DECALOGOS DE TALLER LITERARIO
Emilio Alberto Restrepo
Aunque
es frecuente que los opositores al modelo de los decálogos los desdeñen por
considerarlos un cúmulo de obviedades(muchas veces lo son) o una recopilación
de lugares comunes repetidos hasta la saciedad(y eso en parte explica su
relativo desprestigio entre intelectuales o puristas), es evidente que los
escritores en formación pueden sacar provecho de ellos si los decantan y los
aplican con la única herramienta que no tiene discusión: el sentido común.
Hay
que afrontarlos con una dosis equilibrada de entusiasmo y desconfianza, hay que
atreverse a deconstruirlos y replantearlos, no se pueden aplicar como una
plantilla rígida e inamovible.
Estos
ejercicios surgieron en una reunión convocada para hablar de novela urbana, haciendo énfasis en el
conflicto y el valor de un buen antagonista que jalone la acción.
Presentamos
lo discutido en plenaria, a manera de decálogos (arbitrarios e incompletos,
como suelen ser)
Propuesta # 2: decálogo del villano perfecto en literatura, partimos de la premisa de que “a mejor malo, mejor historia”, haciendo énfasis en la importancia del antagonista para generar un conflicto potente y una historia más interesante
1.
Tener una motivación clara: Es importante que el
villano tenga una motivación contundente y comprensible para sus acciones
malvadas, para que el lector pueda entender por qué actúa de esa manera. EJ:
robar un cuadro, coronar una estafa, atracar un banco, engañar una viuda,
etc. El objetivo del villano no deja
dudas y desestabiliza un orden establecido.
2.
Ser un desafío para el héroe: El villano debe ser un
desafío para el héroe, tanto física como psicológicamente, para generar un
conflicto potente y emocionante. Lo debe sacudir, asustar y confrontar. Lo saca
de su zona de confort. Le roba la tranquilidad y se le puede volver una
obsesión. El protagonista se siente incómodo, le teme o lo irrita, en todo caso
se le convierte en un objetivo que tiene que alcanzar, una motivación a la que
se tiene que oponer con todo su entusiasmo, entendiendo desde el principio que
no es tarea fácil
3.
Tener suficiente profundidad: El villano debe tener
una suficiente profundidad como personaje, con un pasado, metas y deseos, para
que el lector pueda entenderlo y relacionarse con él. Eso evita los personajes
planos, insaboros o caricaturizados que generan mas patetismo que adherencia.
4.
Tener una personalidad compleja: El villano debe tener
una personalidad compleja, con una mezcla de virtudes y defectos, para que el
lector no lo vea como un personaje unidimensional. No hay tonos absolutos de
blanco y negro. En medio de su ambición y su perversidad, puede mostrar rasgos
de nobleza, sensibilidad o solidaridad con los suyos. Pero lo dominante, es su
rasgo de una maldad que no deje dudas
5.
Ser una amenaza creíble: El villano debe ser una
amenaza creíble, con poder y recursos suficientes y lógicos para desafiar al
héroe. Nada de ases sacados de la manga en el ultimo momento, o “deux ex
machina” traídos de los cabellos o gemelos aparecidos al final o sueños que
resuelven la acción. Ante todo, tener
una coherencia que lleve a una adecuada “supresión de la incredulidad”.
Por ejemplo, no salir con un truco de magia para coronar la acción, si durante
toda la trama no se sembraron los indicios de que era mago. Hay que tener un
pacto respetuoso con el lector, unas reglas del juego.
6.
Tener una planificación cuidadosa: El villano debe
tener una planificación cuidadosa y estratégica para sus acciones malvadas,
para que el lector pueda apreciar su inteligencia y astucia. La historia debe ser contada con
verosimilitud, con detalles que alimenten la credibilidad y que el paso a paso
de su plan en la historia se fije en la mente del lector sin generar dudas ni
desconfianza
7.
Tener una relación interesante con el héroe: La
relación entre el villano y el héroe debe ser interesante y compleja, con una
historia pasada o un vínculo emocional que los conecte. De cada encuentro deben
salir chispas, diálogos ingeniosos, rabias no resueltas, promesas de desafíos
que se deben resolver mas adelante. Nunca dejar cabos sueltos
8.
Tener una evolución: El villano debe tener una
transformación a lo largo de la historia, tanto en sus motivaciones como en sus
acciones, para que el lector pueda ver su desarrollo como personaje. En los
textos y en los guiones, es importante dejar clara la transfiguración del
personaje. De pronto los únicos que no mutan son los superhéroes o James Bond,
que siempre son los mismos, pero en el resto, el personaje debe sufrir una
transfiguración a la vista del lector. Los personajes planos, o inamovibles o
blindados dejan poca huella y mínima adherencia.
9.
Tener una presencia impactante: El villano debe tener
una presencia llamativa, ya sea física o de personalidad, para que el lector se
acuerde de él. Algo lo debe caracterizar, una o más características lo hacen distinto, reconocible,
temido.
10.Tener un final satisfactorio: El
final del villano debe ser satisfactorio, ya sea un castigo justo o un cambio
de personalidad, para que el lector pueda cerrar su historia de una manera
adecuada. No hay una formula rígida de ganar o perder, lo importante es lograr
giros de tuerca eficaces, y que no queden cabos sueltos. Decidir si se dejan
aspectos en punta para futuras historia o confección de zaga, pero el elemento
central de la historia que ocupa la atención debe quedar cerrado.
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