Acerca del oficio de
escribir (varios autores) |
(...) Soy un artesano, necesito trabajar con las manos. Me gustaría tallar mis novelas en madera. Mis personajes... me gustaría que fueran más densos, más tridimensionales. Y me gustaría hacer un hombre tal que todos los otros, al mirarlo, encontraran en él sus propios problemas.
George
Simenon
Mi
vida está clarísima. Me resulta totalmente claro que tengo que
hacer mi trabajo; todo lo que estorba ese trabajo, lo elimino, todo
lo que lo favorece me interesa. Osea, que, por una vez, las cosas son
muy fáciles.
Thomas
Bernhard
Escribir
es un acto de amor. Si no lo es, sólo es escritura. Consiste en
obedecer al mecanismo de las plantas y los árboles y en proyectar
esperma a gran distancia en derredor nuestro. El lujo está en lo que
se pierde. Esto fecunda; aquello cae a un lado.
Jean
Cocteau
El
oficio o arte de escribir es el torpe intento de encontrar simbolos
para lo inexpresable. En soledad absoluta, un escitor intenta
explicar lo inexplicable. Y a veces, si tiene mucha suerte y el
momento es el adecuado, una pequeña porción de lo que intenta hacer
se escurre hacia la realización, pero no mucho. Y si es un escritor
con suficiente discernimiento como para saber que es imposible
hacerlo, entonces no es un escritor.
John
Steinbeck
Hay
entre los marinos aquellos que descubren nuevos mundos, que añaden
tierras y estrellas a las estrellas: estos son los maestros, los
eternamente espléndidos. luego están los que vomitan el terror
desde las partes de sus navios, los que capturan, enriquecen y
engordan. Algunos zarpan en pos de oro y seda bajo otros cielos,
otros sólo pretenden atrapar en sus redes salmones para los gourmets
y bacalao para los pobres. Yo soy el oscuro y paciente pescador de
perlas que se zambulle hasta las profundidades y emerge con las manos
vacias y la cara azul. Cierta atracción fatal me conduce hacia los
abismos del pensamiento, hasta el fondo de unas simas interiores que,
para los fuertes, jamás se agotan. Me pasaré la vida mirando el
oceano del arte en el que otros navegan y combaten, y a veces me
divertiré yendo a buscar al fondo del mar conchas verdes o amarillas
que los demás desprecian. de modo que las guardaré para mi y
cubriré con ellas las paredes de mi choza.
Gustave
Flaubert
(...)
nací para escribir. La palabra es mi dominio sobre el mundo. Tuve
desde la infancia varias vocaciones que me llamaban ardientemente.
Una de las vocaciones era escribir. Y no sé por qué, fué
esta la que seguí. Tal vez porque para las otras vocaciones
necesitaría un largo aprendizaje, mientras que para escribir el
aprendizaje es la propia vida viviéndose en nosotros y nuestro
alrededor. Es que no sé estudiar. Y, para escribir, el único
estudio es justamente escribir. Me adiestré desde los siete años
para tener un dia la lengua en mi poder. Y no obstante, cada vez que
voy a escribir, es como si fuera la primera vez. Cada libro mío es
un estreno penoso y feliz. Esa capacidad de renovarme toda, a medida
que el tiempo pasa, es lo que yo llamo vivir y escribir.
Clarice
Lispector
Cuando
el trabajo no marcha bien, no hay vida más miserable que la de un
escritor. Pero cuando marcha bien, cuando la iluminación ha puesto
en foco una obra de modo que ésta crece limpidamente y fluye, no
existe felicidad comparable.
Carson
McCullers
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(...)
podría decir que (al escribir) sucede lo mismo que cuando uno se
enamora. De pronto uno necesita escribir. Uno se enamora y no sabe
por qué.
