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domingo, 26 de octubre de 2014

"ESCOLIOS" DE NICOLAS GOMEZ DAVILA SOBRE EL ARTE, LA LITERATURA Y LA CREACION

"ESCOLIOS" DE NICOLAS GOMEZ DAVILA SOBRE EL 
ARTE, LA LITERATURA Y LA CREACION

El pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila recogió en sus Escolios (comentarios breves a manera de aforismos) pensamientos propios y originales sobre las diferentes ramas del conocimiento, condensando de forma magistral sus posturas ante los asuntos más diversos. Cada frase tiene una contundencia que abruma, nada en ellas sobra ni falta y reproduce de manera rotunda y redonda lo que otros autores dijeron en tratados con cientos de páginas. Con la elegancia y el sarcasmo de  Wilde, con la vivacidad de Shakespeare, con la erudición  de Borges, lanzó máximas que golpean como una almadana sobre la ignorancia y la estulticia. Si bien nunca fueron recogidas en decálogos, cada cita es una sentencia sobre el arte, la creación, la cultura. Los invito a que las degusten. Un verdadero alimento para el espíritu. Creo que tiene mucho que enseñarle a tantos twiteros que pretenden ser ingeniosos. Es demoledor...

—«Gran escritor no es el que carece de defectos, sino el que logra que sus defectos no importen».

—«El artista auténtico trabaja con mentalidad de artesano».

—«Artista clásico es el que prefiere la perfección a la originalidad».

—«La originalidad no es algo que se busque, sino algo que se encuentra».

—«El escritor bien educado trata de ser claro. Pero no achaquemos siempre nuestra ineptitud a su mala educación. Explicar, en vez de aludir, supone desprecio al lector».

—«El escritor bien educado trata de limitarse a lo necesario».

—«Al texto que dejamos reposar se le desprenden solas las palabras sobrantes».

—«El poeta mediocre inventa sus símbolos. El gran poeta los descubre».

—«El tema del escritor auténtico son sus problemas; el del espurio, los de sus lectores».

—«Cuando la frase y su sentido pueden divorciarse, el escritor ha fracasado».


—«El escritor pierde un mes de indulgencias por cada palabra sobrante».

—«Una pudibundez ridícula no le permite hoy al escritor inteligente tratar sino temas obscenos. Pero ya que aprendió a no avergonzarse de nada, no debería avergonzarse de los sentimientos decentes».

—«Sin dignidad, sin sobriedad, sin modales finos, no hay prosa que satisfaga plenamente. Al libro que leemos no le pedimos sólo talento, sino también buena educación».

—«La literatura toda es contemporánea para el lector que sabe leer».

—«Un poco de polvo sobre un texto ahuyenta al lector común. Como si un soplo de inteligencia no dejara el mármol limpio».

—«Pocos lectores saben leer sin sentirse vigilados por las modas literarias de su tiempo».

—«La literatura contemporánea, en cualquier época, es el peor enemigo de la cultura. El tiempo limitado del lector se gasta en leer mil libros mediocres que embotan su sentido crítico y lesionan su sensibilidad literaria».

—«Tal vez no haya necedad parecida a la de pasar la vida leyendo a escritores mediocres porque son nuestros contemporáneos».

—«Con la corrupción del escritor pululan libros malos, con la del lector mueren los buenos».

—«La mediocridad inevitable de lo que se escribe es más explicable que la evitable mediocridad de lo que se lee».

—«En la intimidad de la lectura el gran escritor no parece limitarnos, sino completarnos».

—«La lectura es droga insuperable, porque más que a la mediocridad de nuestras vidas nos permite escapar a la mediocridad de nuestras almas».

—«Sólo debemos leer para descubrir lo que debemos releer eternamente».

—«Aprender a leer es descubrir que se debe perpetuamente releer».

—«Sólo se puede releer al que sugiere más de lo que expresa».

