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martes, 4 de noviembre de 2014

5 consejos para escritores principiantes Marcelo di Marco

5 consejos para escritores principiantes 
Marcelo di Marco

A riesgo de sonar sentencioso, les paso cinco premisas que pueden ayudarlos enormemente a lograr esa fluidez que va de la mano de la claridad:

1. Lean siempre en voz alta sus textos, como si estuvieran ante un público. Cada vez que hagan una modificación, relean todo lo hecho, siempre en voz alta y desde el párrafo previo. Eso los ayudará a ver cómo suena el texto, si tiene rimas indeseables o no. Esta es la más importante de las pautas, por eso la pongo en primer lugar. Si les da vergüenza leer en voz alta, aunque estén solos, piensen que están persiguiendo un fin noble y repriman de ese modo la vergüenza. Si hay gente alrededor, que tampoco les importe leer en voz alta: todo el mundo sabe que los escritores estamos más que limados. Y no lean como si estuviesen ante la guía telefónica; se trata de un texto suyo, y como tal convendría respetarlo.

2. Desconfíen de frases en las que hayan puesto más de dos comas. Posiblemente tengan un problema de puntuación. El uso de la coma es el más arbitrario respecto de otros signos; de ahí que existan tantos problemas a la hora de puntuar. Y además el uso indebido de la coma —o el no uso— puede llegar a cambiar el sentido de lo que uno quiso expresar. No es lo mismo decir “Los soldados, que fueron heridos, recibieron atención médica” que “Los soldados que fueron heridos recibieron atención médica”.

3. Pongan siempre al final de la frase lo que quieran destacar como más importante. Lo último que digan es lo que al lector le quedará más. No es lo mismo escribir “Rosita fue asesinada por la noche” que “Por la noche, fue asesinada Rosita”. En el primer caso, el escritor puso el acento en el momento del día en que fue asesinada Rosita.

4. Desconfíen asimismo de frases que tengan más de treinta palabras. Frases con más de treinta palabras ponen a prueba la capacidad respiratoria del lector, el significado que expresan se empieza a confundir, y los nexos subordinantes a agotarse. En boca cerrada no entran moscas. Miren la diferencia, ya que estamos: “Desconfíen asimismo de frases que tengan más de treinta palabras, pues frases con más de treinta palabras ponen a prueba la capacidad respiratoria del lector, el significado que expresan se empieza a confundir, y los nexos subordinantes a agotarse… y nos hacen recordar que en boca cerrada no entran moscas”. ¡Un pulmotor para la mesa cuatro, por favor!

5. No se hagan los artistas. Escriban siempre con frases claras y sencillas. El mundo está harto de retórica. He dicho.


Nota: Recomiendo seguir el Taller virtual de Escritura,  Taller de Corte y Corrección, de Marcelo Di Marco en: 

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