Ernesto
Sábato
No
creo que nadie pueda elaborar un estilo de forma consciente (...) es
algo como ¿sueña usted conscientemente? No sabemos gran cosa acerca
de estos procesos. creo que escribir lo hace crecer a uno y uno hace
crecer lo que escribe, y finalmente se obtiene una amalgama de todo
lo que se ha robado y un nuevo tipo de personalidad que es el de uno,
entonces uno puede pagar esa deuda con unos pocos intereses, que es
la única cosa honorable que puede hacer un escritor...por lo menos
un escritor que es un ladrón como yo.
Lawrence
Durrell
Hay
que estar un poco loco para escribir una gran novela. hay que
estar dispuesto a permitir que las partes más oscuras, remotas y
secretas de uno mismo se impongan alguna que otra vez (...) De todas
las cualidades de la ficción literaria, la intervención de lo
insólito es la única que no se puede disimular.
Si pudiera explicar exactamente lo que pretendo decir, probablemente conseguiría lo que en mi opinión nadie ha logrado aún: descubrir el origen mismo del proceso creativo. (...) La mente se abre de forma aparentemente inexplicable y uno sale del mundo. Y sabe que ha estado ausente gracias a las palabras que encuentra en la página al volver (...) El acto de escribir exige cierto grado de trance: el escritor tiene que arrancar del ámbito de la no existencia a un personaje o una escena, y enfocar dicha escena es su imaginación hasta conseguir verla con tanta claridad como, en otro estado, vería ante él la máquina de escribir (...)
Si pudiera explicar exactamente lo que pretendo decir, probablemente conseguiría lo que en mi opinión nadie ha logrado aún: descubrir el origen mismo del proceso creativo. (...) La mente se abre de forma aparentemente inexplicable y uno sale del mundo. Y sabe que ha estado ausente gracias a las palabras que encuentra en la página al volver (...) El acto de escribir exige cierto grado de trance: el escritor tiene que arrancar del ámbito de la no existencia a un personaje o una escena, y enfocar dicha escena es su imaginación hasta conseguir verla con tanta claridad como, en otro estado, vería ante él la máquina de escribir (...)
John
Gardner
(...)
Esto nos lleva al problema de las ideas en relación con la
ficciones, problema qu eme ha preocupado durante toda mi vida
literaria. Aludí ante a lo que puede llamarse el "pensamiento
mágico" del escritor. Hay dos momentos en su trabajo: en el
primero -no me refiero a lo temporal sino a lo esencial-, se sume en
las profundidades del ser, se entrega a las potencias de la magia y
del sueño recorriendo para atrás los territorios que lo retrotraen
a la infancia y a las inmemoriales de la especie, allí donde reinan
los instintos básicos de la vida y de la muerte, donde el sexo, el
incesto y el parricidio mueven sus fantasmas; es donde el artista
encuentra los grandes temas de su creación. luego, a diferencia del
sueño, en que angustiosamente se ve obligado a permanecer en esas
regiones antiguas y monstruosas, el artista retorna al mundo de la
luz, momento en que los materiales son elaborados, con todas las
facultades del creador, no ya hombre arcaico, sino hombre de hoy,
lector de libros, receptor de ideas, con prejuicios ideológicos, con
posición política y social.
Ernesto
Sábato
Durante
el proceso creativo parecen existir dos momentos: uno anterior al
mismo acto de escribir, elaborado de forma consciente; ese momento
para el que todos los escritores necesitan una metáfora: el pozo, el
acto amoroso, la semilla en la tierra; y un segundo momento, el
momento de las palabras, más racional, más "explicable",
pero que yambién parece ser más doloroso y frustrante para el
escritor, que pierde una gran parte de ese material en el intento de
racionalizarlo. Quizá porque las palabras no sirven sino para
esbozar aquello que sentimos, sion sólo un pedazo de tierra
emergente sobre un continente hundido.
Ana
Ayuso
Tomado de:
http://dreamers.com/manuscritos/docs/manuales/manual011.htm
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