ANTOLOGIA DE DECALOGOS LITERARIOS

"Los Diez Mandamientos, considerados útiles reglas morales para vivir en sociedad, tienen un excelente uso literario. El escritor, al contar sus historias, debería hacer que sus personajes violen constantemente estos mandamientos, en conjunto o por partes. Mientras alguien robe, mate, mienta, fornique, blasfeme o desee a la mujer del prójimo tendremos un conflicto y en consecuencia una historia que contar. Por el contrario, si sus personajes se portan bien, no sucederá nada: todo será aburridísimo."
Fernando Ampuero


Uno de los más interesantes y que recoge más sabiduría, tiene un solo postulado. Se lo leí a Alejandro Quintana y dice:

"Porque en realidad ya se ha contado todo; lo novedoso es contarlo de forma interesante".

Es muy común que los escritores, cuando gozan de cierto reconocimiento, decidan organizar sus ideas en forma de recomendaciones que suelen enumerar en listas, generalmente en forma de decálogos, muy a manera de configurar una suerte de "Tablas de la Ley"o de "Diez Mandamientos" , en los que pontifican,-con razón o sin ella, en concordancia con su prestigio y sabiduría o apenas haciendo gala de una vana pretensión un tanto ególatra- sobre sus verdades decantadas acerca del oficio de escribir.

Unos condensan verdaderas sentencias, otras son apenas esbozos que naufragan en su propia babosería; unos son un compendio de ingenio, otros verdaderos destellos de humor, mientras algunos apenas sí resbalan como peligroso chascarrillo en el reino del lugar común.

De todas maneras, en esta página recopilamos algunos de ellos, como elemento para el análisis y estudio de los interesados en el ejercicio de escribir. Muy recomendado para aprendices y aficionados, para lectores desprevenidos, para alumnos de talleres literarios y para todos los que se deleitan del bello arte de la Literatura.

Al final citamos los más ingeniosos, clásicos, reconocidos o polémicos.

Lo que comenzó como un divertimento, pasó a ser una disciplina que permite enriquecer la teoría de la creación literaria, en la voz de los maestros. La idea original parte de la página www.emiliorestrepo.blogspot.com
Comentarios y aportes, favor remitirlos a emiliorestrepo@gmail.com

domingo, 29 de septiembre de 2024

¿Por qué escribir libros para niños?Isaac Bashevis Singer 10 razones



¿Por qué escribir libros para niños?Isaac Bashevis Singer 





Tomado de: https://elcarritorojo.com/2020/07/05/por-que-escribir-para-ninos/#_ftn1

En 1978, el escritor judío Isaac Bashevis Singer cerró su discurso del banquete, luego de recibir el Premio Nobel de Literatura, con este decálogo:

“Hay quinientas razones sobre por qué empecé a escribir para niños, pero para ahorrar tiempo mencionaré sólo diez”, dice Isaac Bashevis Singer, autor de obras para niños y para adultos. Estas diez razones son:

Número 1) Los niños leen libros, no reseñas. Les importan un pepino las críticas. 

Número 2) Los niños no leen para encontrar su identidad. 

Número 3) No leen para liberarse de la culpa, para saciar la sed de rebelión o para deshacerse de la alienación. 

Número 4) No les sirve la psicología. 

Número 5) Detestan la sociología. 

Número 6) No tratan de entender a Kafka o Finnegans Wake. 

Número 7) Siguen creyendo en Dios, en la familia, en los ángeles, en demonios, brujas, duendes, en la lógica, en la claridad, en la puntuación y otras cosas obsoletas. 

Número 8) Aman las historias interesantes, no los comentarios, guías o notas a pie de página. 

Número 9) Si un libro es aburrido, bostezan abiertamente, sin ninguna vergüenza o miedo a la autoridad. 