—«Tradición, propaganda, casualidad o consejo, escogen nuestras lecturas. Nosotros sólo escogemos lo que releemos».

—«Releer entierra con frecuencia, y rara vez resucita».

—«El escritor indiferente a la popularidad no pretende ser contemporáneo de los escritores de su tiempo, sino de los escritores que admira».

—«El escritor neto, en cualquier época en que viva, no se preocupa en pertenecer a la literatura contemporánea. Para el verdadero escritor literatura contemporánea es la que él hace».

—«No hay que escribir para tener lectores sino como si fuéramos a tener lector».

—«Para escribir bien hay que decidirse a desbordar con tacto el diccionario del idioma en el cual escribimos».

—«La frase perfecta es la que logra con menos gestos señalar más rumbos».

—«El auténtico escritor no busca la perfección por vanidad, sino por cortesía con el lector».

—«El que anhela influir es prolijo. La brevedad es indicio de respeto al lector».

—«El escritor capaz de ver con claridad lo concreto circula ileso entre las ideas estúpidas».

—«Clásico es el escritor a quien le basta nombrar el objeto para hacérnoslo ver».

—«Mientras menos adjetivos gastemos, más difícil mentir».

—«Al que dibuja el mapa del mundo, el mundo se le suele volver mapa».

—«Los críticos patriotas les inventan genios a las literaturas pobres. Nada daña más el gusto que el patriotismo».

—«Las frases son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector. El diámetro de las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque».

—«Algunos intentamos escribir tan sólo para prolongar la vida cotidiana en vida inteligente».

—«Los grandes libros tienen cortesía de reyes magnánimos: acogen al lector como si fuese su igual. El escritor mediocre trata de humillarnos para ocultar su baja posición».

—«El que no confronta su vida a través de los grandes textos la confronta a través de los tópicos de su tiempo. Toda visión es conquista y no punto de partida; necesita, por lo tanto, aliados».

—«No es entre pequeños en donde nos sentimos grandes, es en la luz de los grandes en donde nos sentimos crecer».

—«El texto que admita paráfrasis es subalterno».

—«El viejo libro inteligente no se torna nunca obsoleto, porque el nuevo libro inteligente sólo vuelve explícitas ideas que implícitamente englobaba el libro viejo. La inteligencia es paisaje cuya iluminación varía, pero cuyo relieve no cambia».

—«Las grandes obras necesitan años para emerger del acervo de cadáveres literarios que las asfixian».

—«El tiempo destaca la desigualdad entre los libros con una implacable crueldad».

—«Leídos al cabo de decenios, los libros buenos pueden aburrir, pero los malos no divierten».

—«Mientras los contemporáneos sólo leen con entusiasmo al optimista, la posteridad relee con admiración al pesimista».

—«Sólo las letras antiguas curan la sarna moderna».

—«Sólo en los libros mismos de quienes las inventaron no envejecen las ideas».

—«En un siglo donde los medios de publicidad divulgan infinitas tonterías, el hombre culto no se define por lo que sabe sino por lo que ignora».

—«Hombre culto es aquel para quien nada carece de interés y casi todo de importancia».

—«Lo que distingue al hombre culto del inculto es su manera de ignorar».

—«La cultura es básicamente el código de los buenos modales de la inteligencia».

—«Las culturas se resecan cuando sus ingredientes religiosos se evaporan».

—«Frente a la pluralidad de civilizaciones y culturas, no debemos ser ni relativistas, ni absolutistas, sino jerarquizantes».

—«Los “apóstoles de la cultura” acaban volviéndola negocio».

—«Los mercaderes de objetos culturales no serían irritantes si no los vendieran con retórica de apóstol».

—«El prestigio de la “cultura” hace comer al tonto sin hambre».

—«El más repulsivo y grotesco de los espectáculos es el de la superioridad de profesor vivo sobre genio muerto».

—«El afán de estar enterado es el disolvente de la cultura».

