JORDI SIERRA
I FABRA nació en Barcelona el 26 de julio de 1947.
Tuvo sus
primeras incursiones profesionales en la música, otra de sus grandes pasiones.
Fue uno de los fundadores del programa de la Cadena Ser "El Gran
Musical", y en 1970 abandonó los estudios para convertirse en comentarista
musical, lo que le permitió viajar por todo el mundo con grupos y artistas del
momento para cubrir sus actuaciones y escribir reportajes.
En 1981
logró el Premio Gran Angular de literatura juvenil por El cazador, y repitió
dos años más tarde con ...En un lugar llamado tierra. Volvió a hacerse con él
en 1990 por El último set. A lo largo de su carrera ha obtenido cuantiosos
galardones, como el Premio El Barco de Vapor de literatura infantil (2010), el
Ateneo de Sevilla en 1979, Premio Edebé de Literatura Infantil (1993) y el de
Literatura Juvenil (2006), el Premio A la Orilla del Viento de México (1999) y
el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2007 y el Premio
Cervantes Chico en 2011, entre otros muchos.
Ha impartido
numerosas charlas sobre literatura infantil y juvenil, ocupación que sigue
desarrollando aún hoy en centros de enseñanzas, bibliotecas y otras
instituciones de España e Hispanoamérica. Cuenta con la Fundación Jordi Sierra
i Fabra, creada en pos del fomento de la lectura y de la escritura entre los
más jóvenes, la cual, desde 2006, entrega el premio literario que lleva su
nombre para jóvenes escritores.
Sus obras se
sumaron una tras otra, al igual que los reconocimientos que ha cosechado a lo
largo de su carrera. Algunos de sus libros han sido adaptados al teatro y al
cine, y es uno de los autores más vendidos en nuestro idioma. Entre sus
trabajos también encontramos numerosas biografías de artistas internacionales
de rock, como John Lennon, Michael Jackson, Bob Dylan, The Beatles o Rolling
Stones.
De su libro
de escritura creativa, LA PAGINA ESCRITA tomamos el siguiente decálogo:
Un buen
libro puede cambiar la vida de las personas.
Esta es la
razón de que un buen libro pueda cambiar la vida de las personas. A todos nos
ha marcado una obra a lo largo de nuestra vida, y por lo general esto sucede, y
con plenitud de fuerza, en la adolescencia. En el otro extremo, leemos por
ocio, por entretenimiento y evasión, para vivir aventuras, ser astronautas o
piratas, excelsos amantes o viajeros apasionados. Necesitamos nutrir el
espíritu y reforzar el alma, o puede que sea al revés. Da lo mismo. La persona
que no lee está muerta en vida, ausente y coja, perdida de referencias. Todos
necesitamos muletas para movernos por la vida, a la edad que sea. Leer es la
mejor de ellas. El invisible poder de la palabra escrita es una luz sólida que
nos ilumina y nos da fuerzas.
Previo a
escribir: leer.
En una
ocasión, en una conferencia, me atreví a realizar un decálogo propio en torno a
los libros y la lectura. Creo que encaja aquí, como parte de esta teorización
sobre la singularidad de la palabra escrita, el placer de leer como antesala de
la virtud de escribir:
DECÁLOGO DE
JORDI SIERRA I FABRA SOBRE LOS LIBROS Y LA LECTURA
1.
El
libro, lo mismo que el arte en general, ha de estar presente de forma natural y
habitual en la vida de los jóvenes.
2.
El libro no es un patrimonio exclusivamente
cultural, sino un elemento más de entretenimiento en un mundo abierto cada día
a más opciones de ocio global.
3.
Un libro es como un disco, una película, un
vídeo o un juego: pura evasión.
4.
La biblioteca es el mayor salón de juegos
(gratuito) del mundo, y hay siempre una más o menos cerca de ti.
5.
Leer nos hace independientes, nos da
personalidad, poder, fuerza, ideas propias, nos diferencia de los demás.
6.
Leer es la principal llave de esa puerta
llamada libertad.
7.
Leer es la única droga que de verdad nos abre
la mente, nos da luz y nos cambia.
8.
Al leer, al sentir, recordamos que estamos
vivos, y que esto es un privilegio.
9.
Cuando
el mundo intenta darnos alcance y asquearnos, leer es lo único que nos devuelve
a nuestra condición humana.
10.
Leer es como hacer el amor: estás tú y el
libro, solos, compartiéndolo todo.
Si leer nos
hace formar parte de una realidad global, en la misma medida las personas que
escriben necesitan hacerlo para sentirse vivas.
Así pues,
¿por qué escribir? ¿Para vivir? ¿Para comunicarnos? ¿Para saber que existimos?
Haría falta
un libro entero para hablar de ello, y no hay tiempo ni espacio para tanta
elucubración, sobre todo si el que escribe la respuesta es un loco, un
apasionado, un enfermo de la escritura, como es mi caso. Una de mis frases más
conocidas dice: «Escribir es el orgasmo continuo», y con esto creo que todo
queda dicho.
Hasta 2006 he
escrito más de trescientos libros, de todos los géneros(para 2024 van más de
550, el hombre no para nunca), y he ganado premios literarios en muchos de
ellos, desde la ciencia ficción al thriller político y desde el