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jueves, 23 de octubre de 2014

DIEZ CONSEJOS PRÁCTICOS Ricard de la Casa

DIEZ CONSEJOS PRÁCTICOS

 Ricard de la Casa

¿Siente usted la necesidad de escribir? ¿De volcar fuera todo aquello que tiene dentro? Aquí tiene unos cuantos consejos que podrán, sin duda, ayudarle.

1. Escribir, escribir y escribir

Uno puede estudiar todo lo que quiera, asistir a tantos Workshops como desee, pero no hay mejor ejercicio para progresar que escribir. Nada puede sustituirlo. Sólo escribiendo podrá analizar sus virtudes y errores, sólo así podrá desentrañar su estilo, sólo así aflorará lo mejor de usted.

2. Temas (El concepto de la página vacía)
Enfrentarse a una página en blanco es un error, deberíamos tener ideas a punto de desarrollar.
Aunque escribir es también costumbre y método, es bueno que nuestra mente este siempre en movimiento, creando mientras caminamos, comemos, es decir mientras vivimos debemos engendrar en nuestro interior para después volcarlo al exterior. Para ello...
- Observe el mundo, todo es interesante, todo tiene una belleza intrínseca. Sólo debemos acostumbrarnos a tener una mente que lo capte.
- Todo lo cotidiano que nos rodea es susceptible de ser tomado por nosotros. Las personas, las situaciones, las palabras, los colores.
- Y finalmente recuerde que no hay condiciones. Ser escritor significa ser libre y por lo tanto puede investigar, elucubrar, probar tanto como quiera, nuestro único límite es nuestra mente.


3. Luchar contra el yo interior que no desea escribir.
No se martirice pensando que usted es el único al que le cuesta escribir. A todos (o a casi todos) nos cuesta. Para ello nada mejor que...
-Sistematizar el trabajo, es la mejor manera de avanzar en todos nuestros proyectos creativos.
Así se acostumbrará a unas rutinas que le ayudarán a escribir como quien conduce, casi sin pensar estará escribiendo en su ordenador.
- Quedar con amigos para leer lo escrito. Es una manera de que exista una obligación y eso le ayudará a plantearse más seriamente la necesidad de escribir.
- Premiarse a si mismo después de escribir. Es una manera magnífica de hacer las cosas. Escoja algo que le guste especialmente.

4. Olvidarse de revisar constantemente
Ya tendrá tiempo para eso. Revisar es interrumpir el proceso creativo. No se ponga a revisar sin más. Sólo hágalo cuando haya concluido el capítulo o escena (y ni eso, si siente que todo bulle en su cabeza, no abandone por nada ni por nadie), o también cuando va a iniciar una nueva sesión. En ese caso revisar las páginas anteriores puede ayudarle a preparar su cuerpo y su mente para una nueva sesión, justo colocarle con el ánimo adecuado para proseguir la narración. Abandone simplemente la revisión en cuanto sienta de forma incontenible que la mente se le dispara y los dedos buscan el teclado con fruición. Esa es una sensación maravillosa.

5. Construir el edificio por partes.
No quiera empezar la obra sin más. Toda gran obra tiene detrás un trabajo importante, gestando los personajes, ligando tramas, preparando conflictos. Estudie primero las escenas necesarias para desarrollar el argumento general. Algunos escritores parecen que simplemente se sientan y empiezan a escribir, en realidad tienen detrás mucha experiencia, tienen todo pensado en su cabeza y sólo deben pasarlo a papel (y desarrollarlo por supuesto). Lo mejor es preparar las escenas necesarias (lo que ocurre en cada una de ellas), tener definidos los personajes y los conflictos, es decir tener la estructura del edificio, sólo entonces podemos empezar realmente a escribir nuestra historia.

6. No creernos que somos unos genios ni unos desastres. Aunque también los hay, eso no va, desde luego, con nosotros, así que podemos y debemos trabajar para conseguir aquello que queremos. Necesitamos un poco de paciencia, perseverancia, un poco de gusto, pero todo eso lo podemos adquirir. Sólo hay una cosa que no la podemos substituir, pero eso ya lo tiene, sino no estaría leyendo esto: ganas de escribir.

7. No utilizar la escritura para ser más interesantes a los ojos de la gente.
La gente utiliza todo tipo de artimañas para llamar la atención de los demás, para sentirse importante. Usted es libre de utilizar este método para ello, pero hay otros mucho más sencillos y tan buenos como este, menos costosos y retorcidos. Pero si lo hace por eso y luego resulta que usted es un gran escritor ¡bienvenido sea!

8. Detalles reales, nunca personajes reales Parece una contradicción y lo es. Pero existe una respuesta. Los detalles no tienen personalidad propia, no tienen vida, en cambio las personas si, y pueden variar, alejándolo de su personaje y usted se encontrará en un dilema, o puede no tenerlo a mano cuando lo necesite o le interese.
Es más sencillo tomar detalles de aquí y de allí y construir sus propios personajes. Le garantizo que en pocas páginas cobrarán vida propia en su mente y estarán tan vivos como los que deambulan a su alrededor y todo eso con una enorme ventaja: ¡No le demandarán en los tribunales por utilizar su imagen!

9. No decir que un personaje esta triste ¡Muéstrelo!
Hay que dar alas a los lectores para que sean ellos los que imaginen que está ocurriendo. Esa es una regla básica, nunca diga que emociones tienen los personajes, muéstrelos a través del diálogo, de los gestos, de su comportamiento. Lo otro sería empobrecer el texto, acotar la imaginación del lector.

10. Haga que las obsesiones trabajen para usted.
Todos tenemos problemas, todos tenemos obsesiones, manías. Una buena manera de trabajar es conseguir que todo esto trabaje a nuestro favor y no al contrario. Sepa sacar partido de todo aquello que le afecta y vuélquelo en forma de experiencia a su obra. Seguro que la enriquecerá.

11. No escribir la Opera Prima de nuestra vida en primer lugar.
¿Dije 10 consejos? Aquí aplico el segundo consejo. Me salto a la torera la necesidad de acabar en el punto anterior sí creo que vale la pena hacerlo ¿tengo razón? Usted me lo dirá. Nunca debería de enfrentarse al papel (es una posición incómoda), sino tomarlo como un amigo en el que se vuelcan las confidencias, pero sobre todo no debe tomarse como si uno fuera a escribir la octava maravilla del mundo. Todo llegará y ya habrá tiempo para enfrentarse a esa obsesión, aplique el consejo 10 y deje que de momento eso le enriquezca y no se plantee nada muy largo, ni muy grande, ni muy importante. Sólo después de que haya acabado, la haya revisado valórela en su justa medida.

12. Mantenerse en forma.
Alimente su espíritu. Dele de comer (como a su estómago). Véase son los amigos y charle de sus obras y de las de ellos, asista a tertulias, acuda a congresos, conferencias, reuniones. En definitiva enriquézcase como una forma más de mantener y acrecentar una mente despierta y creativa. No deje que el mundo le venza. Y sobre todo escriba, escriba y escriba.
Tomado de:


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