Número 10) No esperan que su querido autor redima a la humanidad. Jóvenes como son, saben que no está en su poder. Sólo los adultos tienen ilusiones tan infantiles. [1]

El decálogo de Isaac Bashevis Singer evoca una forma de leer (y también una forma de escribir) que yo calificaría como inocente. Es decir, pareciera que el autor de Satán en Goray sólo escribe por el placer de escribir, así como los niños leen por el placer de leer: sin reseñas, sin notas a pie de página y sin buscar otra cosa que una historia verdaderamente entrañable que los mantenga soñando despiertos. Escribir y leer sólo por el placer de hacerlo es una forma de libertad y también una forma de felicidad, una “felicidad desesperada”, como dice el filósofo André Comte-Sponville.

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Isaac Bashevis Singer (Radzymin, Polonia, 1904 – Surfside, Estados Unidos, 1991), hijo y nieto de rabinos, vivió en el barrio judío de Varsovia hasta 1935, cuando emigró a Estados Unidos. Su obra, sin embargo, tuvo siempre Polonia como horizonte: el tema recurrente en las novelas y cuentos de Singer es la vida en su país natal en diferentes períodos históricos, con particular atención a la vida cotidiana de las comunidades judías. Galardonado con el National Book Award en 1974 y el Premio Nobel en 1978, es autor de las novelas Satán en Goray (1935), La familia Moskat (1950), En el tribunal de mi padre (1966), La casa de Jampol (1967) y Los herederos (1969), entre otras, así como de los libros de relatos Gimpel el tonto (1957) y Un día placentero (1973). En esta editorial han aparecido el relato La destrucción de Kreshev (2007), las novelas El seductor (2022) y Keyle la Pelirroja (2023).

miércoles, 12 de junio de 2024

Los 10 mandamientos del gran estafador Victor Lustig

 

Los 10 mandamientos del gran estafador Victor Lustig



Victor Lustig
(Victor Lustig)

Victor Lustig es uno de esos hombres cuya vida podría ser contada en el cine, sin muchas florituras, y aun así nos parecía un poco exagerada. Además, simpatizaríamos con él, porque en la pantalla los estafadores y ladrones de guante blanco siempre son bien recibidos. Si no, recuerden a Robert Redford y Paul Newman en El Golpe. Quizás ya exista esa película, después de todo.

Nacido en 1890 en lo que entonces era el Imperio Austrohúngaro, acabó siendo buscado por decenas de cuerpos policías de distintos países. Fue capaz de estafarle varios miles de dólares al mismísimo Al Capone. Sin duda, eso demuestra valor y coraje, pero aun así no es su golpe más conocido. Lustig alcanzó la cumbre cuando vendió la Torre Eiffel.

La Torre Eiffel había sido construida para la Exposición de París de 1889 y unos años después había dudas sobre su destino, como las había habido antes. En ese contexto Lustig acompañó a varios hombres de negocios a una visita, haciéndose pasar por un funcionario francés. Vendía la torre como una gran columna de chatarra e incluso fue capaz de inventar una mentira para anular las dudas y reticencias que tenía uno de aquellos hombres de negocio, que había picado el anzuelo. Lustig fingió ser un corrupto para continuar la mentira y al final la operación fue un éxito.

En lo suyo Lustig era un maestro y, sabiéndolo, en 1936 escribió una lista de las normas que debe seguir cualquiera que desee convertirse en estafador. La lista, volviendo al mundo del cine, encaja con lo que podría ser el patrón de comportamiento de un gran personaje, como verán.Victor Lustig aprovechó su estancia en la cárcel para recopilar las diez claves o mandamientos que debe seguir todo buen estafador, y por ende, las claves que debe tener en cuenta cualquier hombre de negocios, vendedor o persona que por los distintos motivos tenga necesidad de influir y persuadir a una persona con un propósito concreto.

Con los estafadores uno siempre se engaña. Como cuento en mi libro EL PRIMO Y EL TIMO, en mi caso personal un familiar al cual le brindé todo el amor y la confianza "me hizo un tunel por el corazón para poder llegar a mi bolsillo". Por poco me deja en la cochina ruina, en la inmunda. Los estafadores suelen ser encantadores, pacientes, persuasivos y casi siempre uno se engaña con ellos, pese a las advertencias de los que los miran desde afuera y les parecen evidentes sus intenciones, que la víctima no alcanza a percibir.

