"ESCOLIOS" DE NICOLAS GOMEZ DAVILA SOBRE EL
ARTE, LA LITERATURA Y LA CREACION
El pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila recogió en sus Escolios (comentarios breves a manera de aforismos) pensamientos propios y originales sobre las diferentes ramas del conocimiento, condensando de forma magistral sus posturas ante los asuntos más diversos. Cada frase tiene una contundencia que abruma, nada en ellas sobra ni falta y reproduce de manera rotunda y redonda lo que otros autores dijeron en tratados con cientos de páginas. Con la elegancia y el sarcasmo de Wilde, con la vivacidad de Shakespeare, con la erudición de Borges, lanzó máximas que golpean como una almadana sobre la ignorancia y la estulticia. Si bien nunca fueron recogidas en decálogos, cada cita es una sentencia sobre el arte, la creación, la cultura. Los invito a que las degusten. Un verdadero alimento para el espíritu. Creo que tiene mucho que enseñarle a tantos twiteros que pretenden ser ingeniosos. Es demoledor...
—«Gran
escritor no es el que carece de defectos, sino el que logra que sus defectos no
importen».
—«El artista
auténtico trabaja con mentalidad de artesano».
—«Artista
clásico es el que prefiere la perfección a la originalidad».
—«La
originalidad no es algo que se busque, sino algo que se encuentra».
—«El
escritor bien educado trata de ser claro. Pero no achaquemos siempre nuestra
ineptitud a su mala educación. Explicar, en vez de aludir, supone desprecio al
lector».
—«El
escritor bien educado trata de limitarse a lo necesario».
—«Al texto
que dejamos reposar se le desprenden solas las palabras sobrantes».
—«El poeta
mediocre inventa sus símbolos. El gran poeta los descubre».
—«El tema
del escritor auténtico son sus problemas; el del espurio, los de sus lectores».
—«Cuando la
frase y su sentido pueden divorciarse, el escritor ha fracasado».
—«El
escritor pierde un mes de indulgencias por cada palabra sobrante».
—«Una
pudibundez ridícula no le permite hoy al escritor inteligente tratar sino temas
obscenos. Pero ya que aprendió a no avergonzarse de nada, no debería
avergonzarse de los sentimientos decentes».
—«Sin
dignidad, sin sobriedad, sin modales finos, no hay prosa que satisfaga
plenamente. Al libro que leemos no le pedimos sólo talento, sino también buena
educación».
—«La
literatura toda es contemporánea para el lector que sabe leer».
—«Un poco de
polvo sobre un texto ahuyenta al lector común. Como si un soplo de inteligencia
no dejara el mármol limpio».
—«Pocos
lectores saben leer sin sentirse vigilados por las modas literarias de su
tiempo».
—«La
literatura contemporánea, en cualquier época, es el peor enemigo de la cultura.
El tiempo limitado del lector se gasta en leer mil libros mediocres que embotan
su sentido crítico y lesionan su sensibilidad literaria».
—«Tal vez no
haya necedad parecida a la de pasar la vida leyendo a escritores mediocres
porque son nuestros contemporáneos».
—«Con la
corrupción del escritor pululan libros malos, con la del lector mueren los
buenos».
—«La
mediocridad inevitable de lo que se escribe es más explicable que la evitable
mediocridad de lo que se lee».
—«En la
intimidad de la lectura el gran escritor no parece limitarnos, sino
completarnos».
—«La lectura
es droga insuperable, porque más que a la mediocridad de nuestras vidas nos
permite escapar a la mediocridad de nuestras almas».
—«Sólo
debemos leer para descubrir lo que debemos releer eternamente».
—«Aprender a
leer es descubrir que se debe perpetuamente releer».
—«Sólo se
puede releer al que sugiere más de lo que expresa».
—«Tradición,
propaganda, casualidad o consejo, escogen nuestras lecturas. Nosotros sólo
escogemos lo que releemos».
—«Releer entierra
con frecuencia, y rara vez resucita».
—«El
escritor indiferente a la popularidad no pretende ser contemporáneo de los
escritores de su tiempo, sino de los escritores que admira».
—«El
escritor neto, en cualquier época en que viva, no se preocupa en pertenecer a
la literatura contemporánea. Para el verdadero escritor literatura
contemporánea es la que él hace».
—«No hay que
escribir para tener lectores sino como si fuéramos a tener lector».
—«Para
escribir bien hay que decidirse a desbordar con tacto el diccionario del idioma
en el cual escribimos».
—«La frase
perfecta es la que logra con menos gestos señalar más rumbos».
