CONSEJOS
PARA ESCRIBIR de MIQUEL
BARCELÓ
“Mi
enfoque aquí tiene mucha más relación con la narración entendida
como un oficio y no como un arte. Los oficios se pueden aprender con
la práctica, mientras que, para las artes, son imprescindibles
cualidades especiales y no sólo habilidades. Por eso no creo que sea
posible enseñarlas. En la literatura hay obras de arte y de las
otras. Si están llamado a escribir obras de arte, nadie puede
enseñar a hacerlo, tan solo usted puede lograrlo al expresar lo que
lleva dentro. Los artistas no deberían seguir leyendo. Pero si lo
que pretende es entretener e interesar a la gente (y no es poca
cosa...) tal vez sí pueda seguir haciéndolo.”
“Es
imprescindible captar y mantener la atención del lector”
“Lo
primero que debe tenerse en cuenta, y aún más en los tiempos que
corren, es que si bien usted desea escribir, no es nada seguro que
los demás deseen leer aquello que escribe. Debería pensar siempre
que el lector está sometido al reclamo de muchas más actividades de
ocio: televisión, cine, juegos de rol, juegos de ordenador,
deportes, artes y un larguísimo etcétera. Si el lector le hace el
favor de utilizar su precioso tiempo para leer sus historias, debe
ser a cambio de algo que le pueda compensar. Ese algo es muy
diverso...”
“También
se puede interesar al lector con la idea central de su historia. A
veces la idea descansa, precisamente, en el entorno extraño en el
que transcurre la narración...” “...y muchas veces todo arranca
a partir de una idea.”
“Otra
posibilidad es interesar al lector con los personajes. Pueden ser
atractivos o repulsivos pero, en cualquier caso, no deben dejar
indiferente al lector.”
“A menudo
los lectores se identifican con uno de los personajes y éste es el
sistema más viejo y seguro para mantener la atención del lector.
Eso sí, los personajes deben reaccionar como lo haría un ser humano
con los conocimientos y el carácter que el escritor deja entrever
que pueda tener el personaje. Y, lo más importante de todo, el
personaje central, el protagonista (y, si es posible, los demás
también) debe cambiar en algo como consecuencia de aquello que le
ocurre. Todos sabemos que la vida nos va cambiando poco o mucho y no
sería verosímil que un personaje pase por un montón de aventuras y
no evolucione.”
“Pero
si, a veces, aceptamos personajes que no evolucionen, con toda
seguridad es porqué la trama de la historia resulta suficientemente
interesante y mantiene la atención del lector o espectador.”
“Aquí se hace imprescindible un consejo: no lo cuente todo, deje
que el lector siga intrigado por algo que le mueva a girar una hoja
tras otra. Fíjese, por ejemplo, en la técnica de los culebrones que
van liando y liando el argumento para mantener el interés de los
espectadores. Aunque, eso sí, si complica la trama debe pensar que
la narración ha de finalizar atando todos los cabos de forma que el
lector no se sienta engañado.”
“En
realidad para mantener la trama hacen falta conflictos. Los
personajes deben tener problemas y la trama debería explicar como se
plantean esos problemas, como los personajes buscan diversas
soluciones y como se llega a la solución o, también, como los
personajes fracasan en su intento. Los problemas o conflictos deben
ser tanto grandes (el central en la narración) como pequeños (los
que dan "vida" a la historia y mantienen la acción en
movimiento).”
“Suele
ser conveniente que haya un clímax general que resuelva la historia,
pero debe construirse a partir de pequeños climax parciales que
resuelvan los problemas menores que van conduciendo la narración
hasta la resolución (o el fracaso de ese intento...) del conflicto
principal. Es evidente que todo esto depende mucho de la longitud de
la narración y no se pueden dar recetas únicas. En cualquier caso,
sí conviene destacar aquí que personajes distintos deben resolver
de formas diferentes unos mismos conflictos o, para expresarlo aún
con mayor claridad, a personajes diferentes, unos mismos hechos les
deberían generar conflictos diferentes.”
Robert
A. Heinlein, uno de los escritores más admirados en Estados Unidos,
hablaba de tres tipos centrales, y para él únicos, de historias:
- chico-encuentra-chica: una historia de amor o de búsqueda o de fracaso de este amor. Las variaciones son infinitas.
- el sastrecillo valiente, o su inverso: la historia de un triunfo o de un fracaso.
- el-personaje-que-aprende: la historia de alguien que piensa de una manera al iniciarse la narración y que, como consecuencia de los conflictos y de lo que le sucede, cambia de forma de pensar.
Un
breve resumen provisional. Para sintetizarlo podríamos decir que:
- La
trama es lo que sucede.
- El
conflicto es la razón final de lo que sucede, el motor de la trama.
- El
entorno es el lugar y las circunstancias donde sucede la trama.
- Los
personajes son aquellos a los que les suceden las cosas que ocurren,
y quienes evolucionan y cambian como consecuencia de lo que sucede.