Esta entrada nos parece interesante para los que quieren alimentar presonajes de género negro, estafa y pillaje y thriller, y hasta para la vida real, para tratar de posponer una acometida de uno de esos personajes que piensan que "primero se acaba el helecho que los marranos" y que están ahí, a la vuelta de la esquina para tratar de apropiarse de lo poco que tenemos.

Vamos a la explicación:

1. Debes ser un oyente paciente. Escucha con paciencia (por eso, y no por hablar deprisa, triunfan los golpes de un estafador).

A las personas les gusta sentirse escuchadas y que les prestemos atención. Y además, mientras la otra persona habla nos estará dando una valiosa información, en ocasiones, incluso sin necesidad de preguntar. Sé paciente y únicamente escucha.

2. Nunca muestres aburrimiento.Nunca parezcas aburrido.

Damos por hecho que una persona que habla sin parar es un casposo, un mamón, pero si le hacemos creer que es muy interesante, ganaremos su confianza y se sentirá bien con nosotros, pues por fin alguien aprecia su conversación, y por tanto, le estamos haciendo aumentar su confianza y capacidades en sí misma y bajar las defensas.

La mayoría de las personas quieren mostrar su inteligencia y parecer el más inteligente de la sala. Los estafadores, así como los seductores, saben que lo mejor es hacer que esa persona (a la que quieres estafar) se sienta la más inteligente a tu lado.

3. Deja que la otra persona revele su ideología y opiniones políticas. A continuación, estaremos de acuerdo con ella.

La idea de un estafador es estafar a una persona, no casarse con ella, por lo que cuanta más similitud haya entre ambos, más fácilmente nos ganaremos la confianza de esa persona. Lo cierto es que cuando se habla de política, la gente tiende a decir demasiadas tonterías en base a sus sesgos políticos, pero es su ideología, y encontrar a otra persona que tenga la misma, genera una familiaridad inmediata, la cual es necesaria para la influencia y, por supuesto, para un timo.

4. Deja que la persona te revele sus puntos de vista religiosos, y luego, ten los mismos puntos de vista.

Ocurre igual que con las ideologías políticas. Si esta persona pertenece a alguna religión extraña de estas que tres días al año comen excrementos de vaca para coger la energía del universo, únicamente debes decir: «Qué interesante!!, llevo tiempo queriendo coger energía del universo a través de la mierda de vaca».

5. Alusión a hablar de sexo, pero no darle curso a menos que la otra persona muestre un fuerte interés.Insinúa una conversación sexual, pero no la sigas a menos que la otra persona muestre un gran interés.

Hay una cosa que es cierta, y es que si consigues llevarte a la cama a «tu víctima», timarla ya es fácil, pero en ocasiones, el sexo rompe el hechizo del timo, sobre todo cuando se trata de una timadora, la cual necesita que su «victima» esté fuertemente interesado sexualmente, pero sin llegar a culminar el acto. En el caso de un timador, debe tener muy claro que hay fuerte interés por parte de la «víctima mujer», porque si hace una insinuación sexual, y la víctima la rechaza, también estará rechazando todo el poder de influencia que hayas ejercido sobre ella.

6. No hablar de temas de preocupación generales (hambre del tercer mundo, enfermedades, etc…) a no ser que la otra persona muestre un especial interés en ellos.

Necesitamos generar mensajes positivos, y no llamar al sentimiento de la negatividad en el cerebro de esa persona. Recuerda que para la mayoría de las personas, su dolor de muelas es más importante que la epidemia de cáncer,o de SIDA y un pequeño logro empresarial, mucho más importante que el hambre en el tercer mundo. Evita que las conversaciones tornen a temas de preocupación social global.

7. Nunca curiosear en las circunstancias personales de la persona. Ten en cuenta que si haces de oyente paciente, te las va a contar sin preguntar.

Curiosear donde no debes curiosear es ser «curioso», y las personas demasiado curiosas provocan desconfianza, al poder pensar la otra persona «¿qué interés tiene esta persona en saber tanto acerca de mí?»