—«El
auténtico escritor no busca la perfección por vanidad, sino por cortesía con el
lector».
—«El que
anhela influir es prolijo. La brevedad es indicio de respeto al lector».
—«El
escritor capaz de ver con claridad lo concreto circula ileso entre las ideas
estúpidas».
—«Clásico es
el escritor a quien le basta nombrar el objeto para hacérnoslo ver».
—«Mientras
menos adjetivos gastemos, más difícil mentir».
—«Al que
dibuja el mapa del mundo, el mundo se le suele volver mapa».
—«Los
críticos patriotas les inventan genios a las literaturas pobres. Nada daña más
el gusto que el patriotismo».
—«Las frases
son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector. El diámetro de
las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque».
—«Algunos
intentamos escribir tan sólo para prolongar la vida cotidiana en vida
inteligente».
—«Los
grandes libros tienen cortesía de reyes magnánimos: acogen al lector como si
fuese su igual. El escritor mediocre trata de humillarnos para ocultar su baja
posición».
—«El que no
confronta su vida a través de los grandes textos la confronta a través de los
tópicos de su tiempo. Toda visión es conquista y no punto de partida; necesita,
por lo tanto, aliados».
—«No es
entre pequeños en donde nos sentimos grandes, es en la luz de los grandes en
donde nos sentimos crecer».
—«El texto
que admita paráfrasis es subalterno».
—«El viejo
libro inteligente no se torna nunca obsoleto, porque el nuevo libro inteligente
sólo vuelve explícitas ideas que implícitamente englobaba el libro viejo. La
inteligencia es paisaje cuya iluminación varía, pero cuyo relieve no cambia».
—«Las
grandes obras necesitan años para emerger del acervo de cadáveres literarios
que las asfixian».
—«El tiempo
destaca la desigualdad entre los libros con una implacable crueldad».
—«Leídos al
cabo de decenios, los libros buenos pueden aburrir, pero los malos no
divierten».
—«Mientras
los contemporáneos sólo leen con entusiasmo al optimista, la posteridad relee
con admiración al pesimista».
—«Sólo las
letras antiguas curan la sarna moderna».
—«Sólo en
los libros mismos de quienes las inventaron no envejecen las ideas».
—«En un
siglo donde los medios de publicidad divulgan infinitas tonterías, el hombre
culto no se define por lo que sabe sino por lo que ignora».
—«Hombre
culto es aquel para quien nada carece de interés y casi todo de importancia».
—«Lo que distingue
al hombre culto del inculto es su manera de ignorar».
—«La cultura
es básicamente el código de los buenos modales de la inteligencia».
—«Las
culturas se resecan cuando sus ingredientes religiosos se evaporan».
—«Frente a
la pluralidad de civilizaciones y culturas, no debemos ser ni relativistas, ni
absolutistas, sino jerarquizantes».
—«Los
“apóstoles de la cultura” acaban volviéndola negocio».
—«Los
mercaderes de objetos culturales no serían irritantes si no los vendieran con
retórica de apóstol».
—«El
prestigio de la “cultura” hace comer al tonto sin hambre».
—«El más
repulsivo y grotesco de los espectáculos es el de la superioridad de profesor
vivo sobre genio muerto».
—«El afán de
estar enterado es el disolvente de la cultura».
—«El bobo,
para ser perfecto, necesita ser algo culto».
—«La suerte
de toda causa se juega en dos tableros distintos: el de la razón, el del éxito.
No debemos confundirlos».
—«El tiempo
es menos temible porque mata que porque desenmascara».
—«El volumen
de aplausos no mide el valor de una idea. La doctrina imperante puede ser una
estupidez pomposa. Tan trivial reparo suele escapar, sin embargo, al espectador
amedrentado».
—«Increíble
que los honores enorgullezcan a quienes saben con quiénes los comparten».
—«Nada más
estúpido que desdeñar la estupidez cuando solicitamos sus aplausos».
—«El tumulto
en torno a una obra de arte no es hoy indicio de importancia estética, sino de
aprovechamiento político».
—«La
adjudicación de premios a escritores mediocres es ridícula, a grandes
escritores insolente».
—«Perfeccionemos
la insolencia de nuestras ideas».
—«Escribir
es la única manera de distanciarse del siglo en el que le cupo a uno nacer».
—«La
estética, como la historia, da verdades sin dar recetas».
—«La obra de
arte no resuelve sino problemas artísticos».
—«En arte no
puede haber herejías: el acierto estético es la ortodoxia».
—«Comunicación
o expresión no son fines, sino meramente medios, de la obra de arte».