—«El bobo, para ser perfecto, necesita ser algo culto».

—«La suerte de toda causa se juega en dos tableros distintos: el de la razón, el del éxito. No debemos confundirlos».

—«El tiempo es menos temible porque mata que porque desenmascara».

—«El volumen de aplausos no mide el valor de una idea. La doctrina imperante puede ser una estupidez pomposa. Tan trivial reparo suele escapar, sin embargo, al espectador amedrentado».

—«Increíble que los honores enorgullezcan a quienes saben con quiénes los comparten».

—«Nada más estúpido que desdeñar la estupidez cuando solicitamos sus aplausos».

—«El tumulto en torno a una obra de arte no es hoy indicio de importancia estética, sino de aprovechamiento político».

—«La adjudicación de premios a escritores mediocres es ridícula, a grandes escritores insolente».

—«Perfeccionemos la insolencia de nuestras ideas».

—«Escribir es la única manera de distanciarse del siglo en el que le cupo a uno nacer».

—«La estética, como la historia, da verdades sin dar recetas».

—«La obra de arte no resuelve sino problemas artísticos».

—«En arte no puede haber herejías: el acierto estético es la ortodoxia».

—«Comunicación o expresión no son fines, sino meramente medios, de la obra de arte».

—«La índole de la obra de arte puede depender de condiciones sociales, pero su calidad estética de nada depende».

—«Sobre la calidad de una época nos informa su arte, no sus discursos».

—«Las auténticas obras de arte estallan a espaldas de su tiempo, como proyectiles olvidados en un campo de batalla».

—«Sin el bien que encierra, como vestigio o como augurio, el mal es estéticamente opaco».

—«La literatura es el arte de devolver al vocablo significativo la función expresiva del grito».

—«La inteligencia literaria es la capacidad de pensar lo concreto».

—«La literatura se deshonra cuando se propone influir en vez de entretener».

—«La palabra no se nos concedió para expresar nuestra miseria, sino para transfigurarla».

—«El estilo es el orden a que el hombre somete el caos».

—«Mantengamos la confusión verbal entre estética y ética. Que lo feo signifique siempre algo malo y malo algo feo».

—«La estética no triunfa liberándose de los valores éticos, sino absorbiéndolos».

—«Aún cuando se corrompe, el arte a la larga traiciona al diablo».

—«La existencia de la obra de arte demuestra que el mundo tiene significado. Aunque no diga cuál».

—«No es el mensaje de la obra de arte, sino la existencia de lo estético, lo que tiene significado trascendente».

—«Llaman “fomentar la cultura” coronar a mediocres».

—«El talento de un escritor no está en describir un personaje, un paisaje, una escena, sino en hacernos creer que lo hizo».

—«La alusión es la única manera de expresar lo íntimo sin adulterarlo».

—«El escritor moderno olvida que tan sólo la alusión a los gestos del amor capta su esencia».

—«La descripción nada describe mientras no se desvanece en alusión».

—«La descripción depende menos de epítetos y de metáforas que de ritmos y eufonía».

—«Al hablar de un poeta es tonto insistir sobre sus poemas fracasados. Lo normal es que los poemas fracasen. Un poeta no es más que sus triunfos».

—«De los defectos de un gran escritor se debe hablar con respeto».

—«Los críticos patriotas les inventan genios a las literaturas pobres. Nada daña más el gusto que el patriotismo».

—«El pecado mortal del crítico está en soñar secretamente que podría perfeccionar al autor».

—«Una reseña de literatura contemporánea nunca permite saber si el crítico cree vivir en medio de genios o si prefiere no tener enemigos».

—«Entre dos críticos literarios que dicen lo mismo, el uno puede parecernos ilegible y estúpido, el otro delicioso y agudo. El arte de la crítica es inseparable de la personalidad del crítico».