8. No hables demasiado sobre ti.Nunca alardees. Sólo deja que tu importancia resulte silenciosamente obvia.

Es mejor mantener el misterio sobre nosotros que generar dudas. Sobre todo, no debemos darnos mucha importancia. Recuerda que se trata de hacer que la otra persona se sienta importante.

9. No seas desordenado o desaliñado(o por lo menos no demasiado).

Por algún motivo, a nuestro cerebro les gusta las personas que son ordenadas, mientras le provoca un profundo rechazo el confiar en personas desordenadas. Imagina que quieres poner las cuentas de tu empresa en manos de un contable, y cuando entras a su despacho, sólo ves desorden. Indudablemente, te imaginas el balance y facturas de tu empresa perdidas en aquel despacho. Asimismo, sé limpio y viste decentemente. Pero sin caer en el extreño de ser un "filipichín perfumado". Tanta aparente perfección también genera desconfianza. 

10. Nunca te emborraches.

Muchos son los tratos que se van al traste en el mundo de las ventas porque una parte se emborracha y hace comentarios o actuaciones que nunca debería haber hecho. Un timador sabe que nunca puede despistarse ni un momento, ni bajar la guardia, pues todo el trabajo que has hecho en días o meses, lo puedes perder en unos segundos. Pero fingir que estas borracho sirve, desde que la víctima sí esté tomando de verdad, no vaya ser que quiera hacernos su víctima

Fuente:  https://www.curistoria.com/2017/02/los-10-mandamientos-del-gran-estafador.html

https://negocios1000.com/2016/06/los-10-mandamientos-de-los-estafadores.html

 

jueves, 4 de abril de 2024

Decálogo del imperfecto cuentista Homero Carvalho Oliva

 Decálogo del imperfecto cuentista

Homero Carvalho Oliva



Tomado de:https://www.laotrarevista.com/2022/01/decalogos-de-escritores-homero-carvalho/ 

1.- El cuento es el infinito cuya puerta es la página. Si el poeta Vicente Huidobro propone que "el verso sea una llave/ que abra mil puertas", que el narrador sea quien nos cuente porqué están esas puertas. En la superficie llana del papel el narrador recuerda que es un cazador perdido, contando historias alrededor del fuego de la horda, y ahora intenta atrapar el dinosaurio de Augusto Monterroso; mientras persigue las huellas del animal da cuenta del universo. Lleva la cuenta de los hechos y los transforma en palabras, las palabras se convierten en imágenes y la historia de la humanidad sigue su curso.

2.- El cuento es la fuente eterna de la comunicación, en la que se mezcla lo popular y lo sublime, buscando nuevas formas de significar lo ya dicho, en la búsqueda cotidiana de escapar de la mediocridad. Hace un tiempo atrás escribí estas definiciones: La novela es un caballo desbocado cabalgando hacia el vacío; el cuento es un salto mortal sin saber la distancia del vacío; y la poesía — ¡ah, la poesía! — es el par de alas que sobrevuelan al vacío.

3.- El escritor es un marinero desatando nudos para levar anclas y navegar en las ominosas aguas del lenguaje, la mar oceánica de las palabras, al mismo tiempo que busca a la ballena blanca. Es un náufrago solitario escribiendo un diario con su bitácora terrestre. Es un jugador de ajedrez, las palabras son las piezas y el argumento el tablero; juega contra sí mismo tratando de no descubrirse o ser descubierto en el otro.

4.- El narrador es un buscador de tesoros, el brillo de las palabras lo deslumbra y sólo su experiencia puede hacerlo distinguir el oro entre la arena de los ríos de la memoria. Es un ser inconforme, un rebelde, nunca se siente a gusto con lo que escribió. Es un guerrero, aprende de cada una de las batallas y no espera morirse en el próximo combate: el miedo lo mantiene con vida. El miedo, el gran hacedor de historias. El narrador es Descartes insepulto, vive en sus palabras; escribe, luego existe.

