila. También me pidieron sugerencias para participar en él. Respondí y me pareció que lo que propuse podía ser útil, con algunas modificaciones, para cualquier concurso de cuento. Aquí van, pues, diez consejos para participar en cualquier certamen de narraciones breves (no de libros completos):
1. Lo esencial: lee bien las bases. Asegúrate de que te es permitido participar (que no haya restricciones de edad o de nacionalidad de los concursantes que te dejen fuera, por ejemplo). Asegúrate de que el cuento que puedes ofrecer se ajuste a lo requerido por las bases. Asegúrate de hacer el envío antes de la fecha de cierre.
2. Esto puede parecer raro, pero no recomiendo escribir para concursos, es decir, empezar a trabajar después de enterarse de que hay un concurso abierto. Es más difícil que esto dé buenos resultados. Es mejor que estés escribiendo, trabajando constantemente, y aproveches algo que ya tengas escrito o al menos empezado cuando surja la oportunidad de participar en un concurso.
3. Si el concurso admite un solo cuento por concursante, aprovecha la restricción: selecciona tu mejor cuento si ya tienes más de uno escrito o en proceso, o en el peor de los casos concéntrate en la idea que te parezca mejor para realizar un cuento nuevo.
4. Si el concurso admite más de un cuento por concursante, no te extiendas de más: no envíes cien. (Ni diez.) No se tienen más probabilidades de ganar metiendo más textos, aunque pudiera parecer que sí. Lo importante es que los cuentos que participen queden lo mejor posible.
5. Date tiempo para revisar lo que has escrito. A menos que ya tengas encima la fecha y hora de cierre de la convocatoria, no envíes el cuento inmediatamente después de terminarlo. Reléelo con calma. Revísalo una vez más. Si tienes oportunidad, dáselo a leer a alguna persona en cuyo juicio confíes.
6. Por ahí dicen, ahora, que si no te gusta lo que escribes puedes “bajar tus estándares”, exigirte menos y dejar el texto como está. Pero esto no es buena opción porque así jamás se progresa… ni salen muchos textos capaces de ganar concursos. Mejor considerar esto:
a) La verdad es que al escribir nunca va a salir exactamente lo que uno se imagina, porque el proceso de escribir pasa por varias etapas muy complejas del cerebro que idea a la mano que forma las palabras; hay distorsiones y modificaciones que se dan en el momento mismo de escribir, inevitablemente, así que no te preocupes demasiado cuando esto te suceda. Más bien date la oportunidad de corregir lo que no te guste, y también de aprovechar los “accidentes felices”: las cosas que suceden inesperadamente en el texto, “de chiripa”, y se pueden aprovechar aunque no se hayan planeado.
b) También puede ser que, si un texto no resulta satisfactorio, la causa sea que quien lo escribe no está todavía preparado: no ha practicado lo suficiente, no ha aprendido las técnicas necesarias para lograr el resultado que busca. Por esto es recomendable leer, leer todo lo que se pueda, incluso más allá de los textos que nos gustan: para aprender nuevas herramientas. Siempre.
7. En caso de que el cuento no se sienta perfecto, y ya no haya tiempo de más trabajo, mejor mandarlo de todas maneras, porque nunca se sabe: tal vez uno, después de mucho revisar, ya no alcanza a ver con claridad lo que sí tiene de bueno.
8. Si el concurso tiene alguna restricción en cuanto al tema de los cuentos que admite, no intentes de inmediato “ajustar” tu texto a alguna idea preconcebida que tengas sobre ese tema. Busca ejemplos tan diversos como puedas. Date la oportunidad de experimentar y proponer ideas nuevas si lo deseas. Por ejemplo, el Premio Amparo Dávila es de cuento fantástico, pero para participar vale la pena considerar que la narrativa fantástica es un terreno muy amplio. En él están las historias a las que suele ponerse la etiqueta de “fantástica” (magos estilo Harry Potter, vampiros, monstruos salidos de manga o anime, etcétera), pero también hay mucho más. Básicamente lo único esencial para que un cuento se considere fantástico es que en él haya, de manera constante, sucesos, personajes o lugares que no sean “reales”, que no sean “posibles”: lo fantástico es lo irreal hecho a sabiendas, que nos permite precisar y poner a prueba nuestras ideas sobre lo que sí es real. Puede que un tratamiento no convencional de un tema dado sí logre ganar un concurso.
9. Si no se gana, no hay que olvidar que en los concursos siempre hay un poco de azar: un fallo desfavorable no es una condena.
10. En cualquier caso, ganes o no, haya siquiera un concurso o no de por medio, acepta que las cosas siempre van más despacio de lo que uno desea. Que además de trabajo se necesita paciencia y persistencia.
Nota. Alberto Chimal escribió Cómo empezar a escribir historias: un manual básico de introducción a la narrativa. Siguiendo el ejemplo de precursores clásicos como Aspectos de la novela de E. M. Forster o El arte de la ficción de John Gardner, este libro ofrece información útil y ejercicios dirigidos a personas que se inician en la escritura. La parte teórica va de una explicación del acto mismo de contar a la discusión de varios términos necesarios para comprender y tomar control del proceso creativo. La parte práctica incluye 70 ejercicios en los que se cubren aspectos fundamentales de creación de argumentos y personajes.
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