—«Crítico de talento es ante todo el que despierta en su lector el deseo de leer, o de no leer, el libro de que habla».

—«Al hallar la fuente de una obra, el crítico literario cree descubrir su explicación, cuando meramente tropieza contra su pretexto».

—«Críticas de crítico viejo a nueva excelencia literaria no suelen ser pertinentes, pero generalmente no son falsas».

—«El único escritor del XVIII resucitado por la admiración de nuestros contemporáneos ha sido Sade: Visitantes de un palacio no admiran más que las letrinas».

—«Deploremos menos la obscenidad del novelista actual que su infortunio. Cuando el hombre se vuelve insignificante, copular y defecar se vuelven actividades significativas».

—«Lo que es cambiante, variable, móvil, no es el gusto, sino el mal gusto».

—«La tarea ineludible de la crítica, mañana, será el redescubrimiento del gusto».

—«La madurez del espíritu comienza cuando dejamos de sentirnos encargados del mundo».

—«Ser joven es temer que nos crean estúpidos; madurar es temer serlo».

—«Madurar no consiste en renunciar a nuestros anhelos, sino en admitir que el mundo no está obligado a colmarlos».

—«El primer paso de la sabiduría está en admitir, con buen humor, que nuestras ideas no tienen por qué interesar a nadie».


—«El escritor que no ha torturado sus frases tortura al lector».

—«Escribir sería fácil si la misma frase no pareciera alternativamente, según el día y la hora, mediocre y excelente
».


—«Las frases son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector. El diámetro de las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque
».


—«Los argumentos con que justificamos nuestra conducta suelen ser más estúpidos que nuestra conducta misma. Es más llevadero ver vivir a los hombres que oírlos opinar».

Tomados de:

Decálogo del concursante consuetudinario (y probablemente ultramarino) Fernando Iwasaki

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Decálogo del concursante consuetudinario (y probablemente ultramarino)
Fernando Iwasaki
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I
Los cuentos que envíes a los concursos nunca serán importantes para la historia de la literatura. En realidad, ni siquiera para la literatura.

II
Firma siempre con seudónimos femeninos, pero que sean sugerentes. Jamás explícitos. El recato atrae más.

III
Escribe un cuento que sea como una «célula madre» literaria que puedas clonar para cada concurso. No te preocupes. Los clones siempre salen mejores que el original.

IV
Describe escenas pastoriles cuando el premio lo convoque una gran ciudad (cabras triscando aspidistras por Barcelona, amapolas en la Castellana madrileña o lecherías en el centro de Valencia), pero crea una atmósfera cosmopolita cuando el concurso sea de pueblo (el Down Town de Higuera de la Sierra, los vernisages de Manzaneda de Omaña o el delicioso Dry Martini de los pubs de Guarromán).

V
Los templarios no funciona en los cuentos. Solamente en las novelas. No te confundas de premio.

VI
Si tus personajes van a estar divorciados, procura que el divorcio se haya producido antes de que comience el cuento. La gente ya lo está pasando muy mal para que encima tú sólo escribas sobre problemas. Además, cuatro de cada cinco miembros de jurados literarios están divorciados o les falta poco.

VII
La identidad nacional es muy importante. Pero no la tuya, sino la del municipio, el ateneo o la caja de ahorros que convoca el premio. En caso de duda, escribe sobre Nueva York. Nunca falla.

VIII
No trates de impresionar a nadie, pues todos los jurados han leído a Joyce, Mann, Faulkner, Proust y Nabokov. Últimamente están leyendo también a Paul Auster. No obstante, si quieres parecerles un marciano, cita a Jardiel, Conqueiro, Camba y Wenceslao. En una de esas, cuela.

IX
Aunque es cierto que la finalidad de la literatura no es decir la verdad sino narrar algo verosímil, la vida cotidiana está colmada de numerosos sucesos inverosímiles sobre los que nadie quiere escribir para no parecer oligofrénico. No permitas que la coherencia de la ficción te impida narrar la esperpéntica realidad.