5.- Es Homero relatando la historia de una guerra causada por un simple lío de faldas y contando que los dioses traman desgracias para que los hombres tengamos algo que contar. Es Odiseo atado al mástil de la nave para escuchar los cantos de sirena, porque sin el riesgo la vida no vale nada. De sirenas y de prostitutas está hecha ahora la noche y la calle y por ahí andamos sin ángel de la guarda. Es un asesino privilegiado, es el único con licencia para matar. Así como es testigo omnisciente de los grandes acontecimientos de la humanidad, tanto pasados, presentes, como futuros; es también un historiador de las rutinas cotidianas, de las epopeyas domésticas.

6.- Es un niño frente a una pared blanca y un lápiz en las manos, está fascinado con el desafío de transformarla; es un adolescente encantado mirando a su vecina desnuda. El narrador es el hada de la mañana, el pirata del mediodía, la enamorada mirando llover en una tarde gris y el fantasma de la medianoche.

7.- El narrador sabe que en los jardines la maleza siempre puede esconder algo y que los espacios vacíos pueden llenarse con lo sobrenatural. Es un músico sin instrumento, que busca en su propia voz los sonidos que le darán el tono necesario para satisfacer el estilo que cree suyo entre inagotables estilos que están en la memoria de la Tierra desde que el hombre aprendió a escribir. Es un alquimista buscando la piedra filosofal en el alfabeto. Es un hierofante, un sacerdote que oficia rituales sin feligreses presentes. Es un adicto, sabe que el relato de hoy no será el último.

8.- El narrador es Giacomo Casanovas, los vacíos sin palabras le sugieren el cuerpo de la mujer deseada, es el amante que cuida de no violar la hoja virgen, simplemente la seduce. Es un onanista, la escritura es su orgasmo.

9.- Es un hacedor, inventa y destruye mundos en cada oración. Es un pequeño dios creando personajes, circunstancias, espacios, tiempos y, sin embargo, sus personajes, como en toda creación, cobran sus propias vidas y se encarnan en la mano del escritor. Sabe que hay muchos mundos y que todos ellos están en su interior, su imaginación es su propio universo, diverso, multiverso, que discurren como un río en su interior.

10.- El narrador es un hechicero penitente, sabe que su escritura no cambiará el mundo y aspira a que, por lo menos, lo ayude a cambiar a él mismo.

(*) Homero Carvalho Oliva, Bolivia, 1957, escritor y poeta, ha obtenido varios premios de cuento, poesía y novela a nivel nacional e internacional. Su obra literaria ha sido publicada en otros países por prestigiosas editoriales y traducida a varios idiomas; poemas, cuentos y microficciones suyas están incluidos en más de cincuenta antologías internacionales, además de revistas y suplementos literarios por todo el mundo. Es autor de antologías de poesía boliviana, de cuentos y microcuentos internacionales publicadas en varios países.
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
homeroantonio@gmail.com
seresdepalabras@yahoo.com

jueves, 14 de marzo de 2024

DECÁLOGO DE JORDI SIERRA I FABRA SOBRE LOS LIBROS Y LA LECTURA

 

JORDI SIERRA I FABRA nació en Barcelona el 26 de julio de 1947.


























Tuvo sus primeras incursiones profesionales en la música, otra de sus grandes pasiones. Fue uno de los fundadores del programa de la Cadena Ser "El Gran Musical", y en 1970 abandonó los estudios para convertirse en comentarista musical, lo que le permitió viajar por todo el mundo con grupos y artistas del momento para cubrir sus actuaciones y escribir reportajes.

 

En 1981 logró el Premio Gran Angular de literatura juvenil por El cazador, y repitió dos años más tarde con ...En un lugar llamado tierra. Volvió a hacerse con él en 1990 por El último set. A lo largo de su carrera ha obtenido cuantiosos galardones, como el Premio El Barco de Vapor de literatura infantil (2010), el Ateneo de Sevilla en 1979, Premio Edebé de Literatura Infantil (1993) y el de Literatura Juvenil (2006), el Premio A la Orilla del Viento de México (1999) y el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2007 y el Premio Cervantes Chico en 2011, entre otros muchos.