- La
idea, si existe explícita como elemento central, es lo que ha movido
al escritor pero, y esto es muy importante, debe ser mostrada de
forma indirecta por medio de los otros elementos.
Ya
tenemos cinco elementos que pueden mantener el interés del lector.
Hay varios más, pero éstos son los centrales en la gran mayoría de
historias. Es lógico que en cada narración pueda dominar uno o más
de esos factores. En las novelas de aventuras a menudo es la trama y
los conflictos y los peligros a que se enfrentan los personajes el
aspecto dominante y lo que mantiene el interés del lector. En los
relatos cortos a menudo es una idea, mientras que en las narraciones
más largas hay que organizar la historia central rodeada de otras
historias menores que la complementen, siempre y cuando el lector no
pueda encontrar gratuitas esas historias laterales y, además,
encuentre fácil relacionarlas de forma natural con el hecho central
de la novela.
Conviene
recordar que es imprescindible mantener la atención del lector
mientras está leyendo y, también, después de haberlo hecho. El
lector, cuando acaba de leer, debe pensar que le ha sido rentable el
tiempo que ha otorgado a su narración. Puede haber pasado un buen
rato con ella y considerarla un buen entretenimiento aunque haya sido
intrascendente; o puede haber encontrado un interesante motivo de
reflexión en una buena idea especulativa; o sentirse maravillado por
un entorno extraño y sorprendente. Aunque no se debe olvidar que,
muy a menudo, es el personaje central quien puede haber focalizado y
mantenido el interés del lector y, por lo tanto, aquello que perviva
en su recuerdo.
Inventar
historias
Parece
que el problema principal de los nuevos escritores es "encontrar
las historias". Muchos autores de esos libros o cursos que
pretenden enseñar a escribir narrativa, dicen que la pregunta más
repetida es: ¿de dónde sacan los escritores sus historias? No hay
una receta fácil ni única.
Pero
los caminos para encontrar historias son muy variados. Siempre podrá
encontrar alguno nuevo.
Es
difícil que tenga ideas nuevas que no hayan sido ya exploradas.
Pero, aunque repita historias (evitando siempre el plagio,
evidentemente...), les puede dar un tono o un enfoque distinto, un
punto de vista nuevo.
“A
veces, cuando le falten temas para nuevas historias, puede practicar
a partir de un viejo cuento que haya leído tiempo atrás y que
todavía puede recordar. Sin releerlo de nuevo, tan sólo a partir
del recuerdo que guarda, escriba su versión. Cuando lo haya hecho,
compárela con el cuento original y fíjese en las diferencias. Es un
buen ejercicio. Como la memoria es siempre muy selectiva, puede
ocurrir que su cuento resulte francamente distinto del original y sea
incluso utilizable.”
Un
camino para construir historias
Para
finalizar esta breve recopilación de consejos le daré mi versión
resumida de los pasos más interesantes que los editores de Asimov's
Science Fiction recomiendan para escribir ciencia ficción, y es
justo decir que parecen muy razonables:
- Empiece con una idea.
- Lleve esta idea a la vida por medio de un conflicto (no caiga en las disertaciones de profesor, son demasiado aburridas...).
- Utilice los personajes que mejor puedan "dramatizar" el conflicto, y haga que cambien en su forma de ser o de pensar por efecto de lo que les sucede.
- Establezca una secuencia de los hechos que ocurren, una trama, que pueda mostrar los pasos principales a través de los cuales sus personajes detectan el problema o los problemas, buscan las soluciones posibles e intentan llevar a la práctica dichas soluciones.
- Prepare un buen entorno para rodear y ambientar todo lo que sucede en la historia. Haga que sea razonable. No hace falta que explique con detalle todo lo que haya pensado como entorno pero, como futuro escritor que quiere ser, debe tenerlo muy claro en su imaginación.
- Si es posible, inicie la historia en mitad de un conflicto para atraer al lector. En la mayoría de los casos, el escritor debería tener clara la estructura general de la trama: planteamiento, nudo y desenlace según establece la tradición clásica, pero nadie le obliga a que la narración sea completamente lineal.
- Busque un buen punto de vista para explicar la historia. (Conviene decir que éste es un apartado bastante complejo y que merecería un tratamiento aparte que ahora no es posible).
- Déjese de teorías y... ¡escriba!
“Tal
vez podría resultar interesante que intente estudiar algunos cuentos
o novelas que haya leído y lleve a cabo un sencillo ejercicio para
buscar en ellos los cinco elementos antes citados:
- identifique los conflictos principales,
- analice la estructura de la trama,
- localice el punto de vista bajo el cual está narrada la historia,
- vea como cambian los personajes principales,
- estudie la congruencia del entorno y lo que aporta a la narración,
- sintetice la idea central.(En realidad, la mayoría de los talleres literarios funcionan así, aunque puedan ir acompañados de exposiciones más o menos teóricas.)
“La
práctica es, en definitiva, la única que enseña de verdad. Empiece
analizando la práctica de los demás y, también, practicando usted.
El camino no es corto, pero vale la pena.”
Tomado con modificaciones de:
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