X
A la hora de concursar recuerda siempre las palabras del viejo Groucho: «Los grandes éxitos los obtienen los libros de cocina, los volúmenes de teología, los manuales de “cómo hacer…” y los refritos de la Guerra Civil».

Tomado de: http://www.biblioteca.org.ar/libros/154582.pdf

"Decálogo" de Ana María Shua

"Decálogo" de Ana María Shua
Once consejos para autores de cuentos brevísimos

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.1. Tomar una o varias porciones de caos (muy pequeñas) y transformarlas en un mínimo universo.
2. Como en las artes marciales en las que se aprovecha la fuerza del adversario, utilizar los conocimientos del lector, que sabe más de lo que cree.
3. Trabajar con la materialidad del texto. Por ejemplo, en el brevísimo "Huyamos, los cazadores de letras están aq...".
4. Azotar las palabras hasta conseguir que se agrupen en un rebaño ordenado. Tener el corral preparado de antemano.
5. Tejer lo fantástico y lo cotidiano en una sola trama. O no. Cortar lo que sobra.
6. Tallar la primera versión como una piedra en bruto, hasta obtener un diamante facetado. Si no es posible librarse incluso de la más mínima imperfección, tirar la piedra a la basura, sin piedad.
7. Si se ha conseguido atraparlo, es que está mal. Un buen cuento brevísimo resulta tan inasible y resbaladizo como cualquier pez o cualquier buen texto literario.
8. A veces no hace falta inventarlos, basta con descubrirlos, incrustados en otros textos, brillando.
9. Prueba de calidad: cuando es realmente bueno, muerde.
10. Ser breve. Y, preferiblemente, también genial.
11. Si se trata de proponer consejos, instrucciones o reflexiones sobre el oficio, que nunca sean diez.

UN COMPENDIO DE FRASES LAPIDARIAS DE OSCAR WILDE SOBRE EL ARTE Y LA CREACION

UN COMPENDIO DE FRASES LAPIDARIAS DE OSCAR WILDE SOBRE EL ARTE Y LA CREACION

Si bien nunca escribió un decálogo como tal, Wilde fue una cantera irrefrenable de frases ingeniosas y afiladas que tocaron todo lo concerniente con el oficio de vivir y crear. Aquí un pequeño compendio con las que tienen que ver con el arte y la creación.

No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

"No hay libros morales ni inmorales. Los libros están bien escritos o no lo están"

"La mentira, es decir, el relato de las bellas cosas falsas, constituye el fin mismo del arte"

"La diferencia entre literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no es leída"

"Cualquiera puede hacer historia; pero sólo un gran hombre puede escribirla"

"No tengo por qué recordarte que la expresión es en sí misma el supremo y único modo de vida para un artista"

"El arte es la forma más intensa del individualismo que el mundo ha conocido"

"Amad al arte por sí y entonces todo lo demás se os dará por añadidura"

Día fatal aquél en que el público descubrió que la pluma es más poderosa que el adoquín, y puede ser arma más ofensiva"

"Cuando se está enamorado, comienza uno por engañarse a sí mismo y acaba por engañar a los demás. Esto es lo que el mundo llama una novela"

Una idea que no sea peligrosa no merece recibir ese nombre.

El único deber que tenemos con la historia es reescribirla

Ningún artista ve las cosas como son realmente; si así las ve, no es gran artista.

Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado.

El secreto de la vida está en el arte.

Un genuino artista no presta ninguna atención al público.

No siento el menor deseo de ser un novelista popular, es demasiado fácil.

La mentira, es decir, el relato de las bellas cosas falsas, constituye el fin mismo del arte.

La literatura se anticipa siempre a la vida. No la copia, sino que la modela con arreglo a sus fines.