 

Ha impartido numerosas charlas sobre literatura infantil y juvenil, ocupación que sigue desarrollando aún hoy en centros de enseñanzas, bibliotecas y otras instituciones de España e Hispanoamérica. Cuenta con la Fundación Jordi Sierra i Fabra, creada en pos del fomento de la lectura y de la escritura entre los más jóvenes, la cual, desde 2006, entrega el premio literario que lleva su nombre para jóvenes escritores.

 

Sus obras se sumaron una tras otra, al igual que los reconocimientos que ha cosechado a lo largo de su carrera. Algunos de sus libros han sido adaptados al teatro y al cine, y es uno de los autores más vendidos en nuestro idioma. Entre sus trabajos también encontramos numerosas biografías de artistas internacionales de rock, como John Lennon, Michael Jackson, Bob Dylan, The Beatles o Rolling Stones.

 

De su libro de escritura creativa, LA PAGINA ESCRITA tomamos el siguiente decálogo:

 

Un buen libro puede cambiar la vida de las personas.

Esta es la razón de que un buen libro pueda cambiar la vida de las personas. A todos nos ha marcado una obra a lo largo de nuestra vida, y por lo general esto sucede, y con plenitud de fuerza, en la adolescencia. En el otro extremo, leemos por ocio, por entretenimiento y evasión, para vivir aventuras, ser astronautas o piratas, excelsos amantes o viajeros apasionados. Necesitamos nutrir el espíritu y reforzar el alma, o puede que sea al revés. Da lo mismo. La persona que no lee está muerta en vida, ausente y coja, perdida de referencias. Todos necesitamos muletas para movernos por la vida, a la edad que sea. Leer es la mejor de ellas. El invisible poder de la palabra escrita es una luz sólida que nos ilumina y nos da fuerzas.

Previo a escribir: leer.

En una ocasión, en una conferencia, me atreví a realizar un decálogo propio en torno a los libros y la lectura. Creo que encaja aquí, como parte de esta teorización sobre la singularidad de la palabra escrita, el placer de leer como antesala de la virtud de escribir:

DECÁLOGO DE JORDI SIERRA I FABRA SOBRE LOS LIBROS Y LA LECTURA

1.     El libro, lo mismo que el arte en general, ha de estar presente de forma natural y habitual en la vida de los jóvenes.

2.      El libro no es un patrimonio exclusivamente cultural, sino un elemento más de entretenimiento en un mundo abierto cada día a más opciones de ocio global.

3.      Un libro es como un disco, una película, un vídeo o un juego: pura evasión.

4.      La biblioteca es el mayor salón de juegos (gratuito) del mundo, y hay siempre una más o menos cerca de ti.

5.      Leer nos hace independientes, nos da personalidad, poder, fuerza, ideas propias, nos diferencia de los demás.

6.      Leer es la principal llave de esa puerta llamada libertad.

7.      Leer es la única droga que de verdad nos abre la mente, nos da luz y nos cambia.

8.      Al leer, al sentir, recordamos que estamos vivos, y que esto es un privilegio.

9.     Cuando el mundo intenta darnos alcance y asquearnos, leer es lo único que nos devuelve a nuestra condición humana.

10.                        Leer es como hacer el amor: estás tú y el libro, solos, compartiéndolo todo.

Si leer nos hace formar parte de una realidad global, en la misma medida las personas que escriben necesitan hacerlo para sentirse vivas.

Así pues, ¿por qué escribir? ¿Para vivir? ¿Para comunicarnos? ¿Para saber que existimos?

Haría falta un libro entero para hablar de ello, y no hay tiempo ni espacio para tanta elucubración, sobre todo si el que escribe la respuesta es un loco, un apasionado, un enfermo de la escritura, como es mi caso. Una de mis frases más conocidas dice: «Escribir es el orgasmo continuo», y con esto creo que todo queda dicho.

Hasta 2006 he escrito más de trescientos libros, de todos los géneros(para 2024 van más de 550, el hombre no para nunca), y he ganado premios literarios en muchos de ellos, desde la ciencia ficción al thriller político y desde el



 

 

 

 

 

 

sábado, 6 de enero de 2024

Apuntes para una teoría del cuento - Julio César Londoño

Apuntes para una teoría del cuento

Julio César Londoño
05 de enero de 2024 - 09:05 p. m.