—«La índole
de la obra de arte puede depender de condiciones sociales, pero su calidad
estética de nada depende».
—«Sobre la
calidad de una época nos informa su arte, no sus discursos».
—«Las
auténticas obras de arte estallan a espaldas de su tiempo, como proyectiles
olvidados en un campo de batalla».
—«Sin el
bien que encierra, como vestigio o como augurio, el mal es estéticamente
opaco».
—«La
literatura es el arte de devolver al vocablo significativo la función expresiva
del grito».
—«La
inteligencia literaria es la capacidad de pensar lo concreto».
—«La
literatura se deshonra cuando se propone influir en vez de entretener».
—«La palabra
no se nos concedió para expresar nuestra miseria, sino para transfigurarla».
—«El estilo
es el orden a que el hombre somete el caos».
—«Mantengamos
la confusión verbal entre estética y ética. Que lo feo signifique siempre algo
malo y malo algo feo».
—«La
estética no triunfa liberándose de los valores éticos, sino absorbiéndolos».
—«Aún cuando
se corrompe, el arte a la larga traiciona al diablo».
—«La
existencia de la obra de arte demuestra que el mundo tiene significado. Aunque
no diga cuál».
—«No es el
mensaje de la obra de arte, sino la existencia de lo estético, lo que tiene
significado trascendente».
—«Llaman
“fomentar la cultura” coronar a mediocres».
—«El talento
de un escritor no está en describir un personaje, un paisaje, una escena, sino
en hacernos creer que lo hizo».
—«La alusión
es la única manera de expresar lo íntimo sin adulterarlo».
—«El
escritor moderno olvida que tan sólo la alusión a los gestos del amor capta su
esencia».
—«La
descripción nada describe mientras no se desvanece en alusión».
—«La
descripción depende menos de epítetos y de metáforas que de ritmos y eufonía».
—«Al hablar
de un poeta es tonto insistir sobre sus poemas fracasados. Lo normal es que los
poemas fracasen. Un poeta no es más que sus triunfos».
—«De los
defectos de un gran escritor se debe hablar con respeto».
—«Los
críticos patriotas les inventan genios a las literaturas pobres. Nada daña más
el gusto que el patriotismo».
—«El pecado
mortal del crítico está en soñar secretamente que podría perfeccionar al
autor».
—«Una reseña
de literatura contemporánea nunca permite saber si el crítico cree vivir en
medio de genios o si prefiere no tener enemigos».
—«Entre dos
críticos literarios que dicen lo mismo, el uno puede parecernos ilegible y
estúpido, el otro delicioso y agudo. El arte de la crítica es inseparable de la
personalidad del crítico».
—«Crítico de
talento es ante todo el que despierta en su lector el deseo de leer, o de no
leer, el libro de que habla».
—«Al hallar
la fuente de una obra, el crítico literario cree descubrir su explicación,
cuando meramente tropieza contra su pretexto».
—«Críticas
de crítico viejo a nueva excelencia literaria no suelen ser pertinentes, pero
generalmente no son falsas».
—«El único
escritor del XVIII resucitado por la admiración de nuestros contemporáneos ha
sido Sade: Visitantes de un palacio no admiran más que las letrinas».
—«Deploremos
menos la obscenidad del novelista actual que su infortunio. Cuando el hombre se
vuelve insignificante, copular y defecar se vuelven actividades
significativas».
—«Lo que es
cambiante, variable, móvil, no es el gusto, sino el mal gusto».
—«La tarea
ineludible de la crítica, mañana, será el redescubrimiento del gusto».
—«La madurez
del espíritu comienza cuando dejamos de sentirnos encargados del mundo».
—«Ser joven
es temer que nos crean estúpidos; madurar es temer serlo».
—«Madurar no
consiste en renunciar a nuestros anhelos, sino en admitir que el mundo no está
obligado a colmarlos».
—«El primer
paso de la sabiduría está en admitir, con buen humor, que nuestras ideas no
tienen por qué interesar a nadie».
—«El escritor que no ha torturado sus frases tortura al lector».
—«Escribir sería fácil si la misma frase no pareciera alternativamente, según el día y la hora, mediocre y excelente».
—«Las frases son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector. El diámetro de las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque».
—«Escribir sería fácil si la misma frase no pareciera alternativamente, según el día y la hora, mediocre y excelente».
—«Las frases son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector. El diámetro de las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque».
—«Los
argumentos con que justificamos nuestra conducta suelen ser más estúpidos que
nuestra conducta misma. Es más llevadero ver vivir a los hombres que oírlos
opinar».
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