La gente buena, que pertenece al tipo normal y, por lo tanto, común, carece de interés artístico. La gente mala, desde el punto de vista del arte, ofrece cuadros fascinantes: posee color, variedad y extrañeza.

Se puede privar a un relato de su realidad al tratar de hacerlo demasiado cierto.

La literatura siempre se anticipa a la vida. No la copia, sino que la moldea a voluntad.

"Los buenos acaban bien y los malos acaban mal. Eso es lo que se llama ficción"

Ningún artista tiene simpatías éticas. En un artista, una simpatía ética constituye un imperdonable amaneramiento de estilo.

Me pasé toda la mañana corrigiendo las pruebas de uno de mis poemas, y quité una coma. Por la tarde, volví a ponerla.

Entre Hugo y Shakespeare han agotado los temas. Ya no es posible ser original ni siquiera en el pecado. No nos quedan emociones auténticas, sólo adjetivos extraordinarios.

"La buenas intenciones pueden tener valor en un sistema ético; pero en arte, no. No basta tenerlas; se ha de realizar la obra"

El mundo llama inmorales a los libros que le explican su propia vergüenza.

Después de todo qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.

"Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen"

Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.

Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción.


"Decálogo" de Georg Christoph Lichtenberg

"Decálogo" de Georg Christoph Lichtenberg
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.1. Siempre es preferible darle el tiro de gracia a un escritor que perdonarle la vida en una reseña.
2. Siempre prefiero al hombre que escribe como se puede poner de moda, al que escribe como está de moda.
3. Si alguien escribe mal, qué más da , hay que dejarlo escribir. Transformarse en buey aún no es suicidarse
4. Con poco ingenio se puede escribir de tal forma que otro necesite mucho para entenderlo.
5. Cuando escribo, lo mejor siempre proviene de un sitio inexplicable.
6. Al escribir mantén la confianza en ti mismo, un orgullo noble y la certeza de que los demás no son mejores que tú; ellos evitan tus errores y en cambio cometen otros que tú has evitado.
7. La escritura es excelente para despertar el sistema que dormita en cada hombre; cualquiera que haya escrito habrá notado que al escribir siempre se despierta algo que hasta entonces conocíamos de un modo impreciso y que sin embargo yacía en nosotros.
8. Un error que el mal escritor y el escritor meramente ingenioso tienen en común consiste en que más que iluminar su tema, lo usan para mostrarse a sí mismos. Uno conoce al escritor y nada más que al escritor. Aunque en ocasiones resulte muy difícil suprimir un párrafo ingenioso, hay que hacerlo si no es sustancial. Esta crucifixión hace que poco a poco el ingenio se acostumbre a las riendas que debe colocarle la razón.
9. Si otra generación tuviera que reconstruir al hombre a partir de sus escritos más sensibles, pensaría que se trata de un corazón con testículos. Un corazón con escroto. El pensamiento anterior también se puede expresar así: Una cabeza con alas (ojos de águila) siempre es mejor que un corazón con testículos. Eso que ustedes llaman corazón está bastante más abajo del cuarto botón del chaleco
10. En cierta obra un hombre célebre preferiría leer lo que tachó que lo que dejó.
11. Miles de personas pueden ver el sin sentido de una frase sin tener la capacidad de refutarla formalmente. Esto debe servirme de advertencia. Como aquel gran escritor francés, de ahora en adelante no daré nada a la imprenta sin que antes lo lea mi cocinera.
12. A un prólogo se le podría llamar "matamoscas" y a una dedicatoria "bolsa de limosnero".
13. Pido a todos los cielos que al menos me impidan escribir un libro de los libros.
14. No estaría mal un libro de primeros auxilios para escritores.
15. Está bien que los jóvenes enfermen de poesía en ciertos años, pero, por el amor de Dios, hay que impedir que la contagien.
16. Si pensáramos más por nuestra cuenta, tendríamos muchos más libros malos y muchos más libros buenos.
17. El único defecto de los escritores realmente buenos es que casi siempre ocasionan que haya muchos malos o regulares.
18. Uno se resiste a hacer un cucurucho para la pimienta con una página en blanco. Si está impresa, uno la usa con agrado.
19. Darle el último toque a una obra, es decir, quemarla.

Nota: Georg Christoph Lichtenberg, nunca escribió un decálogo. Como es sabido, todos sus aforismos fueron sacados de las anotaciones marginales que hacía a los libros que iba leyendo. Juan Yanes ha juntado algunos de esos aforismos referidos a la escritura y les ha puesto un número. Esperamos que el viejo cascarrabias no se lo tome a mal.

Tomado de:


Otras Citas (no menos venenosas)

  • "Tendemos demasiado a creer que, cuando se tiene algún talento, el trabajo debería resultarnos fácil. ¡Esfuérzate siempre, hombre, si quieres hacer algo grande!"
  • "Imágenes como la sinceridad abofetea a la gratitud en plena cara."
  • "No es que los oráculos hayan dejado de hablar, sino que los hombres han dejado de escucharlos."
  • "Hay gente que cree que todo cuanto se hace poniendo cara seria es razonable."
  • "Tres agudezas y una mentira hacen hoy en día a un escritor."
  • "Todo no puede funcionar a la perfección en el mundo, pues a los hombres aún hay que gobernarlos con engaños."
  • "Fino, la verdad, no era, pero dominaba el arte de cabalgar a lomos de su prójimo cuando le hacía falta."
  • "Como todas las sustancias corrosivas, el ingenio y el humor tienen que utilizarse con cautela."
  • "El amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista."
  • "El amor es un negocio en el que las dos partes salen ganando."
  • "El grado más alto hasta donde puede elevarse un espíritu mediocre, pero provisto de experiencia, es el talento de descubrir las debilidades de los hombres que valen más que él."
  • "El sentimiento de la salud se adquiere solamente mediante la enfermedad." 
  • "La enfermedad es la mayor imperfección del hombre."
  • "La moderación presupone el placer; la abstinencia, no. Por eso hay más abstemios que moderados. J-780"
  • "Mi hipocondría, a decir verdad, es un talento especial que consiste en esto: saber extraer de cada incidente de la vida, sea cual sea el nombre que lleve, la mayor cantidad de veneno para mi propio uso."
  • "Un libro es una especie de espejo, cuando un mono se mira en él, no descubre la imagen de un apostol."
  • "Si la razón, hija del cielo, pudiera opinar de belleza, la única fealdad sería la enfermedad. 
  • "Todos somos un genio al menos una vez al año. Los verdaderos genios simplemente tienen sus ideas brillantes próximas a ello."
  • "La ocasión hace al ladrón, pero también a los grandes hombres."

Decálogo de Antonio Pereira para escribir cuentos

Decálogo de Antonio Pereira para escribir cuentos




 1. Lo primero es tener una historia que contar. Sin esto, nada.



2. Hay que profundizar en ella, que no se quede en anécdota, chascarrillo, ocurrencia.



3. Extender la historia mientras no peligre el sagrado efecto único. (Poe). Se puede nutrir la historia, pero no hincharla.



4. Cuidar el comienzo, entrando rápido en el tema. El final sabe cuidarse solo.



5. Que siempre haya expectativa. ¡Algo va a ocurrir!



6. Si dudas entre dos palabras, elige la más clara. Si hay empate, quédate con la menos prestigiosa.



7. Explotar la voz imaginada del narrador, un cuento es la ficción de una voz.



8. El narrador no lo sabe todo, conviene fingir dudas, a lo Cunqueiro: "Pidió una de las famosas sopas hanseáticas, una sopa de nueces, por ejemplo, o el rabo de buey..."



9. El novelista puede ser altanero. El cuentista debe ser cordial y amistoso.



10. Debe serlo incluso cuando escribe prólogos.