Julio César Londoño

Imagen tomada del Twitter del autor

https://twitter.com/julioclondono







Tomado de: https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/julio-cesar-londono/apuntes-para-una-teoria-del-cuento/

El cuento admite varias definiciones. La definición camorrera sostiene que un cuento es una novela libre de ripios. Con argentino aplomo, Cortázar dijo que el cuento era una narración de 20 páginas máximo. Poe lo practicó como una máquina de horrores cuyo eje es la tensión. Si sumamos estas definiciones concluimos que el cuento es un relato breve cuyo protagonista es el argumento y su alma es la tensión.

 

Nota. No existe el género relato. Relato significa relación de sucesos. Es una etiqueta que abarca la novela, el cuento, el drama, la cuentería, la anécdota y el chisme.

 

Los maestros advierten que el cuento puede partir de una anécdota pero tiene la obligación de editarla, complicarla y llevarla a las alturas del arte y la ficción.

Ejemplo de anécdota: un padre abofetea a su hijo de siete años delante de sus amigos. El niño llora y piensa: voy a matar a este viejo marica. Luego el padre se arrepiente, lo abraza, le pide perdón, el niño sonríe y lo perdona. Fin de la anécdota.

 

Ejemplo de cuento. Un padre le pega a su hijo. El hijo llora y se promete: lo mataré. Pero luego se reconcilian. Se abrazan. El hijo sonríe amorosamente y piensa: voy a matar a este viejo marica. Lo envenenaré. En este momento el relato trasciende la anécdota y alcanza las alturas del cuento.

 

Es difícil distinguir un cuento realista de una crónica porque solo los diferencia el hecho de que “la crónica es un cuento que es verdad” (GGM). Pero los buenos lectores intuyen la diferencia. La huelen en la sonrisa de ese niño súbitamente asesino, o en un guiño intertextual, o en el filo de la prosa, o en la aparición de un narrador omnisciente, ese superojo que es patrimonio exclusivo de la ficción.

 También es moderno el concepto de “literatura fantástica”. El mundo medieval era tan delirante que nadie pensaba que las brujas, los dioses, los magos y los dragones fueran criaturas fantásticas. Los dioses y los dragones pertenecían al más rancio costumbrismo. Es entre los siglos XV y XVI, cuando los dioses pierden terreno y el escepticismo empieza a sospechar de todo, que se acuña la expresión “literatura fantástica”.

 

El deber de la crónica es la verdad. Al cuento solo le pedimos verosimilitud. Para gozar y sufrir las mentiras de la ficción, exigimos que sean creíbles, verosímiles. Para lograrlo, el cuentista echa mano de un testigo serio: un escéptico, un gato, un espejo. Supongamos que el autor quiere convencernos de que hay un fantasma en la alcoba del protagonista. Entonces recurre a la declaración de un testigo escéptico, uno que no cree en fantasmas, como en Otra vuelta de tuerca de Henry James. O nos muestra un gato erizado, prueba patente de que en la habitación hay una potencia sobrenatural, una entidad que solo el gato puede sentir. O recurre a la prueba del espejo: todos vemos al conde Drácula pero los espejos no lo reflejan, y esto es suficiente para crisparnos el alma. Esa no-imagen es más terrible que sus colmillos, su lujuria y su sed roja.

 

Los enemigos del cuento son la cantaleta moral, la corrección política, los excesos líricos y la erudición. También es grave subestimar la inteligencia y la credulidad del lector.

 

P. S. Desde el último sábado de enero estudiaremos el cuento y otros géneros (la crónica, la crítica literaria, el ensayo de divulgación científica y la poesía) en mi taller virtual de escritura, un foro que inventé para descubrir con los alumnos las posibilidades de ese viejo y querido instrumento, la lengua española.

Mas articulos del autor J.C.Londoño:

https://decalogosliterarios.blogspot.com/search/label/Julio%20C%C3%A9sar%20Londo%